Es bien cierto que mientras más transcurra el tiempo, la incursión de diversas tradiciones, culturas y pensamientos, ha ido modificando la manera de hablar, sentir y percibir las situaciones y acontecimientos que han marcado nuestro paso por el mundo.
Las posadas son un referente simbólico de la religión católica y actualmente han experimentado diversos cambios. La sola laicidad enunciada en nuestra Carta Magna en su artículo tercero las ha transformado en un motor cultural de cambio: “la educación debe ser laica y gratuita”.
En la actualidad las celebraciones religiosas, al menos en México, parecen ser cada vez más y siguen presentes en momentos como Semana Santa o la celebración del nacimiento del niño Jesús. Según la iglesia católica, en este artículo constitucional no se discriminan, atacan o hieren susceptibilidades; su finalidad es resaltar los valores imperantes en la sociedad civil.
Las posadas, hoy, incluyen símbolos mexicanos como el ponche combinado con bebidas alcohólicas, los antojitos nacionales y las piñatas elaboradas en distintas ciudades del país, todo ello como símbolos que nos distinguen del resto del mundo.
Los cambios en la sociedad, al modernizar las formas de expresión del discurso y las tradiciones locales, han modernizado hasta las clásicas pastorelas: la recreación teatralizada, con diálogo y vestimenta, de la escena del nacimiento del niño Jesús. En Coyoacán, por ejemplo, durante diciembre se realiza una versión satírica y llena de simbolismos políticos y sociales modernos de las tradicionales pastorelas.
Tan se transforman las tradiciones, que desde hace algunos años en algunas escuelas se representan las pastorelas, a pesar de la laicidad indicada en la Constitución. Frente a los cambios, hasta los dichos de la Carta Magna resultan un poco olvidados.
Hoy, las tradiciones mexicanas ya no se celebran como hace años, sino que la transculturación y el cambio ideológico han dado como resultado mezclas que no son ni una cosa ni otra, son una mezcla de todo: el habla, las ideas, los símbolos y la cultura.
Gracias a nuestras tradiciones, no sólo se expresan sentimientos, valores y acciones que contribuyen al desempeño favorable de la sociedad, también se reflexiona sobre temas modernos y problemáticas actuales de la mano de símbolos religiosos o laicos que hoy se empatan sin problema. Estos cambios han transformado nuestra forma de ser, hablar y referirnos a las cosas que nos rodean, sin importar el origen de esas tradiciones.
Por Valeria Mendoza.
Universidad ETAC, Coacalco.
Referencia de la imagen:
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