Alrededor del mundo, es cada vez más constante encontrar personas que abandonan sus lugares de origen y países con la finalidad de lograr mejores condiciones de vida para ellos y sus familias, siempre teniendo en mira la construcción de un futuro más sólido que el que puede ofrecerles su lugar de nacimiento. Hoy México enfrenta oleadas de migrantes que desean recorrer el país de sur a norte, pero que no en todos los casos logran su objetivo.
En todo el mundo hay centenas de millones de personas en constante movilidad, en migración. La mayoría rehúyen las condiciones de vida, a veces silvestres, precarias, inadecuadas, que viven y sufren en sus países de origen, aunque la realidad suele enfrentarlos a condiciones aún más difíciles en su carácter de migrantes. La discriminación, el tratamiento inhumano e indigno, la violación de sus derechos humanos y la pobreza suelen ser algunos de estos retos para los migrantes del mundo.
A pesar de lo anterior, los migrantes mantienen sus esperanzas y anhelos frente a la incertidumbre de sus condiciones de origen y los riesgos que les espera su nueva condición migratoria. Por esto el 4 de diciembre del año 2000, la Asamblea General de las Naciones Unidas, “ante el aumento de los flujos migratorios en el mundo”, declaró el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante. Con esta declaración se buscaba crear consciencia en la población del mundo acerca de la vida y peligros que enfrentan los migrantes del mundo. Y hoy más que nunca es deber de los habitantes del mundo, hacer el planeta un lugar digno de los migrantes para conseguir que la migración funcione y que quienes necesitan vivir en nomadismo en busca de un mejor hogar no enfrenten odio ni exclusión sino apoyo e inclusión, la humanidad lo necesita hoy más que nunca.
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