Frente a los adultos, los jóvenes pueden aprender las cosas más difíciles de manera más fácil, sea chino, skateboarding o polinomios.
La neuroplasticidad (capacidad cerebral para generar conexiones neuronales) es un factor vital más efectivo en la niñez y la adolescencia, porque el cerebro está en desarrollo.
Al parecer, el desarrollo no es tan estricto. Es posible modificar factores no incorporados a temprana edad para un impacto adulto, como la formación musical, los factores de crianza, el apego o desapego materno, que pueden modificar el ADN si se inyectan ciertas sustancias al cuerpo, al menos en ratas de laboratorio se han probado estos factores.
Los experimentos de laboratorio sugieren que es posible reabrir el periodo crítico de aprendizaje cerrado en la niñez. Esto ocurre porque la plasticidad cerebral es estructural pero también molecular y ahí es donde los medicamentos podrían modificar la plasticidad.
Lo que esto implica es que efectos dañinos son reversibles en otras etapas de la vida. Se puede eliminar un trauma vital, mitigar o revertir sus efectos en el adulto, pero la tentación de la neuroplasticidad es sobre todo su potencial para tratar enfermedades como el alzhéimer o el autismo.
Por Érika Hernández Jiménez.
Aliat Universidades.
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