El desarrollo de la competencia comunicativa entre estudiantes, docentes a investigadores de las Instituciones de Educación Superior resulta central para formar buenas generaciones de egresados que cuenten con herramientas comunicativas idóneas para el desempeño profesional y también personal.
En este marco, en Aliat Universidades centramos nuestra energía en fomentar que los estudiantes y estudiantes de Posgrado de nuestros Campus adquieran las mejores herramientas para una formación integral idónea que los llevará a mejores puestos laborales en el futuro.
Así, en esta nota se plantearán las características que poseen dos tipos de textos académicos que suelen requerir escribir los estudiantes y que, en determinadas profesiones, podrán ser una herramienta comunicativa que fortalecerá su presencia profesional. Estos dos tipos son el ensayo y el ensayo argumentativo.
El ensayo
Texto argumentativo escrito en prosa, delimitado, con profundidad argumental y conceptual, muestra rigurosidad en su tratamiento y presenta las ideas de forma subjetiva pero amena y grata.
Entre las características del ensayo se encuentran:
- Tiene una estructura libre.
- Es breve, por ello puede no implicar un tratamiento tan profundo del tema abordado.
- Puede abordar diversísimos temas; literarios, científicos, políticos, económicos, sociales, etc.
La estructura de los ensayos es la siguiente:
- Inicio: apartado donde se presenta el tema, se pueden identificar sus causas y consecuencias que en los siguientes apartados se abordarán.
- Desarrollo: apartado donde, mediante argumentos, el autor pretende defender una tesis de forma argumentativa y expositiva. El autor espera defender con sus ideas su punto de vista sobre la temática abordada.
- Conclusión: resume la propuesta del autor de forma que el lector identifique los argumentos centrales con el que se buscaba convencer de tomar una determinada postura sobre la temática abordada.
El ensayo argumentativo
A diferencia del ensayo expositivo abordado arriba, el ensayo argumentativo hace uso de recursos argumentales, referencia, citas y datos concretos que respalden de forma contundente lo que su ensayo plantea. Las características y partes son las mismas, pero el rigor y la presencia de datos, citas, referencia y elementos de peso para sustentar los argumentos son lo característico de este tipo de escrito académico.
Como se puede percibir, estos dos tipos de textos académicos resultan de mucha utilidad para estudiantes, docentes e investigadores. Por ello, recordar y enfatizar sus características y funciones es provechoso para facilitar su realización.
Fuente:
Longo, V. y Rodeiro, M. (2007). Los textos académicos: una aproximación a su estructura y especificidad. Revista Hermes, 3.
Roa Rodríguez, P. (2014). Los textos académicos: Un reto para docentes y estudiantes. Sophia, 10(2), 70-76.
Imágenes:
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