La incubación empresarial en las universidades potosinas y el impacto de los mecanismos de fomento al emprendimiento. Año 3. Número 7

Autora: Jacqueline Cruz Ortega.

 

Resumen
El presente artículo aborda el desarrollo de la incubación de empresas en las instituciones de nivel superior en la capital de San Luis Potosí, México, a partir de las estrategias que fortalecen a la comunidad estudiantil, concentrándose en la generación de valor a partir de la ciencia y la tecnología, con la finalidad de mejorar la gestión empresarial universitaria, reducir la incertidumbre por la incubación y su impacto en el sector empresarial y económico.

Palabra clave: PYMES, incubadora empresarial, negocios, competencias.

Introducción
En la presente investigación se da a conocer y se analiza el papel que juega la universidad en la generación de proyectos emprendedores mediante los diferentes programas y mecanismos que se implementan en su interior para aumentar dichos proyectos y su impacto social. Por lo que la intervención de la triple hélice es fundamental ya que articula acciones conjuntas entre los sectores (educativo-empresarial-gubernamental) que fomentan la generación empresarial (Etzowitz y Zhou, 2006).

Como afirma Rice (2013), la implementación de los programas de incubación de empresas en las universidades mexicanas ha alcanzado logros significativos al servir de soporte socioeconómico en todo el mundo y contribuir con ello a la generación de mayores empleos.

Los primeros antecedentes de incubadoras de negocios se producen en el contexto universitario en Estados Unidos, su desarrollo cronológico ha sido analizado por algunos estudios que identifican los beneficios del proceso de incubación empresarial en las instituciones educativas de nivel superior (Bravo, Álvarez y Pineda, 2011).

En la década de 1950 surgieron las primeras industrias de alta tecnología en Silicon Valley emprendiendo un programa de desarrollo tecnológico impulsado por la Universidad de Stanford y el Stanford Research Park, inicialmente dirigido a los estudiantes con el objeto de fomentar el emprendimiento e impulsar la transferencia de tecnología desde la universidad al sector empresarial, al vincular estas relaciones con una mayor competitividad y desarrollo dentro de los sectores educativo y productivo (Josh, 2012).

De acuerdo con Nelson (2005), en la actualidad, gobiernos, universidades y organismos públicos trabajan en la innovación industrial, de ahí la importancia del apoyo a incubadoras de empresas y la creación de parques científicos o fondos públicos de financiamiento que conlleven mayor desarrollo y crecimiento del entorno productivo.

Por su parte, la Global Entrepreneurship Research Asociación (GERA) afirma que para los gobiernos el emprendimiento se ha convertido en una herramienta poderosa para combatir la pobreza y reducir la desigualdad social. Por ello la preocupación actual del Estado es consolidar las diferentes estructuras que contribuyen al apoyo de las incubadoras empresariales, tanto en el sector educativo como en las políticas públicas federales y estatales (Perdomo y Lozada, 2013).

Por lo tanto la generación de incubadoras de empresas dentro del sector educativo durante tres décadas ha contribuido a reducir los índices de desempleo en los jóvenes, y a generar mayor cohesión económica y social. Según afirma la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) (2002), en San Luis Potosí los indicadores de las universidades muestran programas de incubación de nuevas empresas, en su mayoría de egresados, las cuales brindan oportunidades de trabajo al término de los estudios (Loredo, 2015).

Así, el emprendimiento es un tema prioritario para los gobiernos actuales y una meta de las entidades educativas dada la situación económica de la primera década del siglo XXI (Secretaría de Economía, 2015), con niveles de desempleo significativos en todo el mundo. “En México cada año ingresan al mercado laboral 12 millones de jóvenes. Si 3% de estos jóvenes pusieran alguna empresa generando cinco empleos cada uno, al final crearían 1,8 millones de empleos”. “Hoy nuestro reto es crear los ambientes que retengan, atraigan y promuevan este impulso al emprendimiento” (Alba, 2015).

Según la Secretaría de Desarrollo Económico en San Luis Potosí (SEDECO) (2015) el desarrollo de las incubadoras empresariales ha aumentado en los últimos 10 años debido al impulso y preocupación de dar cumplimiento a los objetivos de la educación en cuestión de emprendimiento en los jóvenes, por lo que hoy es un soporte para el desarrollo social y económico del país y del estado (Mayer Granados y Jiménez Almaguer, 2011).

De acuerdo con la presente investigación y el estudio de Healey (1993), una incubadora empresarial es un ente económico que se vincula con diferentes sectores. Es una entidad que acompaña a personas emprendedoras en la creación, impulso y consolidación de empresas preponderantemente innovadoras (Lalkaka, 2005).

Por lo que el acompañamiento en este proceso implica ofrecer apoyos en la elaboración del plan de negocios, asesorías, capacitación y espacios propicios para el desarrollo creativo y empresarial (Vallejo y González, 2009). Por lo tanto, en la actualidad las universidades han implementado programas que aportan procesos para desarrollar proyectos que propicien el talento emprendedor en los estudiantes, ya sea a través de incubadoras de empresas de la propia Universidad o mediante el asesoramiento en la canalización hacia programas externos como el Instituto Nacional del Emprendedor (INADEM) (Escalante, 2015).

Por otro lado, en las universidades potosinas se desarrolla el emprendimiento al enseñar a formar empresas (técnica, tecnológica y financieramente) desde aspectos básicos administrativos, de finanzas, de producción y de habilidades gerenciales (en programas que duran seis o 12 meses) de acuerdo con las necesidades de la empresa en formación (Guerrero, 2005).

Afirma Aernoudt (2004) que al existir el aumento de estos programas y vincularlos a los sectores productivos se reducen las condiciones de desempleo a nivel regional y mejora el desarrollo estatal. Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en el año 2014, en San Luis Potosí aumentó la generación de Mipymes, 2% del total nacional. Por ello las universidades implementan programas para generar y proyectar el espíritu emprendedor en los estudiantes, principalmente de semestres avanzados, donde desarrollen habilidades y competencias en tres pilares fundamentales: ser, saber y hacer (Loredo, 2015).

Impulsar las incubadoras universitarias requiere de gran voluntad de las autoridades académicas, visualizar su contexto y el trabajo conjunto de profesores y la institución para impulsar proyectos empresariales e involucrar a los estudiantes en ecosistemas de emprendimiento con los nuevos retos empresariales que se demanden; promoviendo diferentes programas que apoyen el espíritu empresarial de los estudiantes como: congresos, conferencias, capacitaciones, talleres, concursos de innovación (Escalante, 2015).

En el caso de la capital potosina la vinculación de la triple hélice ha favorecido los lazos comerciales con diversos sectores productivos de la región, propiciando la generación de Mipymes en San Luis Potosí en 2% (UASLP, 2015).

La generación de incubadoras universitarias potosinas y su interrelación con los sectores productivos es una tarea compleja y conjunta entre los participantes de la triple hélice, por lo que se requieren generar actividades productivas que favorezcan las condiciones económicas y sociales de la región (Díaz, 2005). También se requiere incrementar la competitividad entre todos los sectores, fortaleciendo así los mejores desempeños posibles y el éxito.

De acuerdo con el INEGI, de las 2 millones 885 mil empresas en México sólo 0.2% son grandes; el resto son micro, pequeñas y medianas, conformadas por grupos de trabajo de cinco a 30 personas (INEGI, 2013). Por ello, más de 80% de las nuevas empresas aportan un derrame económico considerable, de ahí la importancia de la vinculación de empresas con organismos gubernamentales y privados que permitan generar apoyos para el emprendimiento en proyectos de innovación y creación tecnológica (Smillor y Gill, 1986).

Algunos problemas para generar una empresa y consolidarla son: la falta de competitividad, los altos costos, el marco jurídico de operación, el desconocimiento del mercado, la falta de financiamiento, el escaso acceso a sistemas de soporte tecnológico (González, 2007). Sin embargo, para apoyar la solución de estos problemas las incubadoras dan continuidad a los proyectos propuestos por los estudiantes y los orientan para su éxito, así surge la red de apoyo al emprendedor con la asistencia de expertos (INADEM, 2013).

Por lo tanto, un papel de las universidades es apoyar la generación de nuevas empresas y el desarrollo de nuevas tecnologías en diferentes áreas y sectores económicos (CEPAL, 2010) para mejorar la economía del país y el estado a través de nuevas propuestas y competencias que permitan administrar las empresas de forma más eficiente (Díaz, 2005).

Por otro lado, González (2006) afirma que las incubadoras universitarias cuentan con el apoyo del gobierno a través de programas federales que ofrecen espacios físicos y de asesoramiento para diseñar un plan de negocio, entrenamiento y vinculación a la vida empresarial de manera más sólida y estructurada a través de la capacitación y consultoría especializadas a los emprendedores, canalizándolos a diferentes organismos públicos como el Sistema de Financiamiento para el Desarrollo del estado de S.L.P. (SIFIDE), el INADEM y el Fondo Pymes, encargados de promover y financiar proyectos de emprendimiento (Secretaría de Economía, 2011).

Los objetivos de las universidades respecto de las necesidades sociales y tecnológicas provocan el surgimiento de innovaciones en cuestión de emprendimiento que propician mejores economías en la región (CEPAL, 2010). Por lo tanto, la generación de las incubadoras en San Luis Potosí es favorable y se alinea a programas institucionales y federales que fomentan una educación innovadora y tecnológica, dando cumplimiento a los objetivos que Plan Estatal de Desarrollo en materia de educación en el estado de San Luis Potosí (Plan Estatal de Desarrollo, 2013).

Por otro lado, existen tendencias educativas que impactan el entorno de las incubadoras universitarias como los modelos de talento de emprendedores (ANUIES, 2015). Según Duque (2011), estas tendencias educativas propician que el estudiante desarrolle habilidades y competencias empresariales: el actual eslabón en el desarrollo de las nuevas empresas.

Cabe señalar que el sistema educativo a nivel superior ayuda a difundir la moderna economía del conocimiento consolidando nuevos proyectos empresariales con una generación de empresarios más competitivos y en mejores posiciones dentro de la economía nacional (González, 2006).

Así, el sistema educativo universitario enfrenta grandes retos para transmitir conocimientos y tecnología que mejoren a las nuevas empresas y potencien las competencias que los emprendedores nacionales requieren, mientras son asesorados en los programas gubernamentales y privados que aportan capitales para la generación de proyectos productivos (ANUIES, 2015).

De acuerdo con datos estadísticos de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), 305 mil jóvenes recién egresados de las universidades son vulnerables frente al desempleo integrándose a la informalidad para obtener ingresos. Por ello la necesidad de los gobiernos federales, estatales y municipales de generar políticas públicas que apoyen el desarrollo y financiamiento a jóvenes egresados para crear nuevos empleos formales (ANUIES, 2015).

Actualmente la interacción entre las empresas y las instituciones educativas es un factor primordial del crecimiento económico, generador de empleo y competitividad; al definir claramente qué necesidades tiene el mercado para producir y cómo hacerlo, usando efectivamente los recursos, y maximizando los beneficios que permiten aumentar su infraestructura, equipamiento y tecnología para ser más competitivos y tener más acceso a financiamiento de acuerdo a sus necesidades económicas y de inversión (Fondo Pyme, 2012).

Es importante considerar que las incubadoras empresariales también tienen como finalidad constituir modelos de desarrollo económico que beneficien a la sociedad (Nelson, 2005), ayudando así al fortalecimiento de talentos creativos y empresariales basados en un conocimiento previo que deriva de la investigación y la innovación. Por lo tanto una incubadora es un programa que pretende el surgimiento del emprendimiento o negocio de base tradicional o tecnológico (Liu y Qiu, 2009).

Desarrollo
Una incubadora de empresas es un centro de atención y acompañamiento a emprendedores que brinda servicios de asesoría a los empresarios para mejorar técnicas administrativas, de innovación y gestión en sus empresas (Tecnológico Nacional de México, 2015), en un espacio o ambiente que combina diversos procesos de desarrollo de negocios, infraestructura y asesoría encaminados a proyectos de innovación que a largo plazo beneficien a la sociedad y a la economía del país al ser empresas más competitivas (Entrepreneur, 2015).

Actualmente en México existe el Programa Nacional de Emprendedores de la Secretaría de Economía cuyo objetivo es promover el espíritu emprendedor de los mexicanos, impulsando una cultura empresarial que permita crear empresas sólidas y exitosas que se integren a la base económica del país y generen más empleo (INADEM, 2013). En este programa se agrupan todos los modelos de incubadoras existentes en México: incubadoras de negocios tradicionales (NT) que abarca negocios básicos en comercio y servicios al por menor; incubadoras de tecnología intermedia (TI) que representan a los negocios que usan tecnología en sus procesos; finalmente las incubadoras de alta tecnología (AT) que son empresas tecnológicas y de innovación en su producción (Secretaría de Economía, 2011).

En la tabla 1 se muestran los porcentajes de los tipos de modelo de incubadoras existentes en México y en el estado de San Luis Potosí, de acuerdo con la clasificación de la Secretaría de Economía.

Tabla 1. Incubadoras en México (Secretaría de Economía, 2015).

El Emprendedurismo en San Luis Potosí y su entorno
Cabe señalar que la tarea que las universidades potosinas han realizado respecto del fomento del emprendimiento a través de sus programas ha tardado en consolidarse en el estado (Escalante, 2015). En 2011 había ocho incubadoras en dos municipios del estado: tres TI, cuatro NT y una AT. En la tabla 2 se muestran las instituciones con programas de incubación de empresas en sus currículos (Secretaría de Economía, 2011).

Tabla 2. Incubadoras de empresas por tipo o modelo en S.L.P. (Secretaría de Economía, 2011).

La misión básica de los mecanismos de fomento a los proyectos de emprendimiento universitario es animar el espíritu emprendedor para desarrollar proyectos de innovación, con poco riesgo de fracaso en sus primeros años de existencia; así como el fortalecimiento de las ideas de negocio de los estudiantes que las desarrollan (Barriga, 2015).

Para esta investigación se llevaron a cabo entrevistas en diferentes instituciones de nivel superior: Instituto Tecnológico Superior de San Luis Potosí, Universidad Politécnica de San Luis Potosí, Universidad del Valle de San Luis Potosí, Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey campus San Luis Potosí, Universidad del Valle de México campus San Luis Potosí, Universidad Tecnológica de San Luis Potosí, que coinciden en dar importancia a los programas de emprendimiento y la vinculación entre Estado-Empresa-Universidad (triple hélice) con los siguientes objetivos:

Tabla 3. Objetivos en los programas de emprendimiento.

De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 se contempla la incubación de empresas, la cultura emprendedora y el fortalecimiento de las Mipyme, en un entorno donde se identifica el fomento al desarrollo tecnológico y la investigación, al igual que la transferencia de conocimiento vinculando a sectores productivos.

Al llevar a cabo la presente investigación a partir de 2013 se identificaron las nuevas incubadoras reconocidas por el INADEM en el estado de San Luis Potosí. En la tabla 4 se muestran las existentes en la región.

 

Tabla 4. Incubadoras potosinas (INADEM, 2014).

En la tabla 4 se destacan cuatro incubadoras reconocidas por el INADEM, como alternativa para canalizar los proyectos que se generen, y cuentan con los siguientes servicios (INADEM, 2014):

 

Tabla 5. Servicios de las incubadoras de empresas en San Luis Potosí (INADEM, 2014).

De acuerdo con la literatura revisada y con los datos obtenidos de estas universidades: Universidad Autónoma de San Luis Potosí, Universidad Tecnológica, Instituto Tecnológico de San Luis Potosí capital, Universidad del Valle de San Luis Potosí, Instituto Tecnológico de San Luis Potosí y Universidad Politécnica de San Luis Potosí, existe la inquietud universitaria por fomentar y consolidar proyectos emprendedores en la capital del estado de San Luis Potosí. Por lo que en la tabla 6 se muestran los mecanismos de fomento que emplean estas instituciones y sus objetivos.

 

Tabla 6. Mecanismos de fomento de emprendedores (Universidades potosinas, 2016).

Las universidades son la principal conexión entre el emprendedor, los programas de emprendimiento y el sector productivo (Díaz, 2005). A continuación se describen los criterios de selección de los expertos para identificar proyectos de incubación exitosos de acuerdo con su importancia. La tabla es el resultado de las entrevistas con el personal de vinculación que se relaciona con las incubadoras de empresas.

Tabla 7. Criterios de selección de proyectos de emprendimiento (Universidades potosinas, 2016).

En esta tabla 7 se muestran los criterios que las universidades consideran para desarrollar proyectos estudiantiles y canalizarlos a los apoyos y asesorías que requieran.

Tabla 8. Impacto de los Programas de incubación empresarial en las Universidades.

Para finalizar, en la tabla 8 se presenta el impacto de los programas de incubación empresarial en las Universidades potosinas.

Por lo anterior, afirma Healey (1993), actualmente las universidades juegan un papel primordial en la formación y el desarrollo del talento emprendedor estudiantil y cada vez es mayor el compromiso que se tiene por consolidar proyectos de emprendimiento a través de diversos mecanismos; por lo que existen muchas alternativas y programas institucionales que las mismas universidades ofrecen para canalizar y desarrollar la creatividad e innovación de sus estudiantes vinculándolos con programas gubernamentales de fomento al emprendedor y con organismos de financiamiento (Barriga, 2015).

Un aspecto relevante es el papel decisivo de la universidad en la generación de mecanismos que fomenten el talento emprendedor de los estudiantes y la vinculación de ellos con las instituciones gubernamentales y privadas que apoyen su talento emprendedor (Hernández, 2016).

Conclusiones
El entorno actual en las incubadoras de empresas en las universidades es complejo ya que conlleva un proceso metódico y adaptable a las necesidades de cada nuevo empresario. Y las incubadoras de empresas de las instituciones públicas requieren de mayor infraestructura, tecnología, investigadores en diferentes áreas y proyectos innovadores que abarquen diferentes ámbitos (Barriga, 2015).

Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2013), el incremento y la consolidación de Mipymes en el estado de San Luis Potosí en los últimos 10 años se vincula a dos áreas: comercio y manufactura.

Es importante destacar el impacto de las incubadoras en los programas universitarios pues también influye en el panorama del egresado sobre su ámbito laboral, lo que alentará mayor competitividad, la permanencia en el mercado y la incorporación en la cadena productiva del emprendedor (García y Enciso, 2011).

Según el INEGI en el 2013 el crecimiento de las Mipymes en el estado de San Luis Potosí fue significativo en desarrollo y creación de nuevas empresas y sectores productivos y económicos del estado, resultado del trabajo conjunto de las instituciones de educación superior con las autoridades gubernamentales para consolidar programas de incubación.

Por su parte, el Tecnológico Nacional de México afirma que en las universidades deben existir: una planta de docentes preparados y capacitados en áreas de emprendimiento; especialistas en diferentes áreas; estudiantes con inquietud, talento emprendedor y creatividad; y programas institucionales que fomenten la innovación y la tecnología en el país (Tecnológico Nacional de México, 2015).

Las incubadoras empresariales tienen hoy un impacto significativo y son una preocupación de los centros educativos superiores (Hernández, 2016). Por ello las universidades actualmente implementan programas de incubación de empresas beneficiando con ello los procesos administrativos, tecnológicos, financieros, de acompañamiento y consolidación de las empresas incubadas (Loredo, 2015). Y existe también una mayor interacción con organismos gubernamentales y privados que apoyan los diversos proyectos de emprendimiento (Tecnológico Nacional de México, 2015).

La universidades potosinas se transforman constantemente respecto del fomento emprendedor, favoreciendo las condiciones para su generación exitosa, por lo que desde su función original de enseñanza paulatinamente han incorporado las funciones de investigación y transferencia de tecnología e innovación que han cobrado una gran importancia en el desarrollo de nuevos proyectos empresariales (Loredo, 2015). Así, el modelo de universidad preponderante en el siglo XXI, la “Universidad Emprendedora” (Smilor y Gill, 1986), está vinculado con las necesidades del entorno y es un motor de desarrollo regional y nacional.

Y como afirma Healey (1993), un nuevo reto de las universidades incluye el éxito de los programas institucionales de emprendimiento que permitan el desarrollo de habilidades gerenciales, financieras y administrativas en los nuevos emprendedores al brindarles un seguimiento integral hasta su consolidación.

Estas nuevas experiencias deben impactar también en la generación de otros proyectos dada su interacción con diversos canales y redes emprendedoras que permitan las mejores condiciones para mejorar la puesta en marcha de una empresa (Hernández, 2016).

Como afirma Espinoza (2015): “Las Incubadoras de Negocios tienen la finalidad de consolidar los diferentes procesos que conllevan el desarrollo de las diferentes técnicas y estrategias para integrarse de manera exitosa en un mercado en sus primeros años de sobrevivencia ya que este periodo es de alto riesgo”, es por ello que se multiplican los esfuerzos para capacitar y asesorar al emprendedor en cada una de las etapas de su negocio.

Por lo que un aporte práctico de esta investigación es visualizar la importancia de la generación de empresas y su impacto en el desarrollo del estado a través de nuevas tecnologías, innovaciones y procesos capaces de vincularse con la industria y seguir procedimientos gubernamentales para su mayor éxito. Esto generará un eslabón en el crecimiento económico del país e impulsará nuevos empleos que beneficien a la población en general (Gutiérrez, 2013).

Para concluir, los centros universitarios son generadores de conocimiento e innovación con el compromiso de transmitir experiencias, técnicas y herramientas para el desarrollo de proyectos innovadores y de emprendimiento propios. Por ello es importante la preparación de profesionistas en docencia, investigación y estrategias para vincularse mejor con los sectores empresariales y gubernamentales (Tecnológico Nacional de México, 2015) que impulsen nuevas empresas y mejoren las condiciones socioeconómicas del país; aumentando la calidad de vida y el bienestar de la sociedad; interactuando al mismo tiempo con la comunidad científica, industrial y comercial a través de la incorporación de asesorías de las universidades hacia la industria al generar patentes, licencias e investigaciones que mejoren los procesos productivos, gerenciales, administrativos u operacionales de las organizaciones en creación y desarrollo (Escalante, 2015).

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