Ausencia de metas profesionales: falta de motivación hacia el estudio y para la culminación de una carrera profesional. Año 3. Número 7

Autor: Emigdio Abidán Pérez Hernández.

RESUMEN
En este artículo se analiza la ausencia de metas profesionales, la falta de motivación del estudiante para prepararse académicamente, para terminar una carrera profesional, así como la falta de actitud positiva en las actividades educativas de los estudiantes y de los problemas del contexto escolar y el fomento de ausencia de metas en la vida.

 PALABRAS CLAVE: Ausencia, falta, motivación, carrera, profesional, metas.

INTRODUCCIÓN

El mundo globalizado, altamente tecnológico, fuertemente vinculado en las redes sociales, por el consumismo, desapegado de valores y ausente de metas de vida es el que enfrenta el docente, este contexto se interpone en el proceso de enseñanza–aprendizaje. Lo más alarmante en un aula es la falta de motivación por el estudio, la falta de metas y de objetivos para culminar una carrera profesional. Por esto peligra la vida académica del estudiante: repercute en su bajo rendimiento escolar y llega a la deserción. Este tema es de vital importancia para prevenir problemas académicos y eliminar estos aspectos en el aula de clases.

En este artículo se analizan las causas de tipo psicológico que conllevan a la falta de motivación en los alumnos para generar estrategias de solución y eliminar o disminuir esta falta de motivación a fin de tener una sociedad estudiantil más preparada que ayude al desarrollo de su sociedad, que cuente con ideales firmes y con una psicología innovadora y progresista, ya que “las personas actúan por diferentes motivaciones. Si sabemos cuáles son y se asignan tareas en función a estas, aprovecharemos mejor los potenciales del personal en las compañías y aumentaremos su productividad” (Quesada, 2007). De manera que se cuente con individuos íntegros y competentes tanto en el ámbito laboral como en el social.

La educación tiene un papel primordial en el crecimiento y desarrollo de los estudiantes, es por ello que la prioridad en la educación y en la conciencia del docente es atacar los índices de fracaso o falta de motivación estudiantil para ser profesionales. Este aspecto es vital para crear conciencia y buscar alternativas de mejora en la calidad educativa para una convivencia armónica en la sociedad.

DESARROLLO

La formación estudiantil requiere del apoyo de la Psicología para que estudiantes y profesionales conozcan el papel crucial que tiene la educación en la formación personal, social, moral y física de un ser humano en plenitud. Por lo tanto, la falta de motivación en los estudiantes para alcanzar metas profesionales inicia con la falta de actitud positiva hacia las actividades escolares, culturales y deportivas, con la apatía al estudio, a las tareas y a todo proceso de enseñanza–aprendizaje generado en el salón de clases, también “el desinterés es el desapego y desprendimiento de todo interés, provecho o utilidad personal” (Jackson, 1980). Esto genera aspectos negativos y perjudiciales en la vida escolar del estudiante y lo limita de alcanza una vida profesional plena.

Para González Maura (2004), los motivos de una persona para elegir una profesión están vinculados a la motivación. “Estos motivos se distinguen, en su contenido, por el predominio de motivos intrínsecos o extrínsecos a la actividad profesional que, en el orden funcional, determinan distintos grados de desarrollo en la autodeterminación de la actuación profesional”.

Los alumnos están en etapas difíciles y de constantes cambios tanto físicos como psicológicos y emocionales, por ejemplo: en la adolescencia que es “la edad que sucede a la infancia y que transcurre desde la pubertad hasta el desarrollo completo del cuerpo” (White Delcompare et al., 1982). Es de suma importancia para el desarrollo ya que los estudiantes están en un periodo adaptativo y de formación de identidad, con o sin objetivos y de lo que quieren ser en un futuro. Estos cambios reflejan un alto grado de inmadurez en su vida escolar y social, con repercusiones en el bajo desempeño académico, la deserción y la experimentación.

También existen problemas cognoscitivos que los estudiantes acarrean desde su formación básica y repercuten significativamente en su quehacer educativo. Para Vygotsky el aprendizaje es un proceso activo, permanente, que desarrolla la mente: sin aprendizaje no hay desarrollo. En mutuo acuerdo con la perspectiva de Vygotsky, el aprendizaje es una herramienta para el desarrollo, donde lo lleva a niveles más altos y la interacción social es fundamental para el aprendizaje. “La transformación de un proceso interpersonal en uno intrapersonal es el resultado de una larga serie de eventos evolutivos” mientras el ser humano aprende (Vygotsky, 1978).

Otros problemas en el estudiante tienen raíces psicomotoras y psicosociales que dificultan su aprendizaje y lo desmotivan para continuar sus estudios profesionales, “en las investigaciones que se han desarrollado sobre los aspectos motivacionales, se pueden distinguir dos grandes grupos. Por un lado, lo que hoy se entiende como motivación académica, definida como el conjunto de procesos implicados en el inicio, dirección y mantenimiento de la conducta, es decir, lo que permite poner en acción una conducta y mantenerla en el tiempo con el objetivo de alcanzar una determinada meta” (Suárez Riveiro y Fernández Suárez, 2004). Es por ello que el trabajo del docente es fundamental en el contexto escolar, ya que no sólo es un transmisor de conocimientos, sino un tutor para con sus estudiantes mientras fomenta el desarrollo cognoscitivo e integral como ser humano, lleno de valores, actitudes y aptitudes para la vida académica y personal de los educandos al fomentar -metas profesionales.

La falta de motivación en los estudiantes para alcanzar metas profesionales ha coexistido siempre en el aula de clases, aunque se debe a muchos factores y depende del contexto en que se encuentre ya que varía de un lugar a otro, algunas causas pueden ser:

  • La ausencia de motivación.
  • Baja autoestima.
  • Problemas para relacionarse con los demás.
  • La falta de comunicación y participación de los padres de familia con los alumnos.
  • Problemas familiares.
  • Problemas económicos.
  • Familia disfuncional.
  • Ambiente antisocial, autoritario y tedioso.
  • Métodos de enseñanza deficientes.

Por lo tanto, el docente puede considerar el análisis crítico, reflexivo y analítico en el proceso educativo, de manera que ayude a sus estudiantes a orientarse en las habilidades educativas y humanas para: “(…) preparar a nuestros hijos y alumnos para que sepan afrontar y superar dificultades, dado que los éxitos y los fracasos son consustanciales en la vida” (Burgos, 2002). Es decir, debe ser un formador de seres humanos lleno de vocación y paciencia por su quehacer dentro del aula, de manera que los alumnos puedan aprovechar todas las instituciones educativas a su alcance, así como apoyos para seguir preparándose académicamente.

“La principal meta de la educación es crear hombres capaces de hacer cosas nuevas y no simplemente de repetir lo que han hecho otras generaciones: hombres creadores, inventores y descubridores. La segunda meta de la educación es formar mentes que puedan ser críticas, que puedan verificar y no aceptar todo lo que se les ofrece” (Piaget, 1968).

Finalmente, es fundamental la comprensión e interpretación de la realidad de nuestra sociedad para emprender caminos hacia una formación holística, ideal e integral, una cultura de fantasía, de colores positivos que se encaminen en el progreso de las sociedades más necesitadas y olvidadas, basándonos en la reflexión y la libertad de pensamiento y el actuar de cada día como individuos, ya que “Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión” (Freire, 1996). Porque no basta con tener ideales firmes y convincentes, más bien, es la práctica de esos ideales la que genera un cambio en nuestra sociedad.

CONCLUSIONES

La sociedad del conocimiento actual requiere el desarrollo de competencias profesionales que faciliten la convivencia, el progreso, el desarrollo y la sustentabilidad de la sociedad y del ser humano individualmente. Esto implica prepararse en un mundo globalizado y frente a una revolución tecnológica que acelera el progreso y que requiere individuos profesionalizados.

El trabajo conjunto de estudiantes, docentes, padres de familia, directivos, gobierno, sindicatos educativos es vital para conseguir procesos educativos sólidos, armoniosos y solidarios que mejoren la calidad de vida de cada ser humano y, por lo tanto, de la sociedad.

BIBLIOGRAFÍA

Burgos, M. (2002). El Fracaso Escolar. Madrid: Acento Editorial.

Freire, P. (1996). Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI.

González Maura, V. (2004). La orientación profesional y currículum universitario. Una estrategia educativa para el desarrollo profesional responsable. Barcelona: Laertes.

Jackson, W. M. (1980). Diccionario Léxico Hispano. México.

Piaget, J. (1968). Los estadios del desarrollo intelectual del niño y del adolescente. La Habana: Ed. Revolucionaria.

Quesada, L. A. (2007). El poder de la motivación. Recuperado de http://www.arearh.com/rrhh/podermotivacion.htm

Suárez Riveiro, J. M. y Fernández Suárez, A. P. (2004). Escalas de evaluación de las estrategias motivacionales de los estudiantes. Anales de Psicología (Murcia), 21(1):116-128.

Vygotsky, L. (1978). Interaction between learning and development. Readings on the development of children, 23(3):34-41.

Wertsch, J. V. (1985). Vygotsky and the social formation of the mind.  Cambridge: Harvard University Press.

White Delcompare, Z. et al. (1982). Cambios psicobiológicos y adaptativos del adolescente. (Tesis). Guatemala.

Ausencia de metas profesionales: falta de motivación hacia el estudio y para la culminación de una carrera profesional. Año 3. Número 7

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