Alrededor del mundo, y particularmente en nuestro país, se vive una crisis de obesidad ocasionada principalmente por el sedentarismo propio de nuestra época, además de los factores derivados de la mala alimentación y el escaso ejercicio físico que realiza la población. Bajos estas circunstancias, en esta nota puntualizaremos lo benéfico de modificar un hábito tan común como estar sentados.
De acuerdo con una investigación realizada hace algunas décadas y publicada en la revista The Lancet, los beneficios derivados de mantenerse de pie son mayores a lo que podríamos pensar. En esa investigación reportada por The Lancet se estudió a trabajadores de tren ingleses, tanto choferes (que pasan sus jornadas laborales completas sentados) como a los encargados de solicitar los boletos (que permanecen de pie todo el tiempo), los resultados mostraron que los segundos tenían casi la mitad de riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, con respecto de los primeros.
A partir de estos resultados se ha observado como el aumento de grasa en la sangre y altos niveles de triglicéridos traen consigo una importante reducción de la actividad de la enzima lipoproteinlipas, lo que incrementa el riesgo de padecer enfermedades que afectan el corazón. Y en la actualidad se sabe que la forma en que el cuerpo usa el azúcar es diferente si se está de pie o sentados.
Debido a que en la actualidad la gente pasa en promedio 12 horas de su día sentada, los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y desarrollar obesidad son muy grandes si además agregamos las 6 u 8 horas que se duermen, el resultado es un estado de sedentarismo elevado. Y como sugieren ciertos estudios, hacer ejercicio frecuentemente no es suficiente para contrarrestar los efectos negativos de pasar sentados tanto tiempo.
De ahí que el estudio que John Buckley de la Universidad de Chester y su equipo de investigadores han realizado resulta muy útil para entender lo importante de permanecer de pie varias horas al día. Estos investigadores pusieron a prueba a un grupo de personas a quienes les pidieron permanecer de 3 a 4 horas al día de pie mientras trabajaban (llevaban acelerómetros, medidores de glucosa, movimiento y de ritmo cardíaco) y al analizar los datos tanto de los días en que estaban de pie como en los que no, descubrieron que “Si nos fijamos en las pulsaciones, podemos ver que realmente fueron mucho más altas; en promedio unas diez pulsaciones más por minuto”, explica John Buckley, lo que resulta en una quema calórica de 50 calorías más por hora, si esto se multiplica por los días que se esté de pie, la actividad física es mucho mayor que si se está sentado. “Si quieres llevar esto a niveles de actividad, entonces sería el equivalente a correr diez maratones al año”, señala el experto, “con tan sólo estar de pie tres o cuatro horas al día en la oficina”.
El resultado es muy positivo para la salud y sólo implica permanecer de pie de 3 a 4 horas diarias en lugar de estar sentados. Los beneficios son muy grandes y si estos se añaden a la realización de actividad física frecuente y una buena alimentación, la población en general podría reducir los riesgos de padecer obesidad y sufrir enfermedades cardiovasculares.
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