La orientación vocacional como tratamiento psicoterapéutico. Año 3. Número 7

Autor: Moisés Moya Espinosa.

RESUMEN
Este artículo presenta a la elección de carrera universitaria como una de las decisiones más importantes de vida Y cómo surge la Orientación Vocacional como un espacio formativo para acompañar y asistir a las personas en este proceso de elección que se sitúa entre lo subjetivo y lo social, además de verse como tratamiento psicoterapéutico.

PALABRAS CLAVE: Orientación, vocacional, decisión, psicoterapéutico, adolescencia, responsabilidad.

INTRODUCCIÓN
Toda toma de decisiones representa un reto, una dificultad o una oportunidad; dependiendo del contexto y la situación que envuelva a la persona que se enfrenta a la disyuntiva. La vida y la cotidianidad nos enfrentan a tomar decisiones, algunas simples y otras complejas. Para Bohoslavsky (2012) “Toda decisión supone una renuncia: al elegir se deja, se abandona, se suplanta…”.

Hay decisiones cruciales que definen, otras determinan. Elegir qué estudiar es una decisión de la vida. La elección de una carrera, licenciatura o ingeniería universitaria se desarrolla en una etapa de la vida digna de observar, durante los 10 a los 24 años; durante el proceso psicológico de la adolescencia y la pubertad de acuerdo al informe de la Organización Mundial de la Salud (2000) titulado La salud de los jóvenes: un desafío para la sociedad. De ahí el vendaval de situaciones y circunstancias inestables, dicotómicas y emergentes que generan un escenario poco favorable para tomar una decisión con dirección y perspectiva futura.

La elección de carrera, vista como una decisión, implica una discriminación: se toma algo pero se rechaza algo más. Las repercusiones de la decisión sobre lo que se va a estudiar conllevan una responsabilidad futura, pues en el periodo universitario se gestará la identidad vocacional y laboral, facilitando o no su incursión futura en las esferas socioeconómicas.

Lo expuesto hasta aquí refleja una realidad: la responsabilidad personal del adolescente al elegir una carrera universitaria en función a su proyecto de vida. Rascovan (2005) remarca sutilmente esta problemática psicosocial diciendo que “Los jóvenes están cada vez más presionados para pensar y construir proyectos que respondan a las exigencias sociales dominantes”. La presión existe en un adolescente situado en una sociedad que demanda.

Se asume que en la elección de carrera universitaria subyace una problemática adicional para observar, analizar y atender: existe una angustia. Frente a este hecho es válida la pregunta que define a este artículo: ¿Puede considerarse a la Orientación Vocacional (OV) como tratamiento psicoterapéutico?

DESARROLLO
El concepto de OV parece entenderse pero no tener una definición clara: lo que se entiende, es y se presenta en la práctica debe coincidir y delimitarse. Aquí se entiende a la OV como proceso psicoterapéutico.

Para Vidal y Fernández (2009) la OV “puede ser entendida como un proceso que dé ayuda a la elección de una profesión, la preparación para ella, el acceso al ejercicio de la misma y la evolución y progreso posterior”. Así, la OV es una herramienta para decidir una profesión. Empero, si esta fuera una realidad no tendría sentido considerar a la OV como proceso psicoterapéutico.

Por su parte Rascován (2005) amplía el término en cuestión dándole un origen social, advirtiendo que la industrialización incorporó a grandes masas de trabajadores al sector productivo y laboral, es ahí donde este autor señala que la OV, como concepto, es un invento moderno que surge como respuesta a las demandas sociales. Por lo tanto, la OV es un proceso que nace de una necesidad que busca satisfacer cierta demanda.

Bohoslavsky (2012) desde la postura clínica al contemplar la conducta como estrategia de abordaje al individuo, al adolescente, afirma que la condición de la adolescencia y la magnitud de la decisión convergen en una situación de angustia, es problemática y muy compleja. Dice que: ¿Qué es la OV si no la oportunidad de aprender a elegir?

La aplicación de la OV puede circunscribirse en la explicación que Bohoslavsky (2012): “El que elige, por lo tanto, no está eligiendo sólo una carrera. Está eligiendo con qué trabajar, está definiendo para qué hacerlo, está pensando en un sentido de vida, está eligiendo insertarse en un área específica de la realidad ocupacional. Está definiendo quién ha de ser y para hacerlo no puede basarse en otra cosa que en quién es”.

Por lo anterior la OV, como proceso, tiene incumbencia en lo personal, en lo educativo y en lo laboral. Rascován (2005) menciona que los problemas a los que intenta responder la OV trascienden y superan los límites de una sola disciplina y menciona su intervención desde la Pedagogía, la Psicología y la Sociología. La Psicología se enfoca en el sujeto que elige, implicando las condiciones adecuadas para que el adolescente pueda encontrarse consigo mismo. “La intervención psicológica se basa en la búsqueda de su propio deseo”. Desde la perspectiva pedagógica se relacionan todos aquellos procesos de enseñanza y de aprendizaje facilitando el entendimiento del escenario real y actual. “Hablar de intervención pedagógica en orientación vocacional significa, entonces, marcar la necesidad imperiosa de que estos contenidos no sigan marginados de la vida escolar”. “La postura sociológica enmarca claramente a la población y su dinámica, la oferta educativa y el mercado laboral”. “Los espacios de orientación vocacional no deberían restringirse a facilitar y estimular la elección de carrera” (Rascovan, 2005).

Es evidente que en la OV existe una consigna directiva implícita: elegir. Ante ello la decisión es individual y responsabilidad con la libertad que cada persona tiene. El concepto de responsabilidad puede entenderse como “Cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado” o como la “Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuencias de un hecho realizado libremente” (RAE, 1992).

Para Malena (2008) “Responsabilidad significa responder por las propias acciones, hacerse cargo de todo lo que se elige hacer, y de las obligaciones que corresponden a los roles que se desempeñan en una sociedad”.

Orozco (2014) dice que “La palabra Responsabilidad proviene del término latino responsum (ser capaz de responder, corresponder con otro). La responsabilidad es el cumplimiento de las obligaciones o cuidado al hacer o decidir algo, o bien una forma de responder que implica el claro conocimiento de que los resultados de cumplir o no las obligaciones, recaen sobre uno mismo”.

La OV profesionalizada, por lo tanto, es un proceso que brinda ayuda frente a la elección de una carrera o una profesión. Más allá de la complejidad que existe de manera implícita en la disyuntiva de tomar una decisión, habrá que reconocer el momento y el contexto en el que se lleva a cabo esta elección: la adolescencia.

La adolescencia implica cambios psicológicos, un estado de crisis que representa dejar y adquirir nuevas ideas, formas y cosas. Ungar (2006), basado en Arminda Aberastury, señala que en la adolescencia se ubican los duelos y la necesidad de resolverlos por el cuerpo de la infancia, por los padres de la infancia y por la pérdida de la condición de niño. La adaptación a las pérdidas y duelos por parte del adolescente son los principales conflictos psicológicos que se desarrollan en esta etapa.

Aunado a lo anterior, Ungar (2006) menciona que Meltezer es quien considera que el adolescente se mueve en tres escenarios distintos a lo largo del proceso de su personalidad y estructura interna: el mundo de los adultos, el de los niños en el ámbito de la familia y el de sus semejantes adolescentes. Esta ambigüedad de realidades complica la toma de decisiones, el orden de ideas y por de proyectos, es decir: todo es nuevo y diferente; son cambios involuntarios, cambios que se padecen.

Aulagnier (2004) describe: “En este periodo, en el encuentro de lo nuevo, con lo no conocido anticipadamente, cuando ya ningún rostro, ninguna mirada, le devuelve la imagen unificada a la manera de aquel único espejo, será el conjunto de miradas y voces de esos otros, investidos por el adolescente, los que propondrán las piezas de un rompecabezas que sólo él será capaz de armar”.

Con las referencias anteriores se tiene un panorama más amplio sobre el adolescente y sus vicisitudes psicológicas como un proceso de cambio, adaptación y desarrollo de sí mismo. Bohoslavsky (2012) se muestra sorprendido al indicar que en medio de una crisis tan compleja, difícil e intensa, el adolescente sea capaz de realizar procesos psicológicos tan importantes como definirse ideológica, religiosa y éticamente, definir su identidad sexual y su identidad ocupacional.

“Estamos ante un momento de crisis y cambio que nos exige a los psicoanalistas una actitud de profunda observación, de escucha atenta y de necesidad de reflexión” (Levin de Said, 2004). La elección de carrera, como se ha visto, adquiere complejidad desde sus dos dimensiones, la social y la individual.

CONCLUSIONES
La decisión en la elección a una carrera universitaria no implica sólo la dificultad de la decisión en sí, sino que va acompañada de un enredo contextual que complejiza aún más esta decisión. Para Rascovan esta transición implica una dificultad al tratarse de ingresar en el mundo adulto, de igual manera al sistema productivo sumado al sistema educativo superior. “Lo vocacional es un campo de problemáticas… por dos dimensiones: social y subjetiva”. La condición psicológica de un adolescente resalta la postura inadecuada e inesperada para tomar una decisión de tal magnitud. “Los jóvenes están cada más presionados para pensar y construir proyectos que respondan a las exigencias sociales dominantes” (Rascovan, 2005).

El Proceso de OV emerge en este sentido como respuesta a esta necesidad de apoyo, acompañamiento y guía frente a la realidad de que “el adolescente descubre su soledad frente a la elección de su futuro” (Rascovan, 2005). La OV se sitúa como bálsamo, como asistencia y acompañamiento en donde se crea un espacio único para dialogar, platicar y resolver dudas y fantasías del adolescente. Esto permite un proceso de introspección profundo que permitirá el conocimiento de uno mismo, proceso clave para identificarse y tomar una decisión. A lo anterior se le suma la información brindada sobre el contexto profesional y laboral; finalmente la asesoría educativa para conocer el lugar en donde se comenzará a estudiar. Finalmente, la OV tiene una funcionalidad que adquiere una posición crítica: una función de alivio.

BIBLIOGRAFÍA

Bohoslavsky, R. (2012). Orientación Vocacional “La Estrategia Clínica”. Buenos Aires: Nueva Visión.

Hernández, R. S. (2003). Metodología de la Investigación. México: McGraw-Hill.

Hornstein, M. C. (2006). Adolescencias: trayectorias turbulentas. Buenos Aires: Paidós.

Levin de Said, A. (2004). El sostén del ser. Buenos Aires: Paidós.

Malena. (9, octubre, 2008). La responsabilidad. Psicología, laguia2000.com.

Orozco, D. (2014). Responsabilidad. conceptodefinicion.de. Recuperado de http://conceptodefinicion.de/responsabilidad/

Patton, M. Q. (1990). Qualitative Research & Evaluation Methods. SAGE.

RAE. (1992). Diccionario. Madrid: RAE.

Rascovan, S. (2005). Orientación Vocacional. Una perspectiva crítica. Buenos Aires: Paidós.

Rivas, F. (1998). Psicología Vocacional: Enfoques del asesoramiento. Madrid: Morata.

OMS. (2000). La salud de los jóvenes: un desafío para la sociedad. Informe Salud para todos en el año 2000. Ginebra: OMS.

Ungar, M. (2006). Practising as a postmodern supervisor. Journal of Marital & Family Therapy, 32(1):59-72.

Vidal, L. M. y Fernández, O. B. (2009). Orientación Vocacional. Educación Médica Superior. La Habana: Escuela Nacional de Salud Pública.

La orientación vocacional como tratamiento psicoterapéutico. Año 3. Número 7

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