Hablando de un mundo cambiante y exigente, proyectar lo que somos y queremos dar a conocer se complica cada vez más. Hemos escuchado decir que cada cabeza es un mundo y cada individuo piensa diferente. Seguro te habrá pasado que un profesor de deja vestir informal y otro no.
Me pasó que al inicio de una materia esencial, teníamos que vestir formales y leer un manual. Sólo aprendí que no importa lo bien que te vistas si no tienes una actitud que proyecte lo valioso que eres, de nada sirve. “Vestirse formal” es subjetivo, va desde la figura, de preferencia delgada, los colores que favorezcan, entre otros elementos.
Ahora que estoy a punto de ser egresada cambia un poco mi punto de vista. Alguna vez le dije a una profesora que no creía importante el asunto de la imagen pues nadie tiene derecho de juzgarte. Lamentable esta cultura estereotipar. Por eso mi opinión cambió y hoy sé que debo vestirme de acuerdo a dónde estoy, en clase, en el trabajo, en la calle.
Sólo recuerda, una actitud de liderazgo, positiva, que brinde confianza, acompañada de una buena presentación, siempre tendrá éxito siempre que se acompañe de seguridad personal. Se vale estar cómodo con la ropa que nos guste pero también se debe estar presentable y dar lo mejor de nosotros para ir creciendo tanto personal como profesional.
La imagen profesional es una clave importante, es lo que eres tú, la suma de los aspectos exteriores más tu personalidad, tu educación, tus valores. Tener una actitud de liderazgo acompañada con tu imagen harán una mancuerna perfecta en cualquier área laboral.
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Por Sarahi Ruth Pérez Romero.
Estudiante de Universidad ETAC, Coacalco.
Referencia de la imagen:
http://topfemperu.com/wp-content/uploads/2015/07/image_profesional_1.jpg
