En un país como México, donde los índices de obesidad son superiores a los de casi cualquier otro país del mundo, resulta sumamente importante comenzar a cambiar los hábitos alimenticios de la población, instaurar reformas de salud, incrementar el nivel de actividad física de la población y, en general, buscar cualesquiera mecanismos para reducir los riesgos a la salud que conlleva esta patología en la población de nuestro país.
De acuerdo con un estudio realizado y publicado por el New England Journal of Medicine la alimentación de tipo mediterránea reducción los riesgos a la salud de aquellos que no la llevan.
La presencia de muchas frutas, verduras, pescado, aceite de oliva, pollo y vino en la dieta alimenticia diaria es fundamental cuando hablamos de esta alimentación mediterránea. El estudio de la publicación arriba citada se realizó durante cinco años en más de 7000 personas en quienes fue posible detectar una reducción del 30% en los riesgos cardiovasculares cuando las personas comían bastantes frutos secos o aceite de oliva.
Un factor interesante de este estudio, es que las condiciones de la dieta mediterránea no son extremas ni complicadas, por lo que sólo el 7% de los participantes en el estudio abandonó esta forma de alimentación en menos de dos años, el resto la mantuvo. Esto es debido a que no es una dieta compleja o difícil. Aunque lo que sí confirmaron los investigadores es que los participantes sí hubieran incrementado la ingesta de frutos secos o aceite de oliva en su alimentación.
En el caso de este estudio, los resultados indicaron bajas en los riesgos cardiovasculares, recordemos que el incremento en la actividad física (menos habitual en las vidas sedentarias modernas) y una dieta adecuada no sólo reducen riesgos cardiovasculares, sino que mejoran considerablemente la calidad de vida de la gente. Es tiempo de modificar nuestro comportamiento y reducir los riesgos en nuestra salud, sin importar el género o la edad que tengamos.
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