Representación social del núcleo familiar. Año 2. Número 2

Autora: Janette Yvonne García Castro

RESUMEN

El presente artículo enmarca la forma en que la sociedad está percibiendo actualmente la evolución y cambios de pensamiento con respecto del núcleo familiar o familia.

Pretende generar un pensamiento crítico y analítico sobre las situaciones actuales que influyen en el tema para tener un acercamiento más profundo a la dinámica psicológica de los sistemas familiares.

PALABRAS CLAVE: Representación social, familia, divorcio, economía, infidelidad, pensamiento, cambio.

INTRODUCCIÓN

Es importante que analicemos por qué los procesos mentales sufren modificaciones a través de las interacciones personales por intercambio de conocimientos, las representaciones son dinámicas y tendrán un conjunto de significados, dentro de las familias se dan procesos muy interesantes de modificaciones en el sistema que repercuten directamente en los pensamientos de la familia.

La representación social es una modalidad particular del conocimiento, cuya función es la elaboración de los comportamientos y la comunicación entre los individuos. Las representaciones son un corpus organizado de conocimientos y una de las actividades psíquicas gracias a las cuales los hombres hacen inteligible la realidad física y social, se integran en un grupo o en una relación cotidiana de intercambios, liberan los poderes de su imaginación (Moscovici, 1979).

La ventaja de poder entender el conjunto de representaciones que cada familia tiene nos dará un bosquejo claro de cómo poder realizar intervenciones de tipo terapéutico en un hogar, pues debido al intercambio cotidiano se comunican los conceptos y conocimientos entre cada miembro.

Actualmente podemos observar que los modelos comunicativos han tenido muchas alteraciones y deterioros debido a que nuestro ritmo de vida es más acelerado que hace diez años. Recordemos que el proceso comunicativo empieza como una necesidad del ser humano por comunicarse. La comunicación se origina con el lenguaje y es necesario observar qué se dice con él, para poder modificar las prácticas terapéuticas en el entorno familiar.

Los problemas en el núcleo familiar suelen generarse por discrepancias derivadas de una comunicación inadecuada entre los integrantes del grupo. La familia ha tenido gran cantidad de cambios, desde su integración hasta el concepto mismo que de ella se tiene. Pero no olvidemos que este grupo constituye la fuente de desarrollo de cada individuo, es decir, es donde adquirimos nuestras primeras experiencias de vida que han de marcarnos y repercutirán en nuestro futuro. En la familia aprendemos y adquirimos creencias, valores, educación y demás fundamentos que nos ayudarán a formar nuestra personalidad debido a que la mayor parte de aprendizaje que recibimos se adquiere mediante nuestros sentidos y por imitación.

La familia tiene un papel muy importante en nuestra sociedad ya que consolida cómo serán nuestras interacciones con el medio que nos rodea, las relaciones interpersonales con nuestros amigos, compañeros y sociedad en general.

DESARROLLO

Siendo el terapeuta familiar quien determina el plan de tratamiento psicológico de las familias que acuden a terapia con él, así como da el debido seguimiento a su proceso psicoterapéutico, es imprescindible que conozca las representaciones sociales que cada integrante de la familia tiene respecto al concepto de la familia y el tipo de interacciones que realiza con otros integrantes de la misma y con el medio que rodea a su núcleo familiar.

Ya que los núcleos familiares tienen una nueva organización, estructura, tamaño y sus roles, los formatos de familia ya son muy diversos. Existen tipos de familia nuclear conformada por los padres e hijos que son regularmente quienes acuden a terapia. También existen familias extensas, que son aquellas en las que participan los tíos, abuelos, primos y demás integrantes con línea consanguínea. Un tercer tipo, comúnmente derivado de los divorcios, son las familias monoparentales, las cuales se conforman por los hijos y el padre o madre. Un cuarto tipo se origina de la unión de dos familias monoparentales trayendo como resultado una familia ensamblada, donde los procesos de adaptación son más conflictivos debido a la fusión.

Un quinto tipo lo constituyen las familias de tipo homoparental, las cuales están conformadas por parejas del mismo género que deciden convertirse en padres, familias que deben lidiar con la crítica y falta de aceptación social, aunque existe cada vez más apertura hacia ellas. Una apertura similar a la del proceso de divorcio que hace décadas era muy mal visto socialmente y la gente debía permanecer en pareja aunque el nivel de conflictos al interno del hogar fuera poco deseable, es cierto, los integrantes intentaban lidiar con sus conflictos para mantener unida a su familia, aunque el costo fuera la posible infelicidad por el estigma de la separación.

Actualmente, el estigma social parece marcar fuertemente a los jóvenes solteros que manifiestan deseos de vivir casados para “dejar de ser solteros”. Aunque la visión de estos individuos es que si su matrimonio no funciona cada quien podrá rehacer su vida al cabo de un año, tiempo límite legal para poderse divorciar, ya no piensan en esforzarse o buscar alternativas de otra índole, mucho menos en un proceso terapéutico, a la menor provocación reevalúan su unión, se separan e inician una nueva relación.

Existe un tipo más de familias, en las que mujeres jóvenes e independientes con deseos de ser madres a temprana edad llevan a cabo su deseo sin la necesidad de conformar una pareja. Así como en algunas mujeres, en ciertos hombres la visión del matrimonio también se ha modificado, algunos prefieren vivir en una situación de unión libre, convencidos de que si no se adaptan a convivir con su pareja podrán terminar y buscar a alguien nuevo. Y los adolescentes que antes deseaban formar una familia ahora sólo quieren casarse sin tener hijos, o bien ser padres solteros, situaciones que a la larga suelen provocar complicaciones emocionales.

El conjunto de interrelaciones sociales ha reconstituido a las familias, el joven que ha encontrado en sus familiares cercanos familias exitosas y vinculadas apropiadamente, se verá movido al matrimonio para lograr lo que ha visto. A diferencia de aquel que se ha desarrollado en un núcleo familiar de tipo disfuncional, probablemente elegirá permanecer soltero, diversos factores modificarán las representaciones familiares y estas impactarán las acciones de cada integrante del núcleo.

Conceptos como la fidelidad, el compromiso, el respeto, la honestidad, los valores, las costumbres y el amor, podrán llevar al caos o al éxito a un hogar. En el caso de la infidelidad, ésta era poco frecuente en el pasado con respecto a lo que ocurre hoy. Así, un alto porcentaje de parejas actuales se divorcia por esta razón, convirtiendo al amante en una especie de reforzador positivo intermitente.

“Este reforzamiento se da cuando son reforzadas sólo algunas de las conductas emitidas por el organismo, no todas” (Skinner, 1938). Lo cual explica que el o la amante refuerzan de manera alternada al sujeto que se torna infiel, siendo las atenciones, la comida y el coito reforzadores sumamente fuertes que al ser distintos a los de la pareja, generan una conducta cada vez más deseosa de ese contacto con el otro. Sin embargo, si este reforzador se hiciera constante, perdería su eficacia por dejar de ser un reforzador positivo generando la incomodidad de los amantes, los encuentros ya no son eventuales, la comida ya no es en restaurantes y el coito también se torna monótono.

Dentro de la familia todo cambia, pues las representaciones sociales respecto a la pareja colapsan, el hijo se desilusiona del padre. La economía familiar también se modifica, ya que los ingresos actuales de las parejas apenas son suficientes para solventar los gastos del hogar (sin olvidar los grandes índices de consumo, incluso superficial, de la sociedad). Las madres que destinan menos tiempo a su hogar ven la llegada de cuidadoras de los niños como un proceso natural, logrando con eso una nueva representación social de lo que son las responsabilidades familiares.

CONCLUSIONES

Las representaciones sociales familiares impactan fuertemente en la cosmovisión de cada integrante de la familia, se modifican conforme interactúan, si se reestructura el proceso de representación de cada integrante de forma positiva la familia solucionará de manera eficaz sus problemas. Una representación social positiva activa el deseo de vinculación sano de los familiares, los valores, la comunicación de calidad, la organización de consumo tecnológico disminuye y el sustento económico será distribuido de forma adecuada, logrando acuerdos entre los miembros de la familia.

Así como se consolida una capacidad de inteligencia emocional más alta en función del equilibrio del núcleo familiar, se sugiere un análisis introyectivo acerca de las representaciones sociales de los núcleos familiares disfuncionales con el fin de disminuir las altas tasas de divorcio actuales, las cuales se ven reflejadas en una problemática social de desintegración de los ciudadanos física, moral, emocional y económica.

Cada vez menos personas creen en el concepto de amor y un alto porcentaje se casa pensando en la disolución de la misma sociedad conyugal. El doble de las personas que contraen matrimonio actualmente se divorcian en poco tiempo, tienen menos hijos que antes, hay mayor cantidad de gente soltera, más problemas emocionales fuertes, mayor infidelidad, inseguridad y poca autoestima.

También las relaciones interpersonales se han modificado y las representaciones sociales empobrecido, ya que el uso de la tecnología ha sustituido los diálogos entre la gente, la comunicación se ve interferida por interpretaciones erróneas o ruidos en el sistema comunicativo, es importante reanimar los valores familiares, esto contribuirá a la creación de mejores pensamientos y representaciones sociales más positivas en pro de una mejor sociedad.

BIBLIOGRAFÍA

Bel Bravo, M. A. (2000). La familia en la historia. Madrid: Encuentro.

Fiorini, L. (2009). Homoparentalidades, nuevas familias. Buenos Aires.

Moscovici, S. (1979). El psicoanálisis, su imagen y su público. Buenos Aires: Huemul.

Perera, M. (1999). A propósito de las representaciones sociales: apuntes teóricos, trayectoria y actualidad. Informe de investigación. CIPS. La Habana.

Skinner, B. F. (1938). El comportamiento de los organismos: Un análisis experimental. Madrid: Alianza Editorial.

Representación social del núcleo familiar. Año 2. Número 2

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