La descontextualización epistemológica en el imaginario de la población local. Una construcción emergida de la práctica docente. Edición Especial No. 3

Autor: Rey Saúl Gordillo Pinto.

RESUMEN

La investigación demuestra la necesidad urgente que tiene el Sistema Educativo Mexicano de que el docente se convierta en investigador de su propia labor.

A través de esta herramienta, la investigación, se encontraron las causas de ¿por qué los alumnos presentan dificultades en el aprendizaje? Interrogante a simple vista sencilla, pero compleja al descubrir que sólo es la punta del iceberg. En este artículo se reportan los resultados arrojados.

PALABRAS CLAVE: Educación, cultura, sociedad, imaginario, equidad, descontextualización, capital humano, investigación.

INTRODUCCIÓN
El presente artículo es producto de la investigación que se realizó en el Ejido Llano Grande perteneciente al municipio de Motozintla, Chiapas. Cuando el docente se enfrenta al primer día de clases, surgen interrogantes como estas: ¿Cómo preparar mis clases? ¿Cuáles son los requisitos de una enseñanza eficaz? ¿Cómo motivar a mis alumnos? ¿Cómo atender los problemas de disciplina? ¿Cómo evaluar los aprendizajes? Al intentar responder estas interrogantes nos percatamos que es menester conocer a la sociedad y el imaginario de la población en el que se circunscribe la educación para tomar decisiones en nuestras prácticas escolares.

Conforme van transcurriendo los días en el aula, el docente se percata de que existen algunos factores que dificultan el aprendizaje, no se hacen esperar las interrogantes ¿Por qué los alumnos no aprenden como lo esperaba? ¿Por qué a unos se les complica comprender un tema? Estas dificultades identificadas en la práctica escolar siguen siendo las mismas desde hace tiempo, lo peculiar de ello es que seguimos haciendo lo mismo, sin importar cuánto, cuándo y cómo pueden aprender los alumnos. Es decir, no hemos sido investigadores de nuestro propio trabajo, característica imprescindible para cambiar nuestra función docente; por lo tanto, es urgente tener esta formación desde las escuelas Normales.

DESARROLLO
Las interrogantes que nos planteamos al encontrar dificultades en el proceso de enseñanza aprendizaje sólo son la punta del iceberg, para comprender y dar respuestas es menester inspeccionar todo el espacio social y cultural, que nos permita encontrar las referencias necesarias para tomar decisiones sobre nuestras prácticas.

Las condiciones de trabajo como la infraestructura, la distancia que existe entre la escuela y hogar del alumno, la situación económica y el imaginario de la población son escenarios de análisis y forman parte del cuerpo del iceberg poco explorado por los docentes. ¿En qué medida afectan estas condiciones el aprendizaje de los alumnos? En México se habla de una educación de calidad, para que exista debe haber equidad ¿Realmente hay equidad en México? ¿Cómo lograr la equidad en los pueblos donde sólo alcanza para comer?

En México no hay equidad, aunque esté escrita en gran cantidad de textos su importancia, que es indiscutible, si la hubiera no existirían comunidades en desventaja, como en la que se enmarca el objeto de esta investigación. Lo cierto es que se requiere comprender y explicar el contexto del trabajo docente para tratar de incidir en su mejora y así entender porque no hay equidad.

Mayorga (1999) afirma que “el estado físico en el que se encuentran muchas de las secundarias en México, constituye uno de los factores que influye en el tipo de servicio que se ofrece a los alumnos”, es decir, una institución educativa tendrá mayores posibilidades de ser eficiente y eficaz en la medida en que su infraestructura mejore. Desde luego no estamos descubriendo el hilo negro del tema, la escuela rural, actualmente carece de infraestructura, materiales didácticos y otros servicios, lo cual se hace evidente en los resultados, sobre todo en las pruebas externas.

La Telesecundaria se creó en 1968 con el propósito de atender a los alumnos que demandaban el servicio en espacios rurales donde no hay infraestructura suficiente. Aun así, este planteamiento no debe ser el justificante por el cual las escuelas rurales estén en desventajas de infraestructura con respecto a las urbanas.

Actualmente la escuela de nivel secundaria ETV 1099 (marco de esta investigación) atiende alumnos que caminan de una a tres horas. Observando y reflexionando la situación de los estudiantes que tienen que recorrer esta distancia, noté que llegan cansados, más en la temporada de frio, porque después de haber caminado más de dos horas, el color rojo en la cara se hace presente, manifestándose así la caminata por el bosque.

La mayoría de los padres de familia que viven lejos de la escuela han pedido en las reuniones escolares que a los niños no se les deje tarea para hacer en casa.

Son varias las ocasiones en que los padres y madres de familia comentan que la tarea para la casa sea poca o mejor si no se les deja, dicen que aparte de que llegan tarde, tienen que salir a trabajar o hacer otras actividades en sus terrenos, y eso les impide ser cumplidos, eso en cuanto a las tareas. Ahora, para otro tipo de actividades como los trabajos en equipo o investigaciones, se les complica mucho o mejor dicho, por sus condiciones, no los harán (Selvas, 2013).

Por otra parte, a la hora del receso los niños desayunan o comen algo, aunque no todos. El desayuno de los alumnos suele componerse por frijoles y sopa acompañados de tortillas de maíz, fríos, pues fueron elaborados desde muy temprano. Aquí aparecen dos obstáculos que hacen que el proceso de aprendizaje de los alumnos sea diferente: uno, la lejanía de sus casas en relación con la escuela, y dos, la alimentación incompleta en nutrientes. ¿Qué implicación tiene la distancia de los hogares de los alumnos hasta la escuela? Es relativa, sin embargo, por haber llegado cansado a la escuela después de caminar dos horas, ¿en qué condición se encuentran el estado físico y la mente del niño? ¿El alumno, de 12, 13 y 14 años de edad, realmente pone interés a la escuela en estas condiciones?

Por otro lado, la alimentación no adecuada conlleva a tener una mala salud y aprovechamiento escolar bajo, esto es un reflejo de la economía de las familias, que se basan en la agricultura para su subsistencia. No consiguen producir lo suficiente para vender y generar ganancias, sólo alcanza para el consumo familiar.

Según la Secretaría de Educación Pública (2003), “la educación básica de calidad es aquella que asegure el ejercicio pleno del derecho a la educación de todos los mexicanos, con justicia y equidad en el acceso, en el progreso y en el logro educativo”. ¿Se están efectuando acciones por parte del gobierno para mermar las condiciones de desventajas en esta localidad, para propiciar la equidad? No es evidente, por ello indico que no hay equidad. Si el programa OPORTUNIDADES es una de esas acciones, no es suficiente.

Entonces, ¿existe una descontextualización epistemológica? Sí, porque los planteamientos teóricos no corresponden con la realidad, es decir, no hay equidad cuando debe haberla. La otra descontextualización se relaciona con el imaginario de la población local, un factor que dificulta el aprendizaje de los alumnos y que emergió de la práctica docente del centro escolar reportado en este trabajo.

“La idea de que la recuperación europea de la posguerra se debió en buena medida a la calidad de su mano de obra, convirtió a la educación en una inversión óptima y provocó que la proporción del producto nacional, como gasto educativo, casi se duplicara en la década de los sesenta” (Mendoza, 1998). Con un presupuesto así, “la demanda en educación estaba fundada en que los ingresos económicos se incrementarían, en la medida de que aumentara la escolaridad” (Kent, 1996).

De ello se origina el concepto de capital humano y una visión reciente es la de Schultz (1960), quien defiende que “el capital humano que cada individuo ha acumulado es el resultado de una decisión de invertir en la educación, en la que cada individuo tiene en cuenta los costes y beneficios de dicha acumulación”. Entonces, ¿cuáles son los costes y los beneficios del capital humano? Los costes son “gastos a la inversión así como el tiempo dedicado a la educación y no al trabajo” (Schultz, 1961). Como consecuencia de esta inversión se esperan los aumentos salariales a futuro.

En la praxis, es posible que las sociedades actuales, de manera inconsciente, mantienen la idea de invertir en la educación de sus hijos, debido a que los medios de comunicación, las exigencias profesionales en los trabajos, el requerimiento de las empresas de mano de obra calificada y la importancia de adhesión a la competencia profesional; han hecho que las nuevas familias en el siglo XXI inviertan en su educación.

Actualmente, se asume que aquellas personas que ostentan cargos importantes en una institución o empresa, y por lo tanto mayores ingresos económicos, han invertido en su educación (talleres, cursos, diplomados, estudios en la universidad) generando capacidades en ellas para cumplir con responsabilidades de alto nivel en la institución o empresa.

En el centro escolar, objeto de esta investigación, sin embargo, por las respuestas obtenidas en las entrevistas, la escuela no se percibe como esa posibilidad de mejora económica, que plantea la teoría del capital humano, como un factor de movilidad social. Es vista como un gasto, como una inversión sin futuro y los padres de familia están satisfechos sólo con el hecho de que sus hijos aprendan a leer, escribir, sumar, restar, multiplicar y dividir. Ésta es la otra descontextualización epistemológica que se encontró en la investigación. Pero, ¿cuáles son las causas que la originaron y qué se puede hacer desde la escuela para cambiar el imaginario social?

El objetivo de las familias y de los estudiantes no es una profesión, no es la escuela; este imaginario se ajusta en parte al planteamiento de Durkheim (1992) “muy lejos de que la educación tenga por objetivo principal el desarrollo del individuo y sus intereses, ante todo es el medio a través del cual la sociedad renueva de continuo el condicionamiento de su propia existencia”. ¿Qué pasa cuando careces de apoyos familiares? ¿Cuando estás cansado? ¿Cuando la escuela no es la prioridad en el ámbito social? Comienza a crecer la desmotivación, el desinterés por la escuela y al final, los estudiantes perpetúan la idea de la sociedad que los rodea.

La sociedad hizo ya su papel en cada familia, inclusive en las pocas que piensan diferente, ahora esas intenciones se reproducen en las aulas. La perspectiva de la población se comenzó a formar desde la primaria, que ha sido bidocente, donde dos profesores atienden a los seis grupos, tres cada uno. “La transversalidad y la vinculación son fundamentales en el ámbito de las prácticas académicas, con la finalidad de establecer actividades de menor a mayor complejidad con alumnos que comparten el mismo espacio y aún con distinto nivel o grado académico” (Tobón, 2011).

Esta condición implica no sólo transversalidad y vinculación, sino una adecuación curricular, pero demanda compromiso y responsabilidad. Es obvio, el rendimiento de los docentes se ve mermado por la atención que tienen que prestar a todos, y desde aquí se complica el proceso de aprendizaje de los alumnos, pues no logran obtener los conocimientos, desarrollar sus habilidades y destrezas esperadas en la educación primaria, aprendizajes que necesitan para incorporarse a los estudios de secundaria.

En estas condiciones, el desempeño del docente es crucial, la ocupación de horas clase, es fundamental. Según comentarios de los mismos alumnos, el maestro casi no llegó durante todo el ciclo escolar pasado, argumentaba que, como era Director de la escuela, tenía algunos documentos que entregar en supervisión y otros trámites de gestoría. Esto tuvo consecuencias en los aprendizajes de los niños. ¿Cómo lograr el interés de los alumnos con esta actitud de los profesores? Si la escuela no seduce a sus alumnos, no los motiva, no los alienta, fomenta el desinterés por el aprendizaje.

La educación es tripartita, la conforman los alumnos, los docentes y los padres de familia. Los profesores se olvidaron de estos dos actores escolares. ¿Qué relación tiene esta situación con las expectativas de la sociedad hacia la escuela? La escuela se considera la extensión de la familia, en los espacios del aula, se fortalece el deseo por aprender, se motiva y provocan emociones por ser diferente.

La perspectiva social de la escuela, expresa su falta de probidad y compromiso con los estudiantes, esta situación desde luego repercute en el nivel inmediato superior, la secundaria. La escuela efectivamente socializa, para eso es usado el espacio, sin embargo, también es utilizado para fines diferentes, quizá de ello dependa la modificación de las perspectivas de la gente en relación con la escuela.

Si desde la base de la educación primaria se tiene la idea de que ésta no cumple con su compromiso o quienes en ella se desempeñan no se asumen como profesionales, las perspectivas y expectativas de la gente no estarán orientadas a la escuela. No se puede afirmar que la escuela está mal, porque la sociedad está mal, sino que la escuela cambia a la sociedad y, por supuesto, el desempeño docente tiene implicaciones muy estrechas con este proceso.

Asociado a ello, existen aún más inconvenientes, encontramos uno que está relacionado con la concepción del docente, su preparación profesional, la vocación, el compromiso y la responsabilidad de los maestros de la ETV 1099 durante el ciclo escolar 2012-2013 (en este ciclo escolar, el grupo concreto objeto de estudio de esta investigación estaba en primer grado).

En entrevistas realizadas a algunos integrantes del proceso educativo en el centro escolar que se investigó, una persona indicó:

Este año que pasó no vi la educación avanzada, los maestros eran irresponsables, no enseñaban toda la semana. Había un maestro, un morenito, ese se ponía en la escuela a regañar a los chamacos a mentadas, ahora sí, con el perdón de Dios, a mentadas de madre. Y eso no es un maestro excelente para educar a nuestros hijos. Muchas veces nosotros quisimos ponernos de acuerdo para ver qué hacíamos con él, pero ultimadamente dejamos que terminara el ciclo escolar. Pero si él se hubiera atrevido a quedarse otro año no lo íbamos a permitir (López, 2013).

Las huellas del camino recorrido de los alumnos se reflejan en la forma en cómo responden las preguntas en las asignaturas, las deficiencias de conocimiento que poseen, actitudes ante el trabajo y la idea de culminar la secundaria es suficiente para ellos. Estas son las causas de la descontextualización epistemológica, sin embargo, es necesario reivindicar el papel de la escuela y la labor de los docentes.

Para mejora de la práctica docente cotidiana en la escuela es necesario iniciar con el significado de práctica docente. Entendemos la práctica docente como “una praxis social, objetiva e intencional en la que intervienen los significados, las percepciones y las acciones de los agentes implicados en el proceso, maestros, alumnos, autoridades educativas y padres de familia, así como los aspectos políticos, institucionales, administrativos y normativos que, según el proyecto educativo de cada país, delimitan la función del maestro” (Fierro, Fortoul y Rosas, 1999).

Los maestros, los alumnos y los padres de familia forman el triángulo de la educación pues en ellos recae la responsabilidad directa del proceso de aprendizaje; aunque es el docente como profesionista y experto en docencia quien va a proponer, conducir, guiar y evaluar la educación del alumno.

De acuerdo con esta concepción de la práctica docente, es necesario explicitar y analizar de una manera crítica el saber pedagógico. Cada docente ha ido interiorizando las metas que se propone alcanzar en su trabajo, la idea de lo que implica la práctica docente; sin embargo, “no se trata sólo de comentar lo que sabe, sino de analizarlo críticamente. Esto significa, detectar las contradicciones o incoherencias entre lo que piensa y lo que se hace, significa también reconocer que nadie lo sabe todo” (Fierro, Fortoul y Rosas, 1999).

Esto lleva a pensar que, para mejorar la práctica docente, necesariamente, tenemos que reflexionar en y sobre la acción. Se trata de socializar nuestros conocimientos, dudas e incertidumbres de nuestra labor docente durante un periodo de tiempo determinado. Manen (1998) asevera que “reflexionar es pensar, pero la reflexión en el terreno educativo conlleva a la innovación, a la creatividad, de hacer elecciones, de tomar decisiones para mejorar el camino y las rutas pedagógicas, que los aprendizajes tengan una dirección, una brújula y un sentido de utilidad”.

Si las funciones sociales de la educación, con base en el planteamiento de Durkheim (1998) son de “adaptación del individuo y de asegurar una continuidad para introducir un cambio social, condición para lo que se reproduce y acondiciona”. Entonces, la escuela tiene que proporcionar a los alumnos herramientas intelectuales, físicas y socio-afectivas para entender su entorno, involucrarse en él, con la idea firme de cambiar sus condiciones de vida.

Todo lo anterior, lo podemos aplicar en una sola tarea imprescindible (aunque debe ser una característica permanente en el docente), la labor del docente como la investigación. Así, Stenhouse (1985) expone que la “investigación educativa debe corresponder al profesor y llevarlo a la práctica”, ello exigirá abordar el trabajo de una forma distinta. Investigación educativa no es trabajar más, sino lo contrario, simplifica la función docente: educar, pues es una herramienta indispensable en la planeación de actividades escolares.

Teniendo en cuenta los resultados de la investigación, en el aula aplicaremos los medios discursivos que favorecen el diálogo, la negociación de significados y los pequeños cambios en la comprensión y que se emplean hasta dar lugar a la formación de nuevas ideas. “Mientras el alumno y el profesor estén convencidos de que hay uno que sabe y otro que no sabe, y que el que sabe va a ilustrar al que no sabe, sin que el otro, el alumno, tenga un espacio para su propio juego, su propio pensamiento y sus propias inquietudes, la educación es un asunto perdido” (Zuleta, 2000). Entonces, enseñar a discutir, debatir, cuestionar, argumentar, proponer, crear escenarios de la vida y construir conocimientos a partir de ello, de acuerdo a sus necesidades de aprendizaje; son actividades que nacen de la investigación educativa.

Parafraseando a Jaime Balmes, citado por Savater (1977), sostiene que, “el arte de enseñar a aprender consiste en formar fábricas y no almacenes”. A lo que argumenta Savater, “por supuesto, dichas fábricas funcionarán en el vacío si no cuentan con provisiones almacenadas a partir de las cuales elaborar nuevos productos, pero son algo más que una perfecta colección de conocimientos ajenos” (Savater, 1997).

Entonces, para reivindicar el papel de la escuela e incidir en el imaginario de la población, es necesario definir algunos conceptos como práctica docente, reflexión de la práctica, formación docente, saber pedagógico o construcción del conocimiento e influencia de la sociedad en la escuela. Es decir, debe iniciar el cambio en los docentes procurando adquirir los conocimientos de la Sociología, la Pedagogía y la Psicología educativa. Para que estas teorías tengan impacto, deben ser complementadas con la práctica, es aquí donde se hace imprescindible la investigación; que revelará el inmenso iceberg y facilitará la toma de decisiones.

CONCLUSIONES
¿En qué medida puede la sociedad incidir en el proceso de aprendizaje de los alumnos? Tanto, que se pueden contraponer algunas ideas científicas con el imaginario de una población, a ello le llamamos descontextualización. Durkheim (1991) asegura que la educación tiene por objeto “suscitar y desarrollar en el niño un cierto número de estados físicos, intelectuales y morales que exigen de él tanto la sociedad política en su conjunto, como el medio ambiente específico al que está especialmente destinado”. Desde esta perspectiva, la educación no tiene como objetivo el desarrollo de los intereses individuales, ante todo, es el instrumento a través del cual la sociedad renueva las condiciones de su propia existencia.

Lo anterior pone de manifiesto una noción socioeducativa en la que, la educación moldea a los individuos según las exigencias de las sociedades o, mejor dicho, de sus grupos dominantes. La educación tendría como finalidad la reproducción de la sociedad en su conjunto.

La sociedad en general de la localidad, en donde se ubica el objeto de estudio de esta investigación, piensa que la inversión en la escuela es un gasto, un tiempo perdido y sin futuro de mejora; esta idea se ha generalizado en la mayor parte de las familias y ha impactado en el juicio de los alumnos, que se ve reflejado en el trabajo dentro del aula.

La aportación que hace la teoría del capital humano a la educación es el planteamiento de que a mayor grado de estudios mayores oportunidades de trabajo, por lo tanto, más beneficios. Al invertir en sí mismos, los seres humanos aumentan el campo de sus posibilidades. Sin embargo, la idea de las familias del objeto de estudio se contrapone a esta teoría precisamente por el ámbito socioeconómico en el que están inmersas, valoran el trabajo en el campo y dejan en segundo término la inversión en la escuela.

Entonces, ¿quién está mal, la sociedad o la escuela? No se puede afirmar que la escuela está mal, porque la sociedad está mal; sino que la escuela cambia a la sociedad y por supuesto el desempeño de los docentes tiene un papel fundamental. Es decir, el trabajo de los maestros ha contribuido a que en la sociedad exista la idea de no invertir en la formación de los jóvenes. También contribuyen el nivel económico de las familias, la falta de salud y alimentación y la dispersión poblacional.

La otra descontextualización se manifiesta al no coincidir los planteamientos teóricos al manifestar que calidad educativa es aquella que asegure la educación con justicia y equidad. Hasta hace unas décadas se había creído erróneamente que calidad era sinónimo de cobertura, esto no es así; porque al haber cobertura sin equidad, nunca habrá calidad educativa. Para alcanzar esta calidad es urgente que se manifiesten condiciones de equidad, entendida ésta como dar mejores y mayores oportunidades de aprendizaje a quien más lo necesite. Si no se dan estas condiciones, la educación estaría en riesgo porque se continuaría produciendo desigualdad y pobreza en la sociedad.

Regresando a la analogía del iceberg, muchos docentes solemos limitar nuestra mirada en la punta del inmenso bloque de hielo; pero no nos preocupamos por estudiar cómo está formado y cuán grande es. Es urgente cambiar la idea del conformismo y comodidad de los docentes, a una perspectiva de investigador de su propia labor, sólo así podremos contrastar la realidad con los conocimientos científicos de la Sociología, la Psicología y la Pedagogía; esto permitirá conocer, analizar, explicar y tomar decisiones que orienten la práctica docente.

Hace falta ampliar desde otras categorías de análisis la investigación, el trabajo ahora presentado es el punto de partida para futuras investigaciones, considerando los resultados de la investigación y tomando en cuenta las diferentes opiniones de los actores que están implicados con el objeto de estudio.

BIBLIOGRAFÍA
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La descontextualización epistemológica en el imaginario de la población local. Una construcción emergida de la práctica docente. Edición Especial No. 3

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