Inteligencia emocional como prevención de enfermedades psicosomáticas gastrointestinales en estudiantes universitarios. Año 1. Número 2

Autora: Yazmín Guadalupe Muñoz Hernández.

Resumen
Las enfermedades físicas son el resultado del desequilibrio emocional persistente. Este tipo de malestares se denominan psicosomáticos y para prevenirlos se propone una intervención para desarrollar la inteligencia emocional en estudiantes universitarios que padecen gastritis. Este artículo versa sobre esta propuesta.

Palabras clave:
Inteligencia, emocional, psicosomático, gastritis, emociones.

Introducción
Dada la prevalencia de algunas enfermedades digestivas es importante contar con una propuesta de intervención al cambiar el estilo de vida de las personas mediante el control de sus emociones. “Se considera que 50% de la población mundial está infectada con la bacteria Helicobacterpilory, causante de gastritis crónica y úlcera péptica”; en México la tiene 70% de la población, entre 16 y 35% sufre colon irritable y entre 15 al 20% presenta úlcera péptica. En niños de 10 años la prevalencia gástrica alcanza 50%: 17% úlcera gástrica, 4% complicaciones de la úlcera y 1% cáncer gástrico (Quenk, 2014).

Un trastorno psicosomático es un proceso psíquico (emocional) que influye y afecta en lo somático (corporal). Algunos factores con repercusiones psicosomáticas son: el estrés continuo; la inadecuada expresión de tristeza, rabia, miedo, alegría, afecto; la mala alimentación y escasa actividad física; las relaciones superficiales; y la escasa habilidad para relajarse (Solís Sánchez, s.f.). Las personas con pensamientos de desesperanza y depresión tienen mayor probabilidad de padecer enfermedades crónicas. Diversos órganos expresan estos factores: a nivel digestivo (colitis, gastritis, hemorroides); respiratorio (asma); cardiovascular (hipertensión, infartos); aparato genitourinario (trastornos menstruales); sistema endocrino (diabetes, obesidad); aparato locomotor (dolores lumbares, artritis), entre otros.

Por ejemplo, las personas con úlceras son ambiciosas (de afecto o reconocimiento), con impulsos agresivos, reprimidos e irritados, su objetivo sólo es trabajar y poseer aunque se empobrezcan en otros ámbitos (Diez Benavidez, 1975). En este caso la emoción afecta el funcionamiento psíquico. La emoción es capaz de pasar del nivel psíquico al nivel fisiológico o psicopatológico de acuerdo con los resultados de investigaciones en fisiología (Smadja, 2009).

Desarrollo
Adultos jóvenes en México
Durante el proceso evolutivo el hombre ha adquirido ciertas características que lo distinguen de otros seres vivos: el pensamiento abstracto o el lenguaje simbólico, logrando modificar su medio ambiente. En esta investigación se abarcará la etapa de adultez joven o temprana, se observará la afectación gástrica por influencia emocional.

La población en México es rica en cultura y tradiciones. Actualmente residen 20.2 millones de jóvenes (una quinta parte de la población total: 108.4 millones -2010-) entre los 15 y 24 años de edad: 10.4 millones son adolescentes (15 a 19 años) y 9.8 millones son adultos jóvenes (20 a 24 años) (CONAPO, 2011).

En esta etapa se desarrolla la identidad personal, la conciencia como individuos únicos; esto se logra a partir de la toma de decisiones como la elección de una carrera profesional y se adquiere una noción más amplia y definida de la responsabilidad. Y los ejemplos adecuados llevarán a este joven a una vida adulta exitosa.

Por otra parte, también hay elementos que impiden el desarrollo humano: las psicopatologías o los hábitos dañinos. Actualmente hay mayores factores de riesgo que generan enfermedades que pueden provocar, incluso, daños irreparables en el organismo, afectando la calidad de vida del individuo y de aquellos que lo rodean.

Actualmente una de las problemáticas que más preocupan a los expertos en salud, es la mala alimentación y nutrición que existe entre los jóvenes universitarios. Según datos de la última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional en Colombia (Ensin), realizada por la Organización Mundial de la Salud, el Instituto Nacional de Salud y el Bienestar Familiar en el año 2010, uno de cada tres jóvenes entre 18 y 24 años no come frutas diariamente, cinco de cada siete no consumen verduras, uno de cada seis adolescentes presenta sobrepeso u obesidad, siete de cada diez colombianos incorporan comida de la calle en su alimentación diaria o semanal y a esto se le suma[n] los graves trastornos alimenticios, que cada vez son más comunes entre las jóvenes adolescentes (García, 2010).

Los horarios extensos, el tiempo invertido para realizar tareas, estudiar para exámenes, etc., dejan poco tiempo para preocuparse por llevar una alimentación balanceada, aunado a los costos en colegiaturas, transporte, libros, alquiler y uniformes, deja poco presupuesto para los alimentos, y los más “baratos”, cercanos a las zonas universitarias y al alcance de los alumnos: carecen de nutrientes, están sobrecargados de grasas, azúcares y carbohidratos, incluso la higiene e ingredientes puede ser de dudosa procedencia.

Sistema gastrointestinal
El sistema digestivo tiene dos partes: el tubo digestivo y los órganos accesorios. El tubo digestivo es largo, se extiende desde la cavidad oral y termina en el ano; este camino incluye la boca, la faringe, el esófago, el estómago y los intestinos grueso y delgado. Los alimentos que se ingieren son absorbidos por el tubo digestivo y los que no resultan útiles al cuerpo son desechados.

Aunque existen decenas de enfermedades que afectan al aparato digestivo, las principales son: cáncer, úlceras, colitis y gastritis. Esta última afecta a 70% de la población mexicana, sin embargo, no todas estas personas sufrirán las molestias más severas o las consecuencias más graves de la gastritis, con los cuidados adecuados se pueden prevenir las afectaciones al organismo.

La gastritis es un trastorno asociado a cambios inflamatorios en la mucosa gástrica, la población suele padecer la crónica leve y moderada, siendo más propensas las personas de edad media o avanzada. La severidad depende de cómo reacciona el organismo a esta enfermedad: si sólo ocurre un daño superficial esta patología será poco perjudicial, pero si su evolución es prolongada generará una atrofia en las glándulas y el estómago se atacará a sí mismo teniendo como resultado ulceras realmente dolorosas.

La inteligencia emocional y su relación con la psicosomática
En la antigüedad se creía que los espíritus malignos eran los portadores de las enfermedades y que sufrir una patología era un castigo de los dioses. Con los años la investigación médica identificó el funcionamiento del cuerpo sano y del enfermo.

Hipócrates en la antigua Grecia desarrolló la teoría humoral, que indica que las enfermedades tienen su origen en el desequilibrio de los cuatro fluidos circulares del cuerpo (sangre, bilis negra, bilis amarilla y flemas); la personalidad también es influyente para la enfermedad ya que el temperamento afecta de forma específica.

Una escuela que marco un gran paso para la psicosomática fue la psicoanalítica, fundada por Sigmund Freud. En ella se formularon teóricamente las alteraciones psicológicas. “La teoría psicoanalítica sostiene que los impulsos inaceptables y prohibidos eran reprimidos y buscaban formas alternativas de descarga. Además, dichos impulsos, expresados a un nivel somático, tenían un significado simbólico relacionado con el evento psíquico. El histérico desplazaría la experiencia dolorosa al inconsciente y luego, la reacción retomaría en algún problema físico” (Oblitas 2010).

El apoyo en el manejo de las emociones beneficia notablemente la salud. Para ello se puede usar la inteligencia emocional que analiza una situación para elegir la mejor solución al problema. Para Howard Gardner hay ocho tipos de inteligencia y explica que cada ser humano tiene mayor habilidad para resolver problemas en un área específica de conocimiento. Daniel Goleman, por su parte, explica la división de la inteligencia en dos partes: intelectual y emocional.

Diversos autores han señalado la importancia de conocerse a uno mismo como elemento clave para poder dar lo mejor y más adecuado en la relación con los demás. Por otra parte, este conocimiento, ha de ser enriquecido con lo que nos aporta el contacto con otras personas. No somos únicamente aquello que vemos en nosotros mismos, sino también aquello que de manera más o menos consciente, transmitimos a las personas que nos rodean, tanto a los amigos o la familia como a las personas menos cercanas como los compañeros de trabajo, vecinos, conocidos, etc. (Muñoz, 2007).

La transformación personal puede convertir a un simple trabajador en un líder capaz de equilibrar su vida laboral con su vida privada. Para poder desarrollar la inteligencia emocional y convertirla en una aliada se necesita: conciencia de uno mismo, autogestión (autocontrol, optimismo, aceptabilidad e iniciativa), conciencia social (empatía y actitud de servicio), gestión de relaciones (influir positivamente, trabajar en equipo, equilibrio para resolver conflictos).

La inteligencia emocional se aprende y se desarrolla, y aunque existe una carga genética heredada de los padres en cuanto al tipo de carácter, es bien sabido que éste puede modificarse, es decir, que si los padres a pesar de tener un carácter fuerte o explosivo, se saben controlar es porque han aprendido a controlar sus emociones. Lo más seguro es que su hijo tendrá predisposición al mismo tipo de carácter, pero asimilará la manera controlada de comportarse de sus padres desarrollando un buen nivel de inteligencia emocional (Rodríguez, 2007).

Conclusiones
La gastritis afecta severamente el funcionamiento del aparato digestivo principalmente de la población joven, por la falta de cuidados y los inadecuados hábitos que tienen (comida chatarra, escaso tiempo y conocimiento para preparar alimentos saludables, adicciones, estrés académico y la falta de control emocional). Pero si se trabaja en una etapa temprana (prevención) se pueden reducir los costos a los servicios de salud, evitar el dolor y las molestias a los pacientes y alcanzar una mejor calidad de vida.

La propuesta en este artículo recae en la atención a la mente de los sujetos en aquello que no se observa a simple vista, las emociones. Ya que atendiendo este factor, algunas enfermedades, como las gastrointestinales, pueden no presentarse en pacientes que son conscientes de sus afectaciones externas y cómo afectan a su salud.

Finalmente, la inteligencia emocional ayuda a comprender el sentir de uno mismo y el de los demás, también brinda cierto control para manejar las emociones y obtener ciertos resultados donde las emociones afectan. Para esto es fundamental el conocimiento y la guía especializada pues los resultados de la inteligencia emocional óptima a largo plazo son benéficos no sólo psíquica sino también físicamente.

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