La formación del maestro primario en la atención al lenguaje escrito de los escolares. Año 4. Número 12

Autores: C. Lucía Puñales Ávila y Omara Fernández Artiles.

RESUMEN
El lenguaje escrito se emplea para significar algo en un contexto comunicativo particular con una intención y un propósito determinado. Su atención en el proceso de enseñanza-aprendizaje implica situar a los escolares en una posición activa y reflexiva ante su uso, lo cual implica la formación de maestros en la búsqueda de adecuados modos de actuación, en correspondencia con las demandas sociales y teniendo en cuenta los criterios más actuales, sobre ello versa este artículo.

PALABRAS CLAVE: Formación, maestro, lenguaje, escritura, enseñanza.

INTRODUCCIÓN
En Cuba, la formación profesional de estudiante universitario está vinculada con la necesidad de generar profesionales aptos para satisfacer las crecientes demandas sociales usando la tecnología y la ciencia para mejorar las condiciones sociales. En las carreras pedagógicas, la formación de profesionales debe contribuir a la educación de las nuevas generaciones de cubanos para preservar y transmitir los valores y principios de la Revolución.

En la especialidad de Educación Primaria los egresados ayudan a construir la ideología del niño para hacerlo protagonista y responsable en sus actividades escolares, externas, su independencia, generación de valores, capacidad autocrítica, responsabilidad, flexibilidad, independencia y compromiso social.

El licenciado en Educación Primaria debe orientar científica y prácticamente a los niños para fortalecer su personalidad integral. Debe propiciar la asimilación de conocimientos, formas de pensar diversas, comportamientos y sus repercuciones con el sistema de valores e ideales de la Revolución Socialista (Rico, 2008). Así, formar profesionales en pedagogía que respondan a las necesidades de la sociedad y los estándares del Modelo de Escuela Primaria es fundamental ya que ellos poseen una capacidad investigativa sólida, interdisciplinaria, sistemática capaz de problematizar teórica y prácticamente, de ahí la necesidad de estandarizar todas las disciplinas.

Al respecto, es esencial que la formación del futuro maestro primario atienda al lenguaje de los escolares por ser un medio esencial de cognición y comunicación humana, que identifica a cada hombre y a una nación determinada.

El lenguaje es un sistema de signos o señales, establecido convencionalmente, con el que se comunica algo. Es la vía para las relaciones interpersonales, para la comunicación entre los hombres, puede ser oral o escrito. En este sentido, el lenguaje escrito demanda una atención especial, por ello la propuesta de que el estudiante de la Licenciatura en Educación Primaria atienda al lenguaje escrito de los escolares.

DESARROLLO
La formación del profesional en Educación Primaria es fundamental y se vincula fuertemente al aplicar los conocimientos adquiridos en la práctica educativa. En el Modelo del Profesional (2010) se plantea que sus funciones “constituyen la exteriorización de las propiedades inherentes a la profesión de educador, que se manifiestan en su modo de actuación profesional. Son funciones, la docente–metodológica, la orientación educativa y la investigación–superación” (MES, 2010).

El proceso de formación laboral investigativa tiene como núcleo integrador esencial la clase, forma organizativa fundamental de la Educación Superior, y como contexto de concreción la práctica laboral que forma las habilidades profesionales necesarias para la dirección del proceso educativo y el de enseñanza-aprendizaje.

En tal sentido, las clases de las diferentes asignaturas deben contribuir a la formación de adecuados modos de actuación profesional, en este caso relacionados con la atención al lenguaje escrito de los escolares teniendo en cuenta, además, que uno de los objetivos generales de la Educación Primaria es:

Evidenciar el dominio práctico de su lengua materna al escuchar y comunicarse verbalmente y por escrito, con unidad, coherencia, claridad, emotividad, belleza, originalidad, fluidez y corrección; lo que se evidencia en la aplicación de las reglas ortográficas y gramaticales aprendidas; el trazado y enlace de la letra cursiva, así como de un vocabulario ajustado a las normas éticas. Leer en forma correcta, fluida y expresiva e interpretar adecuadamente las ideas que los textos contienen (Rico et al., 2008).

Lo anterior señala la necesidad de que el maestro primario pueda conducir acertadamente el proceso de adquisición y/o perfeccionamiento del lenguaje escrito, en correspondencia con el grado. Por ello, durante su proceso de formación ha de ser preparado en el desarrollo de habilidades comunicativas que le posibiliten redactar adecuadamente un texto escrito, y debe preparársele, desde el punto de vista didáctico, en los contenidos más actualizados y con mejores resultados en la práctica educativa.

Desde aquí, en este artículo se propone que en las asignaturas del ciclo Estudios Lingüísticos se incorporen contenidos relacionados con las normas textuales y el proceso de la construcción, en tanto en la Didáctica de la Lengua Española los que son afines a las etapas de su enseñanza, así como la manera de enseñar las acciones que realiza el escolar primario durante la escritura de un texto.

En relación con ello, en la formación se le ha de enseñar al estudiante que el lenguaje es un hecho social por lo que a la escuela primaria le corresponde la tarea de preparar al escolar para las disímiles situaciones comunicativas que tiene que enfrentar durante su interacción con los semejantes, adultos y en la sociedad, mientras, el lenguaje escrito es aquel en el cual se emplea el código escrito en función de significar algo, con una sintaxis específica, en determinado contexto, exige del uso adecuado de los medios lingüísticos y necesita un tiempo para elaborarse. En él, se puede narrar, describir, argumentar, exponer, informar, publicar, se recrea la realidad y expresan sentimientos, en dependencia de la situación de comunicación, la intención y la finalidad comunicativa.

Es el lenguaje escrito el que se utiliza en la construcción del texto escrito, tiene como característica esencial su carácter perdurable y permanente, el texto escrito deja huellas indelebles del progreso social, del desarrollo humano, es por tanto portador de todo el legado de la humanidad. Es portador de los saberes de su autor y del contexto en que se produce, en consecuencia: contribuye a la transmisión de la cultura.

En el proceso de la escritura se simboliza la imagen auditiva en caracteres escritos, se sustituye la lengua oral por sus imágenes, lo que eleva su nivel de abstracción y debe ser tenido en cuenta en su enseñanza-aprendizaje. En tal sentido, es importante señalar que el carácter mediato del lenguaje escrito, a diferencia del oral porque se realiza en ausencia del interlocutor, carece de la dinámica de la conversación por lo cual en él se debe aclarar todo lo que se desea expresar con precisión y claridad, lo que puede generar desmotivación por escribir. De ahí la importancia de recurrir a situaciones comunicativas, como la necesidad de comunicarse, entendidas como narración breve en la cual aparece un conflicto comunicativo en un contexto específico, con determinada intencionalidad, que el escolar debe satisfacer mediante una tarea comunicativa.

Al respecto, se considera que al escribir un texto se produce un proceso de construcción y transformación de la realidad en el cual se implican, no sólo el conocimiento del código oral y del sistema de escritura, sino también las posibilidades y potencialidades de cada escolar atendiendo a lo que su medio cultural le ha aportado, así como, al desarrollo de sus procesos cognitivos.

Es un proceso complejo de producción de ideas lógicas, coherentes, asociadas a un tema específico, expresadas con determinada sintaxis que tienen como fin significar algo con una intención dada, en un contexto comunicativo concreto. Supone la necesidad de comunicación y el desarrollo del pensamiento.

El estudiante de la carrera de Primaria debe conocer que el texto escrito viene organizado y coherente de ciertas expresiones. Por ello, durante su construcción se han de aplicar una serie de normas que garanticen que pueda ser leído y comprendido por otras personas. Estas normas deben aplicarse conscientemente.

Según se expresa en el diccionario, norma es la “regla que se debe seguir o a que se debe uno ajustar” (Alvero, 1976), en tanto, regla es pauta, principio, base, razón a la que se han de ajustar las acciones.

Desde este punto de vista, las normas textuales “son el conjunto de reglas que orientan hacia la construcción de un texto, cualquiera sea su extensión y tipología, de manera que cumpla con los principios de textualidad” (Domínguez García, 2011). Las normas textuales, consideradas como principios son: la progresión temática, la coherencia, la pertinencia textual y el cierre semántico.

La progresión temática es aquella norma que establece que en toda construcción es preciso desarrollar una idea, ampliarla, avanzar en la información que se ofrece desde que se enuncia el tema. Las ideas que se conocen reciben el nombre de tema y las que se escriben para desarrollar el tema se llaman rema. La progresión temática se logra añadiendo nuevos elementos o ideas (rema) al tema.

No es suficiente progresar o desarrollar un tema, es preciso hacerlo de forma coherente, de ahí que la coherencia sea otra norma textual que se evidencia en la relación lógica y afinidad de todas las ideas que se formulan en el texto, de manera que las partes se integren en un todo único, coherente. Se logra cuando las ideas constituyen una sucesión o secuencia ordenada y lógica, una prolongación que le da sentido de unidad al texto. En ello, desempeña un papel importante la selección de los medios lingüísticos a emplear en la construcción, según la situación de comunicación.

La pertinencia se refiere a que todas las ideas del texto deben coincidir en él semánticamente organizadas, respondiendo a la intención y finalidad comunicativa que motivó su escritura. Se debe lograr la expresión paulatina y sucesiva de la información, sin los llamados “saltos” o vacíos, con una correcta enunciación de un nuevo tema para lo cual se pueden emplear conectores. De igual manera, es necesario tener en cuenta a quién se escribe, lo que se desea decir, cómo se va a decir, el vocabulario a emplear, entre otros aspectos.

El cierre semántico se manifiesta en el cierre, conclusión o terminación que todo texto debe tener, de manera que su receptor comprenda que llegó a su fin. La preparación del estudiante de la carrera de Primaria debe comprender, también, los contenidos de la didáctica de la construcción de textos, la cual, actualmente, se basa en la necesidad de enseñar el proceso, de centrar la atención en la enseñanza de las estrategias para construir un texto, más que en el texto definitivo. Según este criterio el escolar es el protagonista principal de su aprendizaje, por ello es importante ofrecerle las vías para aprender, en tanto desarrolla su comunicación y pensamiento.

En este sentido, durante mucho tiempo pedagogos y maestros consideraron que lo más importante en la escritura de un texto era su resultado, es decir, el texto final escrito por el escolar. Por ello, en la clase la atención se centraba en el trabajo terminado, en la calidad de lo que se escribía, sin embargo, en la actualidad, fundamentado en nuevas ideas que le conceden extraordinaria importancia al proceso de aprender, se considera que es un proceso, el cual comienza desde el momento en que se decide que es necesario escribir un texto.

Los criterios anteriores, sustentan lo que en este trabajo se plantea sobre enseñar a los estudiantes de la licenciatura en Educación Primaria el proceso de la construcción de un texto escrito, que supone enseñar las estrategias y las acciones a realizar: cómo construir el texto. Entre las acciones a realizar durante el proceso de la construcción están: hablar acerca del tema, pensar, organizar las ideas, planificar lo que se va a escribir, escribir y revisar lo escrito; concretado en determinados subprocesos: planificación o planeación de la construcción, textualización o escritura del texto y revisión de lo escrito.

Planificar o planear la construcción incluye: determinar el tema sobre el que se va a escribir y el tipo de texto que se va a emplear, para qué se debe escribir, por qué, a quién escribir, organizar las ideas y elaborar un plan de construcción.

El plan de la construcción consiste en un conjunto de puntos o enumeración de ideas a desarrollarse posteriormente, contribuye a la organización lógica y coherente del texto; mediante preguntas, oraciones afirmativas o enunciados.

El subproceso relacionado con la escritura del texto implica la selección de los medios lingüísticos adecuados y la aplicación de normas textuales, ortográficas, léxicas, morfológicas, sintácticas y caligráficas. Este es el momento de hacer un borrador donde las ideas puedan ser cambiadas con adiciones y supresiones, tantas veces como sea necesario en la búsqueda del cierre semántico.

Revisar lo que se escribe para rectificar errores es una acción que se ejecuta constantemente mientras se escribe. En ella se debe tener en cuenta el ajuste al tema, la calidad de las ideas que se escriben, su orden lógico, la concordancia entre sujeto–verbo, sustantivo-adjetivo, artículo-sustantivo, si se repiten palabras o expresiones y por último si se logra concluir el texto.

Al respecto, es esencial enseñar que el proceso de la redacción o escritura de un texto ocurre en las etapas de orientación, ejecución y control, las cuales tienen como aspecto distintivo el carácter recursivo y cíclico del proceso.

En la etapa de orientación, como su nombre lo indica, se dan las orientaciones necesarias para la adecuada escritura del texto, a saber: se orienta la situación comunicativa, el contexto, la finalidad del texto, su propósito e intención comunicativa. Se precisa qué significar, se realiza la búsqueda oral de las ideas sobre el tema, lo que constituye el trabajo oral previo, donde las ideas se expresan, amplían, enriquecen y organizan. La organización de las ideas supone la confección del plan de la construcción.

En esta etapa hay que enseñar a expresar ideas claras, lógicas y suficientes sobre el tema. En ella se proyecta la ejecución, incluye la comprensión de por qué, para qué se construye el texto, qué se va a significar, cómo, dónde se significa y con qué se cuenta para hacerlo. Garantiza la adecuada realización de la etapa de ejecución.

En la etapa de ejecución, se manifiesta la comprensión de lo que se va hacer y cómo. Se aplican los procedimientos para realizar la construcción escrita, lo cual se logra con la mediación de la orientación y controlando su cumplimiento.

En la ejecución se textualiza la información. Los escolares deben escribir y borrar en la búsqueda de un texto más acabado. Por ello, hay que orientar la ejecución, atender no sólo la expresión correcta de las ideas, el ajuste al tema, la coherencia de lo que se escribe, el uso del léxico, sino también la caligrafía y la ortografía.

En esta etapa es importante considerar que en la concepción del proceso de la construcción es esencial la elaboración de un borrador donde las ideas puedan ser cambiadas en correspondencia con el proceso mental que realiza quien escribe lo cual implica escribir las ideas, leerlas y corregirlas tantas veces como sea necesario.

Por último, la etapa de control se manifiesta desde el inicio de este proceso. En la etapa de orientación se comprueba el conocimiento sobre el tema, la determinación de para qué se construye, con qué intención y finalidad, a quién va dirigido el texto, la comprensión de sus características, las de la oración y el párrafo como niveles constructivos, la realización del plan, así como el conocimiento de los procedimientos que se van a emplear. Se controla la planeación.

Durante la etapa de ejecución el escolar se implica en el control de lo que hace, (autorevisión), mediante la lectura y relectura puede identificar errores y enmendarlos para modificar y perfeccionar su construcción; puede, mediante la planeación, autocontrolar sus procesos.

En la etapa de control, propiamente dicha, se comprueba el resultado que se obtuvo, se efectúa la valoración y autovaloración del texto escrito a partir de las orientaciones planteadas. Es el momento final del proceso y conduce a nuevas modificaciones.

En este momento final se debe conversar sobre la satisfacción con el tema, identificar las principales dificultades, sugerir vías de solución, proponer el uso de nuevos vocablos y expresiones, ejemplificar el uso de normas ortográficas, sintácticas, morfológicas, corregir errores caligráficos. Se debe concertar el nuevo tema sobre el cual se desea escribir.

CONCLUSIONES
Actualmente, en la formación del maestro primario ha de considerarse la atención al lenguaje escrito de los escolares teniendo en cuenta su implicación en el desarrollo del pensamiento y en el proceso de la comunicación. En tal sentido, en las disciplinas y asignaturas relacionadas con la lengua y su enseñanza adquiere relevancia la enseñanza de las normas textuales, el proceso de la construcción, así como las etapas de su enseñanza, de manera que el proceso formativo sea un contexto propicio para el desarrollo de habilidades y la formación de adecuados modos de actuación profesional.

BIBLIOGRAFÍA
Alvero Francés, F. (1976). Cervantes. Diccionario manual de la lengua española. Tomo II. La Habana: Pueblo y Educación.

Domínguez García, I. (2011). Normas textuales. En Normativa: un acercamiento desde el enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural. La Habana: Pueblo y Educación.

MES. (2010). Modelo del Profesional de la Educación Primaria. Carrera Primaria. En soporte digital.

Rico Montero, P., Bonet Cruz, M., Castillo Suárez, S., García Ojeda, M., Martín-Viaña Cuervo, V., Rizo Cabrera, C. y Santos Palma, E. M. (2008). El Modelo de Escuela Primaria cubana: una propuesta de educación desarrolladora. En soporte digital.

La formación del maestro primario en la atención al lenguaje escrito de los escolares. Año 4. Número 12