La investigación en el posgrado AÑO 1. Número 1

RESUMEN INTRODUCCIÓN

En el presente artículo se aborda la concepción actual de la investigación. Se describe la importancia de la investigación dentro de la concepción del posgrado. Se ofrece una reflexión del actual nivel de inversión en investigación y desarrollo en México. Finalmente se ofrecen recomendaciones para propiciar que la investigación sea un motor de desarrollo social y económico desde las Universidades.

PALABRAS CLAVE: Investigación, desarrollo, posgrado, políticas.

Las universidades se encuentran en un nuevo contexto competitivo en el que para sobrevivir deben adaptar sus estructuras internas para algo más que enseñar. Dicha acción implica una reestructuración de sus actividades, de modo que se abra un espacio importante para la investigación.

En la actualidad existe la certeza de que la educación propicia el cambio y progreso de la sociedad. La educación superior y la investigación son elementos fundamentales del desarrollo cultural y socioeconómico de las sociedades modernas. Aunado al factor capital y trabajo, el conocimiento es uno de los principales generadores de desarrollo social integral. En este sentido, en la actualidad se concede una relevancia crucial a la generación de productos intensivos en conocimiento y a los servicios basados en el conocimiento (OCDE, 2001).

DESARROLLO

El vínculo entre posgrado e investigación es indisoluble ya que no puede existir uno sin el otro. En condiciones deseables tampoco debe existir una universidad sin ambos elementos, debido a que la esencia de la institución universitaria es la de ser un productor y difusor del conocimiento (Kaplan, 1996). La situación actual es diferente; existen universidades sin posgrados y universidades con posgrados que no hacen investigación (Rodríguez, 2008).

En muchos posgrados se encuentran dos variantes en los programas: aquellos que buscan la formación de generadores de conocimiento y aquellos orientados a desarrollar profesionales dedicados a la gestión de organizaciones en la práctica. A los primeros se les conoce como posgrados de investigación y a los segundos como posgrados de profesionalización (ANUIES, 2004). Los dos tipos de programa son importantes; sin embargo, la universidad depende principalmente de aquel que privilegia la investigación.

En los posgrados, la alineación curricular más deseable es aquella que hace de la investigación la experiencia fundamental de aprendizaje, con un programa que vaya formando al estudiante mediante la elaboración de un proyecto de investigación, mediante el cual apoye en las actividades investigativas de sus docentes, pero también lo haga por su cuenta con asesoría de éstos. Como mínimo, en los posgrados profesionalizantes se deberían elaborar proyectos que permitan al alumno realizar una reflexión de su experiencia profesional (Escobar, 2005).

Área: Coordinación de PosgradosLa importancia de la investigación en posgrado es tal, que su ausencia es una gran debilidad estructural, ya que implica dejar de lado la formación de competencias investigativas en los alumnos (Munevar & Quintero, 2000). Si los programas de posgrado logran fortalecer la producción de conocimiento, constituyen entonces el motor de la transformación universitaria que sustenta el desarrollo económico y social que el país requiere.

La investigación debe ser la norma básica de las actividades académicas (UNESCO, 1998). Esta postura debe permear hacia otros niveles; a manera introductoria en la educación media y de manera obligatoria en el pregrado. La formación de competencias investigativas debe generarse desde la educación básica “para iniciar una motivación temprana sin tener que esperar hasta los tardíos niveles del posgrado” (UNESCO, 1998).

Esto implica adecuaciones a la política educativa mediante legislación y no solo a través de acuerdos del ejecutivo (como los que ha emitido la Secretaría de Educación Pública), sino con políticas fundamentadas en leyes. Es en este punto donde las instituciones de educación superior deben hacer sentir su presencia proponiendo los ejes para la generación de conocimiento de acuerdo a las necesidades detectadas en su contexto particular.

El avance científico y tecnológico en el mundo obliga a México a posicionar en un lugar prioritario la educación y la investigación. El apoyo a la ciencia y la tecnología es una condición indispensable para garantizar la viabilidad del país como una nación soberana, libre y desarrollada.

Históricamente, el Estado Mexicano ha otorgado poca importancia al desarrollo de la ciencia y la tecnología, igno- rando el trascendental rol que desempeña como dinamizador del desarrollo integral del país. (Comisión Legislativa de Ciencia y Tecnología, 2006).

La inversión en ciencia y tecnología en la actualidad es ínfima, con una tendencia a la baja. En 2009, la inversión en investigación y desarrollo (I+D) en México alcanzó el 0.40% del PIB, muy lejos del 1.5% mínimo deseable. En el mismo año países como Costa Rica invirtieron el 0.54%, Argentina el 0.6%, Brasil el 1.19% y España el 1.38%, por citar algunos. (RICYT, 2010).

Autor: Armando Sánchez Macías. asanchez@utan.edu.mx Campus: Universidad Tangamanga, Campus Tequis.

CONCLUSIONES.

Es ineludible que todos los actores involucrados en los procesos educativos asuman su respon- sabilidad y actúen en consecuencia de acuerdo a las necesidades dentro de su área de influencia y atribución. Desde la gestión institucional, los posgrados requieren abrir espacios dedicados a la investigación que impliquen la presencia de grupos colegiados de medio tiempo, pero también, y cada vez con mayor necesidad, de tiempo completo. Algunos aspectos claves para dicha labor son: el desarrollo de líneas de investigación estratégicas de interés para captar recursos financie- ros mediante la transferencia tecnológica; una composición multidisciplinar; monitoreo de los grupos de interés (gobierno y empresas privadas); la divulgación de los resultados de investig- ación y el apoyo a becarios.

BIBLIOGRAFÍA

ANUIES. (2004). Políticas públicas y cambios en la profesión académica en México en la última década. México: ANUIES.
Comisión Legislativa de Ciencia y Tecnología. (2006). Plan de Trabajo. México: Cámara de Senadores: LXI Legislatura.
Escobar, C. E. (2005). Los posgrados “profesionalizantes”: Adecuación y normalización para una buena operatividad con el Reglamento General de Estudios de Posgrado. Primer Congreso sobre la Investigación en Facultades y Escuelas. México: UNAM.
Kaplan, M. (1996). Universidad Nacional, Sociedad y Desarrollo. México: ANUIES. Munevar, R., & Quintero, J. (2000). Investigación y Pedagogía. Enfoques : 8-23. OCDE. (2009). Principales Indicadores de la Ciencia y la Tecnología 2009. París: OCDE. OCDE. (2001). STI Scoreboard 2001. París: OECD.
RICYT. (2010). Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología. Recuperado el 12 de 08 de 2011, de Centro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superiro – REDES: http://www.ricyt.org/index.php?option=com_content&view=article&id=149&Itemid=52 Rodríguez, M. (2008). La importancia de la evaluación de los estudios de posgrado y la necesidad de un sistema normativo nacional. México: Coordinación de Estudos de Posgrado UNAM.
UNESCO. (1998). Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción. París: UNESCO.

La investigación en el posgrado AÑO 1. Número 1

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