Dinámica del doble vínculo en la familia con un hijo con desfavorable rendimiento escolar, un estudio de caso. Año 2. Número 3

Autor: Luis Jerzaín Pérez Navarro.

RESUMEN

Este artículo aborda la dinámica del doble vínculo que se genera por una situación dentro del ámbito familiar en donde existen mensajes contradictorios para con el hijo.

De esta forma, el hijo puede crecer con miedos y desconfianza o se hace manipulador, es decir, busca beneficios al poner en contra a los padres y de esta forma evita algún cumplimiento asignado en primera instancia.

PALABRAS CLAVE: Doble vínculo, desfavorable, rendimiento, escolar, familia, dinámica, familiar, violencia.

INTRODUCCIÓN

La relación de doble vínculo se considera como una interacción verbal contradictoria a distintos niveles y es causante de la comunicación descalificante dentro del ámbito familiar.

Este trabajo pretende verificar si el doble vínculo dentro de la dinámica familiar afecta negativamente a un hijo de 12 años de edad, para que él mismo obtenga un rendimiento escolar desfavorable. Dentro del ámbito familiar se puede gestar un doble vínculo cuando las acciones y el lenguaje verbal carecen de congruencia y se contradicen entre sí. De la misma manera puede existir un callejón sin salida para la persona afectada que puede padecer trastorno mental y se podrá manifestar en un desinterés en ciertas actividades escolares y por ende derivar en un desfavorable rendimiento escolar para con el sujeto de 12 años.

DESARROLLO

Los dobles mensajes a nivel comunicativo (y que están ligados al doble vínculo generado en parte por los mismos integrantes de la familia) pueden llegar a perjudicar alguna interacción que se geste dentro de la familia, es decir, cuando una madre le ofrece ayuda a algún miembro familiar (especialmente al hijo), pero al mismo tiempo se muestra desinteresada volteando a ver a otro lado, -incluso se lo menciona de un modo furioso-. Es a partir de esta situación que la persona afectada detectará la incongruencia de acciones por parte del emisor, lo cual produce un conflicto donde se puede pensar “se supone que una persona que ofrece ayuda no se molesta”, “esta persona está molesta y me ofrece ayuda”, “probablemente esta persona me quiera hacer daño”. A partir de esto puede surgir rechazo y desconfianza a cierto tipo de personas (paranoia). Bateson (citado por Hoffman, 1981) menciona específicamente la paranoia, en que el paciente, siempre desconfiado, desencadena en otros respuestas que dan por resultado justificar sus temores, haciéndole cada vez más desconfiado.

Por otro lado, la investigación que se presenta se sustenta en información sobre el papel que tiene el doble vínculo en la interacción familiar con un hijo con desfavorable rendimiento escolar y la relación del doble vínculo como factor determinante para que el hijo presente un rendimiento escolar no favorable.

Se considera que la dinámica familiar reside en la persona afectada, pues si existe una descalificación por parte de los padres para con el hijo, se podrá desarrollar en este último una confusión y conllevará posiblemente a un desinterés en las actividades realizadas. Por ejemplo; si el padre le exige al hijo realizar las tareas escolares, pero la madre en un momento de empatía con el hijo se preocupa y le ofrece que descanse y salga a jugar en vez de realizar la tarea, entonces el hijo gestionará en sí mismo un desinterés en sus actividades escolares y muy posiblemente se dará cuenta de que puede manipular a los padres, es decir: “papá me dice que haga trabajo duro, pero mamá me permite jugar”. Esto puede generar una confusión en el hijo, una consecuencia de ello se reflejaría cuando el hijo intente manipular la conducta de los padres manifestando una actitud con la madre para buscar una ganancia o para que la madre descalifique la autoridad del padre.

El problema

El paciente identificado asiste a consulta por cuestiones de prácticas escolares que requería la institución: el Centro Internacional de Estudios Superiores de Morelos (CIES), no obstante, al término de las 8 sesiones requeridas para el trabajo institucional, se le ofrece a la familia seguir con el tratamiento en consulta privada.

Los padres refieren el trastorno por déficit de atención (TDA), concepto creado por ellos, ya que al asistir a platicas diversas sobre el tema y con ayuda psiquiátrica en la Ciudad de México (cuando se indaga, no saben dicho nombre) se afirma que el Paciente Identificado amerita un TDA. Se considera que el diagnostico que da el psiquiatra lo emite con síntomas de TDA con predominancia en la inatención.

El paciente identificado está inmiscuido dentro de una dinámica en la cual manifiesta funcionar con límites difusos, con una constante descalificación entre los padres. Esto se evidencia cuando el padre ordena que elabore las tareas cotidianas a su hijo (Paciente Identificado), mientras que la madre no se pone de acuerdo con el padre y descalifica sus órdenes al dejar jugar y ser muy accesible con su hijo.

Un ejemplo de lo anterior se ha manifestado cuando la madre le prohíbe jugar con los videos juegos que hay en la casa por una semana (xbox), pero al día siguiente se lo permite dándole una breve explicación. Cuando el padre se entera de esta conducta se molesta. Del mismo modo, el padre ordena quehaceres a su hijo, pero cuando el paciente identificado le dice a la madre lo acontecido, hay una descalificación y por ende una discusión.

Por otra parte, es muy importante mencionar que esta familia necesita fortalecer su nivel de organización, ya que cuando se emite una orden no hay un acuerdo para llevarla a cabo. Los padres se descalifican constantemente por no ponerse de acuerdo, generan discusiones entre ellos, por consecuencia, el paciente identificado no se organiza para realizar sus tareas escolares adecuadamente y manifiesta una dificultad para elevar su nivel de rendimiento escolar.

Paradoja y su relación con el doble vínculo

La familia es “…un sistema auto correctivo, autogobernado por reglas que se constituyen en el tiempo. Estas reglas se refieren a los intercambios que suceden en el grupo natural, y que tienen el carácter de comunicaciones, tanto de nivel verbal como no verbal” (Palazzoli, 1978).

La interacción entre los miembros de la familia lleva incluido el concepto de homeostasis como un equilibrador de dichas interacciones. Jackson, citado por Hoffman (1981), acuñó el término “homeostasis familiar”. Describió la interacción familiar como un sistema de información cerrado en que las variaciones del producto o el comportamiento son alimentadas para corregir la respuesta del sistema.

No obstante, el concepto de homeostasis puede quedar limitado, ya que el concepto implica seguir de manera lineal cierto tipo de reglas que se plantean dentro del ámbito familiar. Esta repetición se puede concebir como rígida en cuanto se tienda a repetir las interacciones familiares de manera compulsiva. Por ejemplo, si la única forma memorizada de alcanzar una solución al educar a los hijos es por medio de golpes, ya que los padres del mismo fueron enseñados a ser disciplinados por medio de golpes, es probable que la familia se desgaste con la homeostasis planteada y tenga la opción de cambio, que implicaría experimentar nuevas formas de relacionarse entre los miembros de la familia o seguir con la misma homeostasis.

La implicación de la paradoja en este tema de investigación es un concepto importante, ya que Palazzoli (1978)

Menciona que es una constante lucha por el poder, y que se manifiesta con la desaprobación del otro. Del mismo modo, la paradoja crea una consigna para con el otro, ya que el que propone dicha consigna, manifiesta inconscientemente que no se puede ser dos cosas al mismo tiempo, la misma al lanzar una paradoja o una comunicación contradictoria está proponiendo que la misma no se puede contradecir, no se puede cuestionar a esta persona que la propuso, no se le puede meta comunicar y tampoco se puede abandonar el campo de batalla (lugar donde se lleva a cabo dicha comunicación).

La Paradoja conlleva una relación con el doble vínculo ya que al demostrar una afirmación para con la madre, estará desaprobando al padre y por ende existirá una situación en la que tendrá que satisfacer la aprobación de la madre, pero no deberá descuidar la demanda del padre.

Familia y dinámica familiar

Al referirnos a la familia, pareciera que mayoritariamente compartimos el concepto que siempre ha regido para definirla (mamá, papá e hijo), el mismo prototipo de familia y cuya organización es igual en todas las culturas. Sin embargo, existen muchos tipos de familia. Este grupo social ha tenido infinidad de cambios a lo largo de la historia y actualmente (inclusive en las distintas sociedades) prevalecen muy variadas maneras de organización para la familia (Moreno, 2004).

“La familia es una conformación que va más allá de la integración de padre madre e hijo, ya que ésta ha evolucionado históricamente, más que una estructura, es una organización que conlleva. Es también en su interior donde se construyen los límites entre las generaciones y son observados los valores culturales” (Ferrari, 1994), y esta organización será cambiante según las circunstancias que amerite, es decir, habrá ocasiones en las cuales los hijos se tornen rebeldes y es cuando se necesita poner límites para que haya cierto control, o habrá momentos en los cuales la familia necesite organizarse para que las tareas cotidianas funcionen de una forma eficaz.

La interacción familiar tiende a comportarse de manera simétrica, cuando las dos partes (padre y madre) toman una posición de autoritarismo, a tal grado que la descalificación se hace parte de su esencia, es entonces cuando se torna una relación competitiva para demostrar quién tiene mayor autoridad.

Por otra parte, se llega a manifestar una “…relación complementaria, que se caracteriza principalmente porque los padres se comportan como complemento el uno del otro, es decir que habrá alguien que se comporte como un ser autoritario, mientras que otro tome una posición sumisa o sumiso”. (Watzlawik, Helmik y Jackson, 1967).

Es de gran importancia considerar la información presentada con anterioridad, puesto que el sujeto de 12 años al convivir entre constantes descalificaciones con respecto a sus pares, es posible que no cuente con herramientas que respalden con firmeza las decisiones que manifieste él mismo, y más adelante se pueda gestar una posible disminución en sus calificaciones escolares.

Violencia en el ámbito familiar

La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2003) define a la violencia como “…El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea de amenaza o efectivo, contra uno mismo, contra otra persona o un grupo o comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de provocar lesiones, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones y muerte…”. Debido a que se trata de una conducta que se aprende y se construye, debe detenerse a tiempo pues su base es el sometimiento y el poder.

Es a partir de la definición anterior que lo que afirma Haley (1977) es importante ya que describe a la triada patológica como una relación que siempre sufrirá tensión en su modo de interactuar en la familia o su red de parentesco, ya que en la misma se llegan a manifestar mensajes contradictorios entre sí y a consecuencia una comunicación descalificadora “Un miembro de la familia puede encontrarse en la situación de ser castigado por haber tomado partido (pues cualquiera con quien no se haya alineado puede imponerle un castigo), y al mismo tiempo ser castigado por no haber tomado partido. Así, en semejante caso puede ser necesario que una persona descalifique todas sus comunicaciones” (Hoffman, 1981).

Un ejemplo que puede aludir a la descripción anterior es cuando en una interacción familiar, algún miembro de la familia para descalificar al otro se alía con otro miembro del círculo familiar para lograr dicha descalificación para con un tercero. Esto es: Juan se trata de comunicar con su hija Sonia para explicarle que no puede salir a una fiesta con sus amigas porque el día anterior no recogió el cuarto y fue irrespetuosa con su madre a la hora del almuerzo, ya que le gritó que se diera prisa con éste. El padre, en el día de la fiesta le menciona que puede salir a la fiesta siempre y cuando regrese a las 12 de la noche, mientras que la fiesta inicia a las 10 de la noche. Mientras la hija exhorta que la madre le mencionó anteriormente que sí podía ir a la fiesta, pero con autorización del padre.

Es claro que los padres, ante un asunto dado, pueden enviar mensajes conflictivos a un niño. No hay duda de que es importante para el niño (quien se encuentra en cierto sentido general o colectivo más dependiente de ambos padres que de uno) enfrentarse a las conflictivas influencias de comportamiento resultantes de enfrentarse a lo contradictorio de estos mensajes. Pero no es menos claro que uno de los padres o ambos también pueden estar transmitiendo mensajes que oculten, nieguen o inhiban la exploración de la inconsecuencia (Hoffman, 1981).

Referir que la comunicación contradictoria (en este caso triada patológica) amerita ser violenta, se respalda en el concepto que afirma que atenta contra la persona que participa como receptora de tal acción (violencia), como se mencionó en la definición propuesta por la OMS. Ya que, a nivel psicológico, dentro de la comunicación entre los miembros de la familia acontecen mensajes contradictorios que descalifican las afirmaciones. Esto implica que se carezca de un apoyo en las afirmaciones del o de los participantes dentro de la interacción familiar.

En el caso del niño de 12 años que se refiere en este trabajo, en cuya interacción familiar acontecen mensajes contradictorios y descalificaciones frecuentes en la pareja de padres. Cuando el padre le ordena algo, la madre accede a las peticiones del hijo. De la misma forma se ha notado que el hijo se alía con la madre al ver que la misma se muestra accesible a sus demandas y por ende no apoya la decisión firme del padre.

“En toda familia se presenta una dinámica compleja que rige sus patrones de convivencia y funcionamiento. Si esta dinámica resulta adecuada y flexible, o sea, funcional, contribuirá a la armonía familiar y proporcionará a sus miembros la posibilidad de desarrollar sólidos sentimientos de identidad, seguridad y bienestar”. (Zaldivar, 2010).

Esto quiere decir que se tiene que llegar a un acuerdo en común para que el apoyo mutuo entre los integrantes de familia se fortalezca y logren algún objetivo claro. Por ejemplo: ayudar en casa temprano, hacer la comida a tiempo, recoger el cuarto (los hijos), entre otros. Implica una organización adecuada, para organizarse se necesita llegar a un convenio. Se considera que la triada patológica es una interacción violenta, ya que trasgrede la integridad psicológica (en este caso) del individuo involucrado.

La familia y su influencia en el desarrollo escolar

Una influencia directa de los procesos culturales familiares en el rendimiento escolar se produce a través del lenguaje, que constituye el vehículo de comunicación más frecuente en el hogar. Sin embargo, el lenguaje no es solamente un instrumento de comunicación; también expresa la mayor o menor elaboración de los procesos del pensamiento y el nivel intelectual de la persona, y está influido por procesos culturales de un medio social determinado (Bravo, 1993).

Entonces, son muy importantes los roles que desempeñan los padres dentro de la educación del niño, debido a que es el núcleo familiar el de mayor influencia; el afecto simbólico en dicha relación repercutirá en que el niño se manifieste incentivado y tenga un alto rendimiento escolar.

“Los niños que viven dentro de un ambiente con maltrato crecen con miedo, en ocasiones llegan a convertirse en personas hurañas, mientras que son educados de una forma específica según el género al que pertenezcan (hombre o mujer)” (Fernández y Moreno, 2007).

CONCLUSIONES

Dentro del círculo familiar se gestan aprendizajes que pueden ser de gran importancia para la persona que los adquiere (hijo). Del mismo modo, la falta de claridad en ellos, que sean contradictorios, puede conducir a la generación de desconfianza para con el hijo, ya que un mensaje positivo al decir una oración afectuosa como: te quiero hijo, y al mismo tiempo presentar una actitud negativa como: la mirada de indiferencia provocará desconfianza en el menor. El hijo involucrado en la comunicación descrita dudará del (a) generador (a) de tal mensaje y se desarrollará en un ambiente de miedos provocando un posible deterioro en sus calificaciones escolares. Esto se puede notar en el esfuerzo del hijo al hacer las tareas escolares, ya que dentro del ambiente familiar uno de los objetivos primordiales es crear un escenario de confianza para el hijo. De esta manera, si éste adquiere sentimientos de confianza, entonces, podrá sentirse apto para comprometerse en su desempeño escolar al esforzarse en la realización de sus tareas, mejorar calificaciones, tener una convivencia adecuada con la familia o ayudar en los quehaceres de la casa.

Por otra parte, el doble vínculo forma parte de la descalificación de dos o más personas y afecta a un tercero, provocando miedo e inseguridad, o que el hijo se aproveche de esta descalificación para tener un beneficio. Poner a los padres en contra, en situaciones específicas, le es conveniente al menor, ya que cuando el padre (por ejemplo) regaña al hijo por una conducta inadecuada –según las reglas familiares-, y cuando pasa esta situación, el hijo decide acudir a la madre para que contradiga el castigo del padre, entonces, al hacer esto en ocasiones posteriores y con una intencionalidad de beneficio propio, el hijo estaría manipulando a los padres para evitar castigos por su conducta desfavorable al sistema familiar o simplemente para desligarse de la consecución y/o conclusión de sus tareas escolares, lo cual probablemente perjudicaría su rendimiento escolar.

BIBLIOGRAFÍA

Bravo, V. (1993). Psicología del bajo rendimiento escolar. Chile: Universitaria.

Cáceres Fernández, C. y Moreno, K, (2007). Violencia familiar y adicciones: recomendaciones preventivas. Instituto Mexiquense Contra las Adicciones. México: Centros de Integración Juvenil.

Ferrari, M. y Kolostian, S. (1994). La importancia da familia. Familia Brasileira, 11-15. Sau Paulo: Cortez.

Georgiou, S. (1999). Parental attributions as predictors of involvement and influences on child achievement. British Journal of Education, 69, 409-430.

Haley, J. (1977). Toward a Theory of Pathological Systems. En Watzlawick, P. y Weakland, J. (Comps.). The Interactional View. Nueva York: W. W. Norton.

Hoffman, L. (1981). Fundamentos de la terapia familiar. Un marco conceptual para el cambio de sistemas. México: FCE.

Moreno, K. (Coord.). (2004). Mujer y drogas. México: Centros de Integración Juvenil.

Watzlawick, P., Helmick Beavin, J. y Jackson, D. (1967). Teoría de la Comunicación Humana. Barcelona: Herder.

Zaldívar Pérez. (2010). Funcionamiento familiar saludable. Recuperado dehttp://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion-temprana/funcionamiento_familiar.pdf

Dinámica del doble vínculo en la familia con un hijo con desfavorable rendimiento escolar, un estudio de caso. Año 2. Número 3

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