Un acercamiento a un currículum más idóneo en la empresa. Año 4. Número 10

Autor: Christopher Reyes Rentería.

RESUMEN

El hombre es un ser social, con su parte animal y su parte racional, y requiere para su pleno desarrollo la interrelación con sus semejantes de acuerdo a las demandas sociales, políticas y económicas; para poder llegar a acuerdos en la sociedad y la escuela, es necesario revisar la contextualización entre ambos mundos, que aunque no distantes sí son diferentes, en cualquier actividad humana, no se puede entender la teoría sin la práctica y viceversa, la teoría sirve como referencia para prácticas, estudios o experimentos posteriores; pero a su vez el producto de esas prácticas o experimentos trae consigo cambios teóricos. Para ello es importante un diseño curricular que se centre en un proyecto ético de vida, el compromiso con la humanidad y una identidad profesional basada en competencias genéricas y específicas reflejo del plan de acción diseñado por los rectores de las Universidades consideradas, quienes sentaron las bases de la elaboración de un currículum profesional acorde con los requerimientos de las empresas.

PALABRAS CLAVE: Currículum, competencias, aprendizaje, contexto, adecuación.

INTRODUCCIÓN
La escuela surge con el propósito de transmitir la cultura de los pueblos a través del tiempo, sin embargo, esto no implica que no se den modificaciones tanto en una como en la otra, es más, ambas se influyen mutuamente. La sociedad es lo que la escuela hace de ella, y viceversa. Surge entonces el Currículo con el propósito de definir fundamentalmente los objetivos a alcanzar en el proceso educativo, y se va transformando de acuerdo a lo demandado por la misma sociedad. La escuela por la escuela misma no tiene razón de ser, y enseñar por enseñar, tampoco, las instituciones educativas para cumplir con su propósito, requieren de la estructuración de un currículum que sea acorde a dicho propósito y éste a su vez de acuerdo a su sociedad.

El hombre es un ser social, con su parte animal y su parte racional, y requiere para su pleno desarrollo la interrelación con sus semejantes de acuerdo a las demandas sociales, políticas y económicas; de ninguna manera el hombre en solitario logrará alcanzar el mismo nivel de aprendizajes que el que puede obtener mediante las vivencias en sociedad, así lo señalan Klingler y Vadillo (2000) al referirse al pensamiento de Vigotski: “el aprendizaje siempre incluye a las relaciones entre individuos. La interacción del sujeto con el mundo está mediatizada por otros sujetos. El aprendizaje nunca toma lugar en el individuo aislado”.

Es momento entonces de llegar a acuerdos entre sociedad y escuela con el pleno convencimiento de que existe entre éstas una relación sinérgica; la sociedad se ha modificado, es pues ineludible e inaplazable la necesidad de una transformación tanto de contenidos curriculares como de la forma de abordarlos, de no ser así escuela y sociedad y en particular el sector empresarial estarían caminando por rumbos distintos teniendo como consecuencia el estancamiento y deterioro en todos los aspectos de dicha sociedad. En este artículo se busca presentar una definición de currículo, para posteriormente abordar los pasos del modelo de construcción curricular adoptado, en este mismo apartado se incluyen las competencias a generar en el individuo con miras al diseño de un currículo acorde a los requerimientos sobre todo empresariales; en una última sección se manifiestan las conclusiones de las personas involucradas en la estructuración de este trabajo.

DESARROLLO
Definición de currículo
Nos podemos encontrar con un sin número de acepciones del currículo, el currículo referido a contenidos escolares, como propósitos educativos o como camino de vida. Se puede tener -dependiendo de la época, las condiciones políticas y sociales vigentes- un currículum cargado en gran medida de cuestiones valórales, que dé gran importancia al ámbito actitudinal o un currículum que gire en torno a la técnica, dando como resultado en este segundo caso un individuo hábil o instruido, pero probablemente no educado.

No resulta fácil definir al currículum, la definición depende o está en función de la perspectiva o visión desde donde se aborde. Angulo y Blanco (1994) señalan que las distintas concepciones pueden ser agrupadas en tres apartados:

1. El currículo como contenido. Referido a lo que habrá de ser estudiado, a las asignaturas o materias como tales, que tendrán que derivarse en los propósitos del trabajo educativo.
2. El currículum como Planificación. Que son las actividades diseñadas y programadas que habrán de realizarse para el logro de los objetivos.
3. El currículum como realidad interactiva. Que es el producto de la interacción entre alumnos y docente, es la construcción que se da en medio de esa realidad educativa.

Resultaría errado pensar que forzosamente hay que adoptar una u otra visión, al currículo lo definen las tres posturas: El currículo como representación de la cultura (Currículo como contenido), el currículo como representación de la acción (Currículo como Planificación) y el currículo como acción interactiva y construcción práctica (Currículo como acción práctica). No se puede entender el currículo con una visión parcelada, al currículo lo constituyen los planes y programas, los contenidos específicos que de alguna manera se adecuan al entorno, las enseñanzas explícitas, y las vivencias que son producto de las interacciones escolares.

El currículum es lo que se planea, sí, pero también lo que se hace, aunque no coincidan, uno podría considerarse como la parte teórica o formal, la parte que se diseña con una visión estandarizada o intención homogeneizadora; el otro es la parte real, es el producto de la interacción de las múltiples variables que entran en juego en la muy particular realidad educativa.

Hace relativamente poco tiempo aún podíamos encontrar colegios de señoritas “bien” donde se les enseñaba a bordar, a cocinar, a callar y a “ser buenas esposas”. Posteriormente se generaron currículos donde se privilegió la técnica, respaldado con el señalamiento de que así lo estaba demandando el creciente sector industrial; ahora se busca el diseño de currículos con una estructura integral que tengan las características requeridas para generar personas con los conocimientos, las habilidades y las actitudes necesarias para integrarse plena y productivamente en sociedad.

Al respecto de una definición holística de currículum, Tobón (2006) señala que “el currículum es una selección cultural que se compone de procesos (capacidades y valores), contenidos (formas de saber) y métodos/procedimientos (formas de hacer) que demanda la sociedad en un momento determinado”.

Casanova (2009) menciona que la inclusión de las competencias en el currículo tiene las siguientes finalidades:

•    “Integrar los diferentes aprendizajes: formales (áreas, materias…) y no formales.
•    Utilizarlos por los estudiantes de manera efectiva cuando les sean necesarios en diferentes situaciones y contextos.
•    Orientar la enseñanza, al permitir:
–    Identificar los contenidos y criterios de evaluación que tienen carácter imprescindible.
–    Inspirar las distintas decisiones relativas al proceso de enseñanza- aprendizaje”.

Se debe propiciar entonces un aprendizaje conformado con una mezcla de conocimientos tecnológicos, previos y de experiencia concreta originados fundamentalmente del trabajo en el mundo real. De este modo, las competencias según Gallart y Jacinto (1995), exigen acuerdo y colaboración entre el mundo de la educación y el mundo del trabajo, alcanzándose en trayectorias que implican una combinación de educación formal, aprendizaje en el trabajo y, ocasionalmente, en la educación no formal.

Modelo curricular
En cualquier actividad humana no se puede entender la teoría sin la práctica y viceversa, la teoría sirve como referencia para prácticas, estudios o experimentos posteriores; pero a su vez el producto de esas prácticas o experimentos trae consigo cambios teóricos. La teoría curricular orienta la estructura, la aplicación y la evaluación del currículum, la praxis resulta improductiva sin un enfoque teórico que la guíe; sin embargo, hay que reconocer que resulta errado sobrevalorar la teoría e ignorar por completo la práctica.

En cuanto a la búsqueda de un currículo integral Tobón (2006) menciona que el diseño del currículo desde el pensamiento complejo:

Busca implementar estrategias que faciliten en todos los miembros de la institución educativa un modelo de pensar complejo, basado en aspectos esenciales tales como la autoreflección, la autocrítica, la contextualización del saber, la multidimensionalidad de la realidad, la comprensión de aquello que se quiere conocer e intervenir, y el afrontamiento estratégico de la incertidumbre.

Para realizar el abordaje del presente problema es necesario identificar las competencias y los diversos enfoques para su estudio, entre los que predominan, el conductismo, el constructivismo y el sistémico complejo de acuerdo a Tobón (2008). Es este último enfoque el que da sustento a la formación de personas integrales comprometidas éticamente en busca de su autorrealización, quienes además briden a la sociedad en la que se desenvuelven su profesionalismo. La línea de trabajo que plantea Tobón (2008) se plantea a la luz de los referentes del pensamiento complejo además del aprender a aprender y emprender.

Las características a considerar en el momento de la construcción de las competencias desde el enfoque complejo se deben identificar pues difieren en diversos aspectos destacando; 1) “Las competencias se abordan desde el proyecto ético de la vida de las personas, enfocado a un desarrollo integral, y no fragmentado” (Tobón, 2008); 2) Competencias que buscan la innovación en el ámbito humano y laboral a fin de transformar la realidad; 3) Los procesos formativos de las competencias deben brindar un PARA QUÉ orientado a la construcción de actividades de aprendizaje, enseñanza y evaluación, 4) la formación de competencias fortalece las habilidades del pensamiento complejo llevando a la formación de personas éticas y competentes; y 5) Desde el enfoque complejo la educación forma competencias a partir de la formación integral de la persona.

Es necesario enfatizar que para Tobón (2008) las competencias son: “Procesos complejos de desempeño con idoneidad en determinados contextos, integrando diferentes saberes: saber ser, saber hacer, saber conocer y saber convivir”, para realizar actividades y/o resolver problemas con sentido de reto, motivación, flexibilidad, creatividad, comprensión y emprendimiento…”.

Dicha definición plantea 6 elementos básicos en el concepto de competencias desde el enfoque complejo: procesos, complejidad, desempeño, idoneidad, meta cognición y ética, mismos que permiten el diseño de los pasos para la realización del currículo a implementar.

La propuesta en función al problema planteado se centra en sustentar la selección de competencias básicas, genéricas y específicas que puedan formar una línea básica para un currículo basado en competencias que considere las necesidades locales y globales del mundo laboral a través de un acercamiento con el sector empresarial y los cuatro ejes para lograr formar un verdadero talento humano que refleje la interacción entre educación y ámbito laboral, lo cual le permitirá a los estudiantes demostrar en el contexto empresarial en el que se vean inmersos que tienen la capacidad de aplicar destrezas, habilidades y competencias desde una perspectiva integral. Esto se pretende abordar a la luz del modelo sistémico complejo basado en la identificación de las competencias con base en tres componentes: problemas, competencias y criterios logrando con el sustento de un perfil académico profesional de egreso que no se deslinda del proceso humano.

Desde el enfoque complejo el diseño curricular se centra de acuerdo a Tobón (2008) en la construcción del currículum como un macro proyecto formativo autoorganizativo el cual se construye de forma participativa con la intención de formar seres humanos integrales con un proyecto ético de vida y espíritu emprendedor global bien específico.

La finalidad de la implementación de este diseño curricular se centra en la generación de instituciones educativas con un alto nivel de liderazgo basándose en un proyecto educativo que comparte toda la comunidad educativa logrando con ello su impacto en la formación integral de los estudiantes construyendo con ello un proyecto ético de vida, el compromiso con la humanidad y una identidad profesional basada en competencias genéricas y específicas reflejo del plan de acción diseñado por los rectores de las Universidades quienes sentaron las bases de la elaboración de un currículum profesional acorde con los requerimientos de las empresas.

CONCLUSIONES
Ante la problemática en la que se encuentra la sociedad carente de personas educadas y competentes para el desarrollo de actividades productivas propias de su sociedad, se ha definido la importancia de las competencias básicas y genéricas que puedan formar una línea básica para su solución basándonos en la importancia de cada una de estas así como su implementación en un currículum destacando también la importancia de tomar en cuenta las necesidades locales y globales del mundo laboral.

En este contexto se da a conocer la importancia para los estudiantes de manejar un currículum basado en competencias que considere las necesidades locales del mundo laboral dependiendo del ámbito en el que el estudiante se vaya a desarrollar, a través de un acercamiento con el sector laboral y los 4 ejes logrando así formar una persona competente para la vida.

BIBLIOGRAFÍA
Angulo, J. F. y Blanco, N. (1994). Teoría y desarrollo del currículum. Málaga: Aljibe.

Casanova, A. (2009). Las competencias básicas. Dirección de Educación Especial el Distrito Federal. Recuperado de http://educacionespecial.sepdf.gob.mx/novedades/lomasdestacado/CompetenciasBasicas.pdf

Casarini, R. M. (1999). Teoría y Diseño Curricular. México: Trillas.

El Manual Moderno. (2002). Manual de estilo de publicaciones de la American Psychological Association. México: El Manual Moderno.

Gallart, M. A. y Jacinto, C. (1995). Competencias laborales: tema calve en la articulación educación-trabajo. 6(2).

Klingler Kaufman, C. y Vadillo Bueno, G. (2000). Psicología cognitiva. Estrategias en la práctica docente. México: McGraw-Hill.

Tobón, S. (2006). Formación basada en competencias. Bogotá: Ecoe.

Tobón, S. (2008). La formación basada en competencias en la educación superior: El enfoque complejo. Guadalajara: Universidad Autónoma de Guadalajara.

Un acercamiento a un currículum más idóneo en la empresa. Año 4. Número 10