La depresión después de la pandemia. Primera parte

Por ser uno de los problemas más comunes en la actualidad y estar vinculado a otras condiciones médicas con afectaciones sociales, hoy abordaremos brevemente el papel de la depresión en relación con la salud emocional y la obesidad, mientras que la siguiente semana plantearemos los casos y tipos de depresión. La finalidad es saber qué ocurre con este mal del siglo XXI para poder tratarlo de la mejor manera e impactar socialmente en mejoras de salud pública.

Cuando hablamos del ánimo, los expertos afirman que el manejo de las emociones, lo que implica conocerlas y ajustarlas de acuerdo a los cambios y condiciones de vida modernos, es fundamental para inhibir la ansiedad y la depresión.

Manejar adecuadamente estas dos emociones trae consigo que las personas sobrelleven mejor las condiciones de estrés y ritmos tan acelerados en los que suele vivirse en la actualidad. Pero no es sólo pertinente para un manejo del estrés y el cambio, lo es también para reducir los riesgos de compensar con otras condiciones las tenciones constantes.

Una de las condiciones de compensación de la depresión es la ingesta excesiva de alimentos, principalmente de carbohidratos y grasas, lo que en la actualidad ha provocado que en México más de 70% de la población tenga problemas de sobrepeso e incluso obesidad.

“La causalidad no está del todo establecida: no sabemos qué es primero, si la depresión por padecer obesidad, o la obesidad por padecer depresión. Sin embargo, sabemos que existe una correlación entre ambas; la parte afectiva juega un papel importante en el tratamiento”, indicó Erika Escalante, coordinadora de la Especialidad en Obesidad y Comorbilidades de la Universidad Iberoamericana.

Lo que sí se ha observado en pacientes con sobrepeso es la presencia de ansiedad y depresión, los cuales se agravan frente a una vida llena de estrés y en ambientes donde los alimentos sanos y bajos en calorías a precios accesibles no son lo común.

Para la experta de la Universidad iberoamericana, la clave está en aprender a manejar las emociones para desarrollar hábitos alimenticios adecuados que no se vean afectados por las condiciones de vida como el sedentarismo. Por lo que el tratamiento psicológico debe ir de la mano del tratamiento de problemas de salud como los derivados por malos hábitos de alimentación.

La próxima semana abordaremos los diferentes tipos de depresiones, ya que sólo a partir del conocimiento de los estados emocionales se puede recurrir al tratamiento adecuado de ellos.

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La depresión después de la pandemia. Primera parte

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