La importancia de la promoción del envejecimiento activo y saludable en el adulto mayor para mejorar su calidad de vida. Año 1. Número 2

Autora: Dalia Ivonne Juárez Badillo.

Resumen
El envejecimiento conlleva una serie de alteraciones de tipo morfológico, fisiológico y social, provocando cambios en funciones del organismo, aumentando la vulnerabilidad del adulto mayor, cambiando sus necesidades vitales y requiriendo apoyo para poder llevar este proceso satisfactoriamente. El envejecimiento activo y saludable permite optimizar la salud, la participación y la seguridad de paciente, incrementando su calidad de vida. Sobre esto versa el presente artículo.

Palabras clave:
Envejecimiento, activo, saludable, estrategias, enseñanza, enfermería, calidad, vida.

Introducción
El envejecimiento puede referirse a factores fisiológicos, cronológicos o de comportamiento social y es fácil de identificar en los seres humanos. El impacto social del envejecimiento en el mundo es una realidad. Se estima que para el 2050 la población considerada ‘adulto mayor’ será mayor a 20 millones, pues las personas mayores de 65 años muestran una tasa de crecimiento superior a 4% anual que los llevará a concentrar en 2030 al 12% de la población mexicana (CONAPO, 2008).

Actualmente los adultos mayores se encuentran expuestos a riesgos relacionados con estilos de vida poco saludables que repercuten en su salud y su calidad de vida. La falta de envejecimiento saludable propicia una vejez patológica, donde el adulto mayor necesitará apoyo, atención o institucionalización, muchas veces por el resto de sus vidas, por lo que se asume que el aumento de este grupo poblacional conduzca a una creciente demanda de servicios sociales y de salud.

En los últimos decenios los cambios sociales derivados del aumento del envejecimiento poblacional son considerables y han propiciado la necesidad de adaptación y asimilación de toda la población a esta nueva situación (Millán, 2006). Dado que la población anciana irá en aumento, se debe pensar en medidas que la favorezcan y mantengan para alcanzar un grado máximo de salud y bienestar.

“El cambio epidemiológico observado, predice que si no se enfatiza en la prevención y en un envejecimiento saludable habrá un incremento de la población portadora de enfermedades crónicas o limitantes” (Ministerio de Salud de Chile, 2004), que dependerá de otros para su cuidado, por esto la actual necesidad de proveer oportunidades para mejorar la calidad de vida del adulto mayor, consolidando sus habilidades para seguir contribuyendo productivamente a la sociedad gracias a su red de apoyo tanto familiar como social.

Hoy es una prioridad que el adulto mayor reciba educación apta a sus necesidades y características para poder enfrentar el proceso del envejecimiento y sobre todo para desarrollar o modificar hábitos que le garanticen autonomía e independencia que realce su calidad de vida.

El derecho a la educación para el adulto mayor tiene un significado especial, pues representa una oportunidad de actualización, participación social y reafirmación de sus potencialidades. Para las personas que transitan por esta etapa de la vida, la educación puede contribuir al desarrollo de una cultura del envejecimiento e incremento de la calidad de vida expresada en mayores estándares de salud, felicidad y bienestar (García, 2007).

La enfermería en la educación del adulto mayor debe incluir la promoción de estilos de vida saludables y el tratamiento de las condiciones que afectan negativamente la salud: ambientales y socioeconómicas; para romper el ciclo que genera enfermedades crónicas, degenerativas, discapacidad y dependencia.

Dado el nivel del envejecimiento en México y de la educación actual que recibe el adulto mayor, es importante identificar estrategias de enseñanza que permitan al profesional de la enfermería facilitar al adulto la construcción de aprendizajes lógicos y psicológicos que le permitan construir conocimientos nuevos que provoquen un envejecimiento activo y saludable que incremente su calidad de vida.

Desarrollo
Para este artículo se realizó una búsqueda y revisión bibliográfica sobre el envejecimiento actual en México para poder emprender acciones benéficas hacia la calidad de vida del adulto mayor, así como acerca de la repercusión del rol del profesional de la enfermería en el proceso de construcción de nuevos conocimientos hacia un envejecimiento activo y saludable.

El término envejecimiento ha cambiado y enfatizado en diferentes aspectos influenciados por la época y el lugar, así como por factores políticos, artísticos, estéticos, demográficos, éticos, religiosos, familiares y de parentesco. Al anciano se le ha visto como un sabio por su experiencia e incluso como una carga social.

Históricamente, en algunas tribus primitivas consideraban a las personas mayores como una fuente de sabiduría y se les cuidaba hasta su muerte; los trataban de acuerdo con sus costumbres, tradiciones y creencias religiosas más que por sus riquezas: el envejecimiento se vinculaba con mágica y religión. Otras tribus las consideraban una carga de la que debían desprenderse: eran sacrificados en rituales o abandonados (Millán, 2006).

Actualmente el envejecimiento se percibe como un proceso ineludible y gradual con cambios morfológicos y fisiológicos consecuencia del paso del tiempo sobre los organismos vivos (Medina et al., 2010). También se considera un proceso que disminuye poco a poco la vitalidad humana y que va acompañado de alguna enfermedad o de decrepitud e inutilidad (Villa, 2007).

Sin embargo, hoy la vejez se vincula con términos negativos: aislamiento, pobreza, fealdad, rechazo, temor, desesperanza y muerte (Quintanilla, 2006). Esta visión negativa de la vejez deriva de la ignorancia, una visión errónea, la edad y la cultura y parece ser mayoritaria en la población. La tesis de este artículo postula que no es así y que un anciano no es un discapacitado aunque sus funciones vitales se reduzcan y es vital considerarlo ya que la población mundial envejece y estas ideas requieren modificarse por la salud de los adultos mayores presentes y futuros.

El envejecimiento de la población en la actualidad
En México, según el Consejo Nacional de Población (CONAPO, 2008), se ha incrementado la población adulta mayor a un ritmo acelerado debido a factores como la caída de la fecundidad o los avances médicos que incrementan la esperanza de vida. Población que padece: pobreza, desprotección de los servicios médicos y sociales, dependencia, soledad y deficientes condiciones de vivienda (Sánchez, 2007) y en quienes suele verse afectada su salud física y psicológica.

De acuerdo con la CONAPO (2008), los adultos mayores en México mueren principalmente de enfermedades crónicas y degenerativas. Las causas más frecuentes de muerte en la senectud en hombres y mujeres son las enfermedades cardiovasculares: 30.4% y 33.1%; diabetes mellitus: 13.3% y 17.3%; tumores malignos: 14.2% y 11.8%; enfermedades respiratorias: 9.3% y 7.9%; y enfermedades digestivas: 9.3% y 7.7%, en hombres y mujeres, respectivamente.

La prevalencia de la discapacidad se incrementa gradualmente a partir de los 45 años de edad en hombres y mujeres, con niveles agudos a partir de los 70 años, cuando los riesgos de experimentar deterioro funcional asociado a la incapacidad son mayores. En los últimos años en México es la discapacidad motriz la más común en anciano: 56% en hombres y 62% en mujeres.

Al analizar estas cifras parece que dichas enfermedades están asociadas a las conductas de salud y estilos de vida del anciano. Aunque los factores genéticos son importantes, la conducta hacia acciones saludables permitirá alargar la vida, eliminar la posibilidad de aparición de ciertos problemas de salud o cursarlos sin complicaciones mejorando la calidad de vida. Por esto se requieren acciones preventivas ligadas a la información y educación del adulto mayor.

El envejecimiento activo y saludable
Según la Norma Oficial Mexicana NOM-167-SSA1-1997 para la Prestación de Servicios de Asistencia Social para Menores y Adultos Mayores, un adulto mayor es una persona de 60 años de edad o más.

El envejecimiento activo y saludable es multidimensional: física, biológica, de atención sanitaria, conductual, de estilo de vida, psicosocial, económica, política y espiritual, (Rodríguez y Lazcano, 2007). Todos estos factores son importantes y relevantes.

El envejecimiento satisfactorio se da en personas con declives fisiológicos mínimos, naturales (Wachtel y Fretwell, 2009). Esta definición abarca el aspecto fisiológico, pero no el psicológico y el cognitivo. Por ello, según la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2005) implica el proceso de optimizar las oportunidades para la salud, la participación y la seguridad, de manera que se realce la calidad de vida a medida que se envejece. También es considerado un estilo de vida que permite a las personas adultas mayores cuidar y mejorar su bienestar físico, social y mental, dándole oportunidades de participación activa en la sociedad y familia según sus necesidades, deseos y capacidades (Flores y Malpica, 2010), manteniendo la autonomía e independencia del anciano.

El anciano transita el proceso de envejecimiento activo y saludable si su calidad de vida es elevada, experimenta bienestar y buen funcionamiento, independientemente de la edad cronológica y las circunstancias en que se encuentre, teniendo un envejecimiento exitoso.

La calidad de vida implica: estado de bienestar físico, social, emocional, espiritual, intelectual y ocupacional que le permite al ser humano satisfacer apropiadamente sus necesidades individuales y colectivas (Pérez et al., 2009). Actualmente abarca: salud, alimentación, educación, trabajo, vivienda, seguridad social, vestido, ocio y derechos humanos. Así, “(…) la calidad de vida es un concepto básicamente referido al tipo de respuesta individual y social ante un conjunto de situaciones reales de la vida diaria” (Oblitas, 2010). El término está relacionado con las condiciones de vida y la satisfacción personal del sujeto, equilibrando los factores biológicos, psicológicos, sociales y familiares (trabajo el descanso, alimentación, relación familiar, esparcimiento, diversión y lo espiritual) (Cabrera, 2008).

El ejercicio, las modificaciones de la dieta, la estimulación social e intelectual mejoran la calidad de vida de las personas y promueven un envejecimiento activo y saludable (Wachtel y Fretwell, 2009). Estas estrategias suelen aprenderse en la familia.

La capacidad funcional es un indicador importante para que el profesional de la enfermería identifique las limitaciones del anciano y planee el apoyo y cuidados que puede proporcionar (Hernández, 2006).

La sociedad juega un papel importante en el envejecimiento activo y saludable, al igual que el sistema sanitario, los factores económicos y sociales, además de los aspectos personales y de estilo de vida de las personas.

Según la Asamblea Mundial de la Salud (2005): el envejecimiento activo y saludable abarca aspectos económicos (ingresos), sociales (apoyo, aprendizaje continuo), personales (autocuidado), conductuales, del entorno físico (seguridad) y los servicios de salud (asistencia sanitaria).

La cultura solidaria, el apoyo familiar y social, los valores, el respeto a los ancianos y la calidad sanitaria informada repercuten positivamente en el proceso de envejecimiento hacia la calidad de vida.

En el ámbito sanitario, el personal de enfermería debe brindar una atención y cuidados adecuados a los ancianos para un envejecimiento saludable al implementar estrategias de enseñanza adecuadas favoreciendo y motivando el autocuidado para mejorar o mantener su salud física, mental y social. También es relevante propiciar un aprendizaje autónomo y activo en los ancianos sin dejar de lado el cooperativo.

La educación del adulto mayor
Durante la vejez se presentan múltiples necesidades fisiológicas, sociales, psicológicas entre otras, las cuales derivan en problemas de salud diversos. La calidad del sistema de salud y sus trabajadores repercutirá positivamente para palear estos malestares.

La vejez es una etapa donde existen múltiples cosas por descubrir y grandes posibilidades de desarrollo y crecimiento personal, en donde la educación tiene una gran influencia. Esta educación debe ser de carácter preventivo para mejorar el bienestar del adulto mayor: educación para la salud, que conduce a un proceso de cambio de actitud y de conducta propia y del entorno (Álvarez, 2005); que promueve la motivación, las habilidades personales y la autoestima. Y según la Asamblea Mundial de la Salud (2005) es el derecho a educarse continuamente.

Según Millán (2006) la educación hacia el adulto mayor debe implicar tres aspectos: 1. Como práctica de servicios sociales (tiempo libre y ocio); 2. Como participación (cultural y social); y 3. Como autorrealización (con crecimiento intelectual y de la creatividad) para la satisfacción del adulto mayor.

Se asume que el logro de un envejecimiento activo y saludable repercute positivamente en la calidad de vida de la persona, y una buena participación en este aspecto por parte del profesional de enfermería mediante estrategias específicas para este grupo de edad es básica para el logro de este factor.

Conclusiones
El incremento de la población anciana en México ha propiciado la aceptación y adaptación de la sociedad frente a un adulto mayor vulnerable a padecer diversas enfermedades generadas por hábitos de vida o por desconocimiento en las repercusiones de dichos hábitos. Que aunados a la visión social de la vejez, colocan en una situación vulnerable al adulto mayor.

Por lo anterior es menester mejorar la calidad de vida de la población de adultos mayores promoviendo el envejecimiento activo y saludable de la mano del autocuidado, la independencia, la educación continua, la mejora de los servicios de atención sanitaria y la consciencia y práctica respetuosa y óptima de parte de la familia y la sociedad.

Dentro de la promoción del envejecimiento activo y saludable el profesional de la enfermería brinda un apoyo básico e indispensable por su contacto directo con el anciano buscando educarlo y motivando las acciones de autocuidado que modifiquen su actividad física, dieta, estimulación social e intelectual.

El profesional de la enfermería debe considerar la trascendencia de su papel frente a una población cada vez más anciana, por lo tanto, el proceso educativo y la metodología que utilice este servidor sanitario serán esenciales en la promoción del envejecimiento activo y saludable de la población mexicana actual y futura.

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La importancia de la promoción del envejecimiento activo y saludable en el adulto mayor para mejorar su calidad de vida. Año 1. Número 2

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