Deserción escolar por embarazos a nivel preparatoria. Año 3. Número 6

Autora: Karla Valencia Porter.

RESUMEN

El presente artículo plantea una de las principales causas de la deserción escolar en el Nivel Medio Superior, la provocada por embarazos. Se exploran sus causas y consecuencias en el sector de la población denominada adolescencia y juventud.

PALABRAS CLAVE: Adolescencia, embarazo, deserción, escolar.

INTRODUCCIÓN

Uno de los factores que influencian la deserción escolar a nivel preparatoria es el embarazo precoz entre jóvenes estudiantes, que sin contar con la información o apoyos necesarios deben dejar la escuela, y donde ya sea la madre sola o el padre, deben ingresar al mercado laboral con bajos salarios y con el nivel educativo en el cual abandonaron los estudios. A continuación, se explican las consecuencias y el impacto que enfrentan dichos jóvenes, sus familias y la sociedad, así como algunas propuestas de solución.

DESARROLLO

La sexualidad y el amor son temas muy importantes para el desarrollo sano de los adolescentes, pero llevada de manera equivocada puede desarrollar problemas y trastornos profundos que marcan la vida de los jóvenes dentro del país.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como adolescencia al “período de la vida en el cual el individuo adquiere la capacidad reproductiva, transita los patrones psicológicos de la niñez a la adultez y consolida la independencia socio – económica” y fija sus límites entre los 10 y 20 años (OMS, 2011).

La etapa adolescente, se asume como el periodo donde finaliza la niñez y comienza una serie de cambios físicos, psicológicos, sociales, entre otros. Donde se van formando, dependiendo de las costumbres y cultura del entorno, se desarrolla la independencia e las ideologías propias para trazar un camino durante el resto de la vida.

El embarazo, según la OMS (2011), es un proceso natural, en el cual el cuerpo de la mujer aloja un ser por un periodo de nueve meses, siendo la reproducción humana un ciclo natural dentro de la vida. Pero, cuando se habla de un embarazo juvenil no deseado, no concebido de manera consciente, se interrumpe el trayecto estudiantil.

El problema principal al tener un embarazo no deseado, es la “Deserción Escolar”, no siendo una dificultad para el individuo en sí, sino para toda la sociedad.

Entre las consecuencias privadas (individuales), están la reproducción de las desigualdades sociales, la pobreza y su repercusión en la integración (o desintegración) de la Sociedad causando un impacto sobre la población infantil y adolescente. Se advierte al identificar que al carecer del conocimiento, de la formación y dirección necesarias, son susceptibles de incurrir en conductas de riesgo que trastocan su seguridad, integridad física, salud, libertad e incluso, su vida. La deserción escolar, por embarazos no deseados, llega a generar dos tipos de impacto (Dirección General de Prevención del Delito, 2011).

Estos impactos, como establece Goicovic (2002), son de tipo Social e Individual. Plantea que existe una parte importante de decisión por parte de los/as jóvenes de abandonar el sistema escolar en busca de una inserción temprana al mundo laboral y en su correlato en la generación de ingresos y acceso al mundo del consumo.

• Social: Fuerza de trabajo menos competente y más difícil de calificar, dificultad de la implementación de programas de entrenamiento (capacitaciones, actualizaciones, etc.), baja productividad en los trabajos como consecuencia de[l] crecimiento en las economías, bajo nivel educacional producido por el abandono de la escuela, costos elevados para implementar programas sociales y de transferencia a sectores que no logran generar recursos propios, reproducción intergeneracional de las desigualdades sociales y de la pobreza y como consecuencia su impacto negativo en la integración social.

• Individual: Estimación del menor ingreso futuro que obtienen las personas en el mercado de trabajo, cuantía de ingresos laborales que dejan de percibir durante la vida activa los jóvenes, menor consumo, baja calidad de vida, bajo nivel de ingresos familiares, por otra parte existen múltiples factores y causas que condicionan o determinan la deserción escolar, algunos de los cuales son característicos de los jóvenes y de sus situaciones socioeconómicas (factores extraescolares: pobreza, marginalidad, trabajo temprano, aislamiento del individuo como consecuencia de la falta o la incongruencia de las normas sociales dentro de la familia, adicciones, delincuencia, comunidad, familia y de otros asociados a la insuficiencia del propio sistema educativo (factores intraescolares: promiscuidad, disciplina, embarazo, bajo rendimiento, problemas conductuales, autoritarismo del docente, interacción profesor/alumno, contenidos alejados a la realidad del estudiante) (Goicovic, 2002).

Se asume que los antecedentes antes expuestos dan fundamento a la necesidad de profundizar en el conocimiento de este grupo significativo de la población que por su situación estaría expuesto a condiciones de alta vulnerabilidad. Es fundamental observar la situación de la maternidad y paternidad adolescente en preparatoria, la vulnerabilidad de los jóvenes menores de 20 años y las opciones de acceso a la educación semipresencial o en línea.

La población juvenil representa casi el 10% de la población mexicana (INEGI, 2010). Teniendo una importancia dentro de la sociedad ya que es la etapa más crítica en el desarrollo de los individuos dentro de las sociedades, no sólo es una etapa formativa que prepara a los jóvenes para la vida sino para la generación de ciudadanos responsables que sustentarán el futuro del país.

En la etapa adolescente se origina el desprendimiento de los jóvenes hacia los padres, dejando de ser niños. Por desgracia, el joven también experimenta su sexualidad sin asumir sus consecuencias, como los embarazos no planificados, la deserción escolar y el ingreso al mercado laboral tempranamente con salarios marginales.

Otra complicación es la edad inadecuada para concebir un hijo, que por el crecimiento y desarrollo de los jóvenes suelen tener hijos con deformaciones, bajo peso y capacidad intelectual. La inmadurez de la joven acarrea problemas de salud para ella también.

Además de la edad para concebir, también se encuentra el problema de la frustración ante la consecuencia, ya que se recomienda que la mujer madure y tome decisiones independientes y no por improvisación.

“Durante el curso escolar 2007-2008, un total de 6 255 542 jóvenes se inscribieron a la secundaria y 3 793 196 al bachillerato (un total de 10 048 738 adolescentes); el 6.12% de los estudiantes de secundaria y el 8.74% de los de bachillerato se dieron de baja; es decir, en todo el país y en ambos niveles, desertaron un total de 7 114 712 alumnos, cantidad que representa el 7.11% del total” (INEGI, 2005). Siendo los datos más importantes y crudos que enfrenta la sociedad mexicana actual.

Además de las consecuencias anteriores, la adolescencia se encuentra actualmente asociada a la presencia de riesgos como consumo de sustancias prohibidas, SIDA y otras enfermedades de transmisión sexual, depresión, accidentes e incluso la muerte; así que la etapa de la vida más importante para concientizar a esta población es durante la adolescencia.

Una de las causas principales de los embarazos precoces son los tabúes que dificultan la comunicación sobre la sexualidad y por lo tanto hay poca orientación paterna para informar al adolescente de manera correcta sobre estos tópicos.

Es importante también mencionar, el fenómeno social denominado “madre-solterismo”, el cual, al existir dichos tipos de embarazos no deseados, el joven padre no reconoce sus obligaciones ante el hijo y decide no continuar ni con la relación de noviazgo ni con la de padre-hijo, dejando sola a la madre adolescente y ella refugiándose tanto en su familia como en amigos o gente cercana.

Otra de las causas que implican a los jóvenes en los embarazos no deseados, son los factores psicosociales de riesgo en la adolescente embarazada como asicronía madurativa físico – emocional, baja autoestima, bajo nivel de instrucción, ausencia de interés, pérdida reciente de personas significativas, embarazo por violación o abuso, intento de aborto, propósito de entregar el hijo en adopción, familia disfuncional o ausente, sin adulto referente, trabajo no calificado, pareja ambivalente o ausente, condición económica desfavorable, marginación de su grupo de pertenencia y difícil acceso a los centros de salud (Issler, 2001).

Los adolescentes no están preparados para ser padres, con hombres desvinculándose de sus responsabilidades y mujeres encargadas de los hijos. En caso de sí asumir la responsabilidad es evidente la carencia por la baja capacitación y escolaridad insuficiente para acceder a trabajos bien remunerados por parte del padre, derivando en la “adopción” como miembro de la familia política o la propia familia como hijo–padre.

Esta situación genera angustia en la pareja. “Por ello es que el equipo de salud deberá trabajar con el padre adolescente, estimulando su compromiso con la situación, o bien posibilitando una separación que no parezca huida” (Issler, 2001).

La solución es que las materias de orientación sexual o los que juegan un papel de orientadores hacia jóvenes, deben promover y propiciar el desarrollo equilibrado del individuo como ser bio-psico-social, contribuyendo a la formación integral del ser humano, para poder adquirir sus valores, conocimientos y actitudes que le permitan vivir su propia sexualidad.

Actualmente es evidente la necesidad de cambiar el sistema educativo para mejorar la calidad de la educación.

Por ello, ha puesto gran énfasis en las acciones de apoyo pedagógico para el docente (creación del asesor pedagógico), en la capacitación docente (creación del Sistema de Desarrollo Profesional Docente), en el fortalecimiento del recurso tecnológico en la educación (modernización de los institutos tecnológicos y creación de los Centros de Recursos de Aprendizaje para educación básica y media) y en la reforma institucional profunda, que se ha dado gradualmente en los países subdesarrollados (CEPAL/OEI, 2010).

CONCLUSIONES

Las instituciones educativas son responsables de la formación integral, llamadas a buscar, en conjunto con los padres de familia y alumnos; guiando y aconsejando soluciones prácticas tales como el desarrollo de talleres, pláticas, conferencias desarrolladas por expertos, relacionados a la sexualidad y el amor en horas de clases con actividades lúdicas para su total comprensión.

Siendo así que la atención que recibe el grupo de población de adolescentes se privilegie con una calidad de atención de estos grupos cercanos, guiando un esfuerzo para la disminución de este fenómeno en el futuro.

BIBLIOGRAFÍA

Beyer, H. (1998). ¿Desempleo juvenil o un problema de deserción escolar? Estudios Públicos.

CEPAL/OEI. (2010). Metas Educativas 2021. Estudio de costos. Brasil.

Dirección General de Prevención del Delito. (2011). Deserción Escolar y Conductas de Riesgo en Adolescentes. México: SEP.

Goicovic, I. (2002). Educación, Deserción Escolar e Integración Laboral Juvenil. Viña del Mar: CIPDA.

INEGI. (2005). II Conteo de Población y Vivienda. México: INEGI.

INEGI. (2010). Número de habitantes. México: INEGI.

Issler, P. D. (2001). Embarazo en la Adolescencia. Revista de Posgrado de la Cátedra VIa Medicina, 107, 11-23.

OMS. (2011). Embarazo en adolescentes: un problema culturalmente complejo. OMS.

Deserción escolar por embarazos a nivel preparatoria. Año 3. Número 6

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