Medidas de prevención para el cuidado del medio ambiente y su relación con las empresas. Año 1. Número 1

Autora: Claudia Altamirano Varona.

RESUMEN

En el presente artículo se plantea que, dado que impera la globalización de la actividad económica, hay una gran preocupación por el impacto ambiental que ésta puede ocasionar. Desde que se tomó como asunto prioritario la degradación del Medio Ambiente, y hasta nuestros días, se han realizado diversas conferencias, cumbres, acuerdos, que tienen como finalidad la protección y la preservación del Medio Ambiente mediante un desarrollo sostenible, en el cual el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente tiene un importante papel.

PALABRAS CLAVE: Globalización, actividad, económica, medio, ambiente, desarrollo, sostenible.

INTRODUCCIÓN

“El gran desafío de hoy en día es salvar el medio ambiente y las condiciones para que se mantenga la vida en la Tierra”, Jostein Gaarder.

En la medida en que la globalización se ha asociado a una mayor liberación de los mercados internacionales de bienes y de capital, ha ido aumentando la conciencia de los problemas ambientales y han ido desarrollándose e implementándose medidas de prevención del Medio Ambiente, principalmente en las empresas.

El cuidado del Medio Ambiente se ha convertido en una de las principales exigencias de la vida diaria, por la necesidad que tenemos los seres humanos de vivir en un medio armonioso que nos permita desarrollar nuestras capacidades.

Aunque ya se hablaba hace décadas de la relación de las empresas y la sociedad con el Medio Ambiente, es hasta finales del siglo XX cuando surge una preocupación por el tema y se ocupan del mismo las administraciones públicas, universidades, organizaciones sociales y los medios de comunicación; quizás debido a la globalización, que trajo un fuerte movimiento social en favor de los Derechos Humanos, la defensa del Medio Ambiente y las prácticas empresariales responsables.

DESARROLLO

La relación entre el desarrollo económico y la degradación del Medio Ambiente se tomó en cuenta por primera vez como un tema internacional importante en 1972 en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo. Como resultado de esa conferencia los gobiernos crearon el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) que desde entonces y hasta nuestros días es el principal organismo mundial en materia de Medio Ambiente.

La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) creó en 1983 la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo para lograr un nuevo tipo de desarrollo que asegurara el bienestar económico no sólo de las generaciones actuales, sino también de las futuras, término al que se le llamó Desarrollo Sostenible.

También se celebró en 1992 La Cumbre de la Tierra, en la cual se aprobó el Programa 21, en el cual los gobiernos daban pautas de acción para actividades que protegieran y renovaran los recursos ambientales. Estas actividades incluían planes para la protección de la atmósfera, la lucha contra la deforestación, la destrucción del suelo y la desertificación, la prevención de la contaminación del aire y del agua y la gestión de los desechos tóxicos.

El PNUMA tiene como lema: “El medio ambiente al servicio del desarrollo” y trata de involucrar a las empresas, la industria, la comunidad científica y académica y a los grupos comunitarios en el logro del desarrollo sostenible. En su programa de Mares regionales, participan actualmente 140 países y trata de proteger los océanos y los mares y de concientizar sobre el uso racional de los recursos marinos. Este programa considera que la amenaza más grande para el entorno marino son las sustancias químicas, contaminantes y residuales vertidas por las grandes empresas en los mares.

Así mismo, la División de Tecnología, Industria y Economía del PNUMA invita a los gobiernos, empresas e industrias a que adopten políticas, estrategias y prácticas más limpias y seguras que favorezcan el cuidado del medio ambiente.

El actual desarrollo tecnológico ha hecho que a la par de dicho desarrollo haya una acumulación peligrosa de gases de efecto invernadero, lo cual provoca que la temperatura de la tierra aumente de forma permanente. Debido a ello, la ONU ha hecho esfuerzos porque se realicen Convenciones sobre el cambio climático (Protocolo de Kyoto), en un intento porque los países acuerden reducir las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero.

De igual manera, el PNUMA ayudó a negociar el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono y el Protocolo de Montreal, ambas para eliminar gradualmente las sustancias que agotan la capa de ozono.

La ONU tiene también una Convención de lucha contra la sequía grave o desertificación, particularmente en África. La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies amenazadas de Fauna y Flora Silvestres se ocupa de la protección de los animales en peligro.

La “lluvia ácida” que es causada por las emisiones de dióxido de azufre resultantes de algunos procesos industriales ha sido también otro tema en el cual la ONU ha tomado medidas a través de la Comisión Atmosférica transfronteriza.

Pero no sólo la ONU está comprometida con la prevención del Medio Ambiente, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) cuenta con un programa llamado “El hombre y la Biósfera”, el cual trabaja a favor del desarrollo sostenible y la conservación de la diversidad biológica y la mejora de las relaciones entre la población y el Medio Ambiente en todo el mundo.

En México, aunque existe una ley federal para prevenir la contaminación ambiental desde 1971, fue hasta 1988 con la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA) cuando se empezó a tomar conciencia real de la importancia del cuidado del medio ambiente ya que se había dado mayor importancia al crecimiento económico, mientras que el cuidado del ambiente quedaba en segundo plano.

La LGEEPA con base en reformas constitucionales permitió establecer los lineamientos para una política ambiental integral. Dicha Ley se reformó en diciembre de 1996 fijando normas para las emisiones contaminantes y las evaluaciones ambientales territoriales. A partir de esa fecha se ha acelerado el marco normativo ambiental con varios programas como: El Programa Nacional de Protección al Medio Ambiente, la creación del Instituto Nacional de Ecología y la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).

En la década de 1990 se generalizó la necesidad de tomar responsabilidad por el daño que se le ocasiona al Medio Ambiente. “El desarrollo sostenible es la propuesta para que el mundo no sólo piense en el desarrollo económico empresarial, sino también en el desarrollo social y en la utilización racional de los recursos para satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la satisfacción de las necesidades de generaciones futuras” (Aguirre Cardona, 2010).

El concepto de desarrollo sostenible incluye la acción de crear conciencia en la sociedad e incentivar el desarrollo de las capacidades que permitan atender de mejor manera los temas relativos al costo de los recursos naturales, la eficiencia energética y el tratamiento de los residuos, para garantizar una buena calidad de vida tanto para nosotros como para las generaciones futuras. De lo anterior se desprende el término ecoeficiencia, donde el prefijo eco se refiere tanto a Ecología como a Economía.

“El 30 de noviembre del [año] 2000, se cambió la Ley de la Administración Pública Federal, dando origen a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) con el fin de impulsar una política ambiental que dé respuesta a la creciente expectativa nacional para proteger los recursos naturales y lograr incidir en las causas de la contaminación y en la pérdida de ecosistemas y biodiversidad” (SEMARNAT, 2013).

Se ha tratado de inducir a los actores causantes de la contaminación como son las empresas industriales, comerciales y de servicios a adoptar medidas preventivas y correctivas en cuanto al cuidado del Medio Ambiente.

En el sector manufacturero de grandes empresas, incluyendo las de capital extranjero, empezó a adoptarse una política de ecoeficiencia, con tendencia hacia la implementación de procesos menos contaminantes.

Por lo tanto, actualmente, no es posible ignorar la importancia de las empresas en el cuidado del Medio Ambiente. Se requiere que realmente cumplan con la responsabilidad social a la que están obligadas, evitando todo lo que con su operatividad pueda dañar o contaminar al ambiente. El verdadero problema consiste en que a mayor producción más recursos se utilizan y a mayor consumo más desperdicios se generan.

Todo esto ha aumentado la preocupación de organismos internacionales como la ONU y algunas empresas hacia el adelgazamiento de la capa de ozono, la destrucción de los bosques tropicales, la deforestación, la desertificación, la degradación del aire, del agua y del suelo y la contaminación acústica, nuclear y electromagnética. De manera que, actualmente las empresas son un factor importantísimo, una pieza clave en el cuidado del Medio Ambiente y del desarrollo sostenible.

Hay que crear un marco para una política de productos integrada y orientada hacia su ciclo de vida… incluida la reducción de los residuos generados y sus posibles consecuencias con el fin de obtener productos más limpios mediante la integración de las condiciones medioambientales evitando al mínimo la utilización de sustancias orgánicas persistentes, metales pesados y todas las que tengan efectos perjudiciales irreversibles para la salud (Montes Ponce de León, 2001).

En nuestro país, las pequeñas y medianas empresas (PYME), en su mayoría, aún no cuentan con programas ambientales, debido principalmente al costo de la tecnología de vanguardia; sin embargo, muchas grandes empresas ya se desempeñan proambientalmente, cuentan con personal técnico especializado y departamentos ambientales han introducido tecnologías y procesos menos contaminantes, más limpios y muestran una imagen ecoeficiente.

En Monterrey se estableció el Consejo Empresarial para el Desarrollo Sostenible para América Latina (INNOVA), que difunde información y presta asesoría y está ligado al Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sustentable con sede en Ginebra, Suiza.

Algunas grandes empresas disponen de tecnologías para contribuir al desarrollo sostenible en el sector industrial, como en el ahorro de agua y la regeneración de aguas residuales y la reutilización de residuos industriales. Grandes corporativos industriales mexicanos se esfuerzan en programas de reforestación, reciclaje de residuos, uso de envases sustentables o de energías renovables.

Un ejemplo es Grupo Modelo, que apoya diversos proyectos para la conservación de especies y áreas protegidas de México, además, uno de sus principales objetivos medioambientales es la reutilización del agua. Si no tuvieran esta práctica, utilizarían 43% más agua; además de que cuentan con tratamiento de sus emisiones de bióxido de carbono, ahorro de combustibles y plantas de autoabastecimiento.

Otro ejemplo es Coca Cola, que ha reducido en los últimos años hasta un 25% el peso de los envases de sus plásticos PET. La empresa panificadora mexicana Bimbo está inmersa en un enorme programa de reforestación, además de impulsar el uso de envases degradables y utilizar en ellos material amigable para el ambiente.

Sin embargo, a pesar de que en las últimas décadas se ha tomado conciencia del problema ambiental, el problema es complejo. Aparte de su costo y los problemas de organización nacionales, las políticas nacionales y regionales necesitan de un mayor conocimiento público de los factores que determinan la degradación ambiental.

Las empresas grandes cuentan con los recursos económicos o con el adecuado financiamiento para invertir en tecnologías que causan un daño mucho menor al ambiente, pero las PYME no cuentan con programas o apoyos para llevarla a cabo.

“Mientras las empresas transnacionales y las grandes empresas mexicanas han comprendido la necesidad de incorporar políticas ambientales concretas a su gestión empresarial, y han tenido en cuenta entre otras cosas la importancia de cumplir con los requisitos del TLCAN, el resto de las unidades empresariales no ha estado en condiciones de emprender la protección necesaria” (Urquidi, 2007).

Las fuentes de energía como el carbón mineral y el petróleo (cuya combustión genera el mayor número de gases que contribuyen al deterioro atmosférico global mediante “el efecto invernadero”) no sean sustituidas, no se podrá dar el primer gran paso hacia un verdadero desarrollo sustentable.

El 19 de Agosto de 2014 se creó la Agencia Nacional de Seguridad Industrial y Protección del Medio Ambiente del Sector Hidrocarburos, como un organismo desconcentrado de la SEMARNAT, cuyo objetivo es regular y supervisar la seguridad y la protección del medio ambiente en el sector hidrocarburos con el fin de que nuestro país cuente con una industria de hidrocarburos limpia y segura.

CONCLUSIONES

Tomar medidas de prevención en el cuidado del Medio Ambiente no sólo corresponde a instituciones internacionales ni es responsabilidad única de las empresas, sino de todos los seres humanos que habitamos nuestro planeta; todos debemos ser responsables de su uso y conservación, adoptando un modo de vida que sea compatible con el desarrollo sostenible, consumiendo los recursos de nuestro planeta a la menor velocidad posible y haciendo todo a nuestro alcance para causar el menor impacto negativo en los recursos naturales.

Queda claro que las empresas juegan un papel importantísimo en la toma de medidas para frenar y evitar que continúe la contaminación de nuestro Medio Ambiente.

En nuestro país existen empresas transnacionales y grandes empresas mexicanas que ya han implementado o están implementando tecnologías limpias favorables al desarrollo sustentable. Sin embargo, faltan apoyos para que las PYME puedan también adquirir tecnologías de vanguardia que favorezcan la no contaminación ambiental.

A nivel internacional se han realizado acuerdos, tratados, protocolos, en materia de medio ambiente. Se han hecho esfuerzos por mitigar la destrucción que le hemos causado a nuestro planeta.

En México se han creado también instituciones para frenar la destrucción y preservar nuestro Medio Ambiente. Sin embargo, en nuestro país, la burocracia, la división de tareas y responsabilidades, muchas veces obstaculiza el cumplimiento del fin para el cual dichas instituciones fueron creadas. Impera la burocracia, se pasa la responsabilidad de una Secretaría a otra y la complejidad de los procesos no ha permitido el avance esperado.

Sin duda, en el Mundo y en México aún queda mucho por hacer en materia ambiental. Existen muchas empresas dispuestas a cooperar para la conservación y preservación de nuestro Medio Ambiente, incluso para su reconstrucción, pero falta claridad en las leyes, autoridades íntegras que dirijan y refuercen sus acciones para la construcción de un Medio Ambiente limpio y sano.

Toca a cada uno de nosotros trabajar en la construcción de un Medio Ambiente libre de contaminación que sea agradable y propicio para desarrollarnos en él.

BIBLIOGRAFIA

Aguirre Cardona, D. A. (2010). Desarrollo sostenible y medio ambiente. Desarrolloyambiente.blogspot.mx. Recuperado de http://desarrolloyambiente.blogspot.mx/2010_05_01_archive.html

Domínguez Villalobos, L. (2003). Necesidades de bienes y servicios ambientales en las micro y pequeñas empresas: el caso mexicano. Chile: ONU.

Montes Ponce de León, J. (2001). Medio ambiente y desarrollo sostenido. España: Amábar.

ONU. (2008). Las Naciones Unidas Hoy. Estados Unidos: United Nations Publications.

SEMARNAT. (2013). Antecedentes. SEMARNAT. Recuperado de http://www.semarnat.gob.mx/conocenos/antecedentes

SEMARNAT. (2014). Toma protesta Guerra Abud a encargado de la Agencia Nacional de Seguridad Industrial. SEMARNAT. Recuperado de http://saladeprensa.semarnat.gob.mx/index.php/noticias/1805-toma-protesta-guerra-abud-a-encargado-de-la-agencia-nacional-de-seguridad-industrial

Urquidi, V. L. (2007). Desarrollo Sustentable y Cambio Global. México. Nadal Editor.

Medidas de prevención para el cuidado del medio ambiente y su relación con las empresas. Año 1. Número 1