Autor: Rosa Elia Martínez Torres

Profesora en Instituto Tecnológico de San Luis Potosí.

RESUMEN

Este artículo presenta la relación entre el trabajo intelectual y la autonomía: la autonomía intelectual. Para ello se considera la descripción de conceptos individuales y se identifica cómo pueden depender uno del otro racionalmente. Se plantean panoramas en los cuales es viable trabajar intelectualmente a favor de la autonomía de los estudiantes en beneficio de ellos y de la sociedad.

PALABRAS CLAVE: Trabajo, autonomía, intelectual.

INTRODUCCIÓN

De acuerdo con Jean Guitton (1999), el trabajo intelectual es “el oficio de la mente”, las cualidades mentales que dan lugar a pensamientos encaminados a entender, relacionar o solucionar un evento de forma natural, así, podemos suponer que siempre estamos realizando trabajo intelectual, incluso sin un objetivo final, como señala Yore (1993).
Para Aristóteles, el intelecto es aquello que somos y no nuestro carácter, es decir, identificar y describir que estamos formados por hábitos o virtudes, divididas en éticas e intelectuales, nos brinda una idea de que el trabajo intelectual representa una cualidad de insertar aquellos conocimientos que vamos adquiriendo cuando la mente está clara y relaciona con posibles soluciones a ciertos temas (Sinnott, 2007). Al hablar de pensamientos, nos referimos a cualidades internas de las personas, las cuales nos facilitan la comprensión y la comunicación exterior; el mismo Aristóteles defendía su teoría sobre las virtudes intelectuales para explicar la apreciación que las personas sienten por el arte: observan, interpretan y declaran.

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Trabajo intelectual y autonomía, relación proveedora de autonomía intelectual, Año 6, Número 18