No volvería a salir

Si tuviera la oportunidad de regresar a ese jueves 6 de Marzo de hace un año, les juro que no volvería a salir. Esa mañana mi día estaba estrictamente planeado, yo saldría a correr y al regresar me alistaría para la fiesta de Roberto. Quería ser la más bonita, la más atractiva…

Al salir de mi casa estaba tan concentrada en pensar en la fiesta que no noté el coche que se encontraba enfrente de mi casa. Caminé en silencio al parque, estando ahí encendí mi celular y conecté los audífonos para oír canciones que me transportaran a cualquier sitio. Imaginaba la cara de Laura mientras yo pasaba de la mano con Roberto, moría por ver los celos enfermizos de Fernando. Me dispuse a dar una vuelta en trote, pero mi agujeta se desató.

“La fiesta será un éxito”, me dije antes de llegar a una banca donde alcé mi pierna para arreglar la agujeta. Apenas me incorporé cuando sentí algo que me cubrió la nariz y un brazo que se enredó en mi cuello, luego de eso, el silencio.

Desperté, sentí como mi cuerpo se movía, intenté levantarme y no pude. Pensé que me habían enterrado viva y empecé a llorar. Gritaba, pateaba, pero mi situación no parecía poder cambiar. Era tanta mi desesperación que comencé a arrancarme el cabello, enterraba mis uñas en mis brazos, quería que alguien me sacara, pero no, nadie me sacó.

De tanto gritar quedé inconsciente por la falta de oxígeno. Después de un rato, al despertar me vi sin ropa sobre un petate. Estaba herida. Estaba demasiado cansada para levantarme, mi cuerpo necesitaba descansar. Pero mi mente estaba inquieta, mis ojos se aferraron a no cerrarse, no quise perder detalle. Necesitaba cuidarme para que no me dañaran más.

Ahora sé que hubiese sufrido menos si mis ojos se hubieran cerrado.

-Te las llevas al aeropuerto, recoges el dinero y te regresas- le dijo una voz lejana a unos oídos tan obedientes que ni siquiera protestaron.

-No van a vender, nos van a vender- un voz aguda gritó justo antes de que el estruendo de un arma nos iluminara la noche.

Me quedé callada y contemplé mi silencio. Pues aquella noche fue la última que tuve conmigo.

Por Nicole Argudín.
Estudiante de Preparatoria.
Universidad ETAC, Campus Coacalco.

Referencia de la imagen:
http://manana.blob.core.windows.net/images/2014/12/22/secuestroo.jpg

No volvería a salir

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