Teoría de la psicología del poder en la sociedad. Año 3. Número 6

Autor: Mike Anderson Hernández Ordoñez.

RESUMEN
El presente artículo aborda las diferentes posturas acerca del poder que permiten desarrollar el aspecto social y político de las diferentes culturas y en las diferentes esferas de la sociedad, así como la observancia y sumisión de los sujetos frente a sus gobernantes, sin presentarse como seres activos que cambien el sistema que los rodea.

PALABRAS CLAVE: Poder, psicología, sociedad, proceso, conducta, humanidad.

INTRODUCCIÓN
Este artículo plantea distintas posturas sobre el poder y su evolución, se enfatiza el estricto fondo psicológico en la manera de actuar de las personas a quienes se les delega el poder. Todo esto para responder: ¿qué estamos haciendo como humanidad?, ¿qué avances hemos tenido al dirigir ese poder en la vida de los seres humanos?, pues muchas sociedades aún enfrentan carencias como la pobreza, la desigualdad social y el desempleo.

Todo lo anterior para evolucionar y utilizar el poder para el bien común, generando una nueva conciencia y pensamiento de los unos por los otros.

DESARROLLO
En la actualidad, la evolución social ha permitido construir estándares de vida diseñados por la misma humanidad, divididos en una selección de comportamientos para las diferentes clases sociales. Como la psicología que es “la ciencia que estudia los procesos mentales, las sensaciones, las percepciones y el comportamiento del ser humano, en relación con el medio ambiente físico y social que lo rodea” (López de Mendiguren, 2015).

Se parte de que combinar el comportamiento humano con el poder permite comprender cómo funciona la psicología del poder dentro de la sociedad. Y bajo esta premisa es lógico plantearse: ¿qué procesos psicológicos formula una persona que alcanza la superioridad sobre otra? ¿Por qué en el desarrollo de condiciones de los seres humanos existe tanta desigualdad? ¿Cómo influye el ambiente social para que una persona dirija a las demás? Estas preguntas podrían responderse al visualizar el poder como el proceso que consiste en obtener algo o dominar sobre otros. Aunque existen dos vertientes para llevar a cabo este proceso.

La primera es potestas, el poder sobre, y es efectivamente el poder que puede ejercer un individuo sobre los demás alcanzando objetivos de crecimiento propios (como en la clase política). Este se obtiene por medio del carisma, de la tiranía, de la intelectualidad, entre otras. El objetivo siempre será elevar a un individuo para que ejerza el poder sobre otros.

La segunda vertiente es potentia, el poder para, la cual enseña que el poder sí puede ser utilizado para el bien de la sociedad y generar cambios comunes: el fuego, por ejemplo, tiene el poder de crear calor y energía para muchas cosas en beneficio de la humanidad.

Es así como el poder humano es capaz de crear cambios para el beneficio de la sociedad y puede manifestarlos en la protección de la naturaleza, la ayuda mutua y el continuo fomento de valores éticos: es generar pensamientos y comportamientos moralmente aceptables que garanticen una mejor convivencia social y trasciendan a futuras generaciones. Tal y como lo planteó Platón (404 a. C.): “El hombre es un ser social que sólo alcanza su perfección en la ciudad de modo comunitario”. Por lo que, dentro de la sociedad hay individuos que procesan de una forma más armoniosa la implantación del poder en las sociedades que otros.

Al analizar brevemente el papel del poder en la sociedad es importante considerar la postura de Thomas Hobbes en El Leviathan (1651) donde asume que “el hombre es malo por naturaleza, egoísta y antisocial”, concluyendo que el hombre con poder sólo buscará consumar sus propios intereses y dejará a un lado el bien evolutivo de la sociedad.

Y también es relevante la postura de Jean-Jacques Rousseau en El contrato social (1762) donde hay una respuesta más naturalista de la sociedad, en donde la dureza parece lo menos exigente y sobresalen los sentimientos humanistas y los pensamientos más puros que el ser humano es capaz de crear para bien de la sociedad.

Intenta articular la integración de los individuos en la comunidad; las exigencias de libertad del ciudadano han de verse garantizadas a través de un contrato social ideal que estipule la entrega total de cada asociado a la comunidad, de forma que su extrema dependencia respecto de la ciudad lo libere de aquella que tiene respecto de otros ciudadanos y de su egoísmo particular (Biografías y Vidas, 2004-2016).

Pero donde el objetivo primordial de Rousseau es contradecir la obra de Hobbes diciendo que “El hombre nace bueno y que es la sociedad quien se encarga de corromperlo” (Rousseau, 1762).

Con esto se demuestra que el poder puede utilizarse para hacer el bien, potentia, y se hace referencia de cómo los seres humanos pueden unir ese poder en una fuerza de cambio, que sólo se alcanzará cuando el poder sea psicológicamente puro: procesos, sensaciones y comportamientos mentales (sinceros y buenos), para trabajar el uno por el otro, basados en la cordialidad, el esfuerzo y la esperanza.

Por el contrario, actualmente estos procesos mentales se relacionan con la avaricia, el protagonismo, la hipocresía, usando el poder entre pocos seres humanos para su uso personal. Se trata de un poder soberano con poder absoluto, un poder fuerte que se encarga de someter por la fuerza a todos los individuos como garantía de seguridad (Hobbes, 1651).

Parece ser que los hombres encuentran conformidad en la idea errónea de que elegirán dentro de ellos y darán el poder a un ser humano que sea capaz de reunir todos esos procesos psicológicos favorables para el bien de los demás garantizando que el poder que el seleccionado ejerza sea el que organice todos esos cambios estructurales dentro de una sociedad.

¿No sería más fácil que todos administráramos ese poder en conjunto para crear cambios estructurales y una mejor vida para todos los habitantes del planeta?

Sólo cuando el poder se forme con base en procesos mentales evolucionados, se generará una sociedad que asuma el trabajo por el bien común, para transformarse en mejores lugares para que la humanidad viva. Mientras esto no ocurra las sociedades vivirán “esperanzadas” al cambio, con una posterior desilusión.

El aspecto psicológico social puede generar una oportunidad para los poderosos, como lo expone Naomi Klein en su obra La doctrina del shock:

En brutal contraste con el ritmo glacial al que se repararon los diques y la red eléctrica de Nueva Orleans, la subasta del sistema educativo de la ciudad se realizó con precisión y velocidad dignas de un operativo militar. En menos de diecinueve meses, con la mayoría de los ciudadanos pobres aún exiliados de sus hogares, las escuelas públicas de Nueva Orleans fueron sustituidas casi en su totalidad por una red de escuelas chárter de gestión privada. Antes del huracán Katrina, la junta estatal se ocupaba de 123 escuelas públicas; después, sólo quedaban 4. Antes de la tormenta, Nueva Orleans contaba con 7 escuelas chárter, y después, 31 (Klein, 2008).

Una escuela chárter es una institución privada, lo que plantea el particular punto de vista del Estado que aprovecha el caos generado por un fenómeno natural para implementar cambios en el sistema educativo que benefician a los poderosos.

CONCLUSIONES

Estudiar el poder desde un punto de vista psicológico permite demostrar que los procesos mentales del gobernante van acompañados de emociones y acciones que llevan a contradicciones sociales frente a los gobernados. Como resultado se genera descontento social para la mayor parte de los gobernados pues los gobernantes tienden a crear cambios en beneficio de los poderosos y quienes los apoyan para mantener ciertos cargos, después, si es el caso, de quienes los eligieron.

BIBLIOGRAFÍA

Biografías y Vidas. (2016). Jean-Jacques Rousseau. La Enciclopedia Biográfica en línea. Recuperado de http://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/rousseau_jeanjacques.htm

Klein, N. (2008). La doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre. Barcelona: Paidós.

López de Mendiguren, A. (2015). ¿Qué es la Psicología. Recuperado de http://www.ainaralopezdemendiguren.com

Rousseau, J. (1762). El Contrato Social. Madrid: Alianza Editorial.

Platón. (404 a. C.). La República. Madrid: Ediciones Akal.

Thomas, H. (1651). Leviathan. Buenos Aires: Losada.

Teoría de la psicología del poder en la sociedad. Año 3. Número 6