Escenario de habilitación científica universitaria vinculado a una unidad de experimentación animal. Año 3. Número 6

Autores: Araceli Olivares Guerrero, Alejandro Jiménez Sastre, Teresa Ramón Frías e Hidemi Aguilar Mariscal.

Resumen
En este estudio se pone énfasis en la participación de la Unidad de Experimentación Animal de la División Académica de Ciencias de la Salud de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), como un escenario de habilitación científica para la incorporación temprana del estudiante de pregrado a través de su adhesión a proyectos de investigación en el área biomédica que culminan con una publicación en revista arbitrada e indizada. Lo anterior fortalece la investigación de alto impacto.

Palabras clave: Escenario, aprendizaje, investigación, estudiante, pregrado, animal, laboratorio.

Introducción
El Plan de Desarrollo Institucional 2016-2020 de la UJAT señala líneas estratégicas de acción, como la investigación de impacto y la formación temprana de investigadores. Esta formación se inicia con la incorporación del estudiante universitario de pregrado a escenarios de aprendizaje del quehacer científico de real, a través de la enseñanza formativa de laboratorio (Olivares-Guerrero et al., 2014), la incorporación a proyectos de investigación, el desarrollo de tesis y la obtención de un producto académico final para publicar en una revista científica (González-Morales et al., 2014; Pfeiffer et al., 2016; Olivares-Guerrero et al., 2016; Vázquez-Ruiz, 2016). Estos escenarios permiten la actividad científica del estudiante de pregrado y coadyuvan a una investigación de impacto ligada a centros de interés como vía didáctica para estimular el talento estudiantil en la formación profesional (Rodríguez y Seda, 2013; González-Morales et al., 2015; Rosenkranz et al., 2015), además, la importancia que tienen los jóvenes en los proyectos de investigación debe darse a conocer (Meza-Morales, 2016).

En esta misma perspectiva, en el modelo educativo de la UJAT se plantean tres ejes rectores: la formación integral del estudiante, un modelo centrado en el aprendizaje y un currículum flexible (Programa Educativo UJAT, 2010). Dados estos retos es necesario impulsar y fortalecer la investigación: aumentar la cantidad y calidad de las investigaciones generadas; desarrollar líneas de generación y aplicación del conocimiento que incorporen estudiantes de licenciatura y posgrado. Esto lleva a la creación de nuevos ambientes de aprendizaje, con innovación en la concepción y las formas de organización del tiempo, espacio y recursos educativos, así como de las funciones de los actores del proceso; todo ello con el propósito de lograr que el estudiante aprenda más significativamente, construyendo su propio conocimiento (Teoría constructivista de Piaget, s. d.). Estas modalidades de integración de recursos dan lugar a diversos ambientes de aprendizaje que permitirán la transformación de la práctica educativa y redimensionarán la investigación como proceso de formación. En este contexto de innovación educativa e investigativa universitaria, en la División Académica de Ciencias de la Salud (DACS) de la UJAT (en adelante DACS-UJAT) surge un escenario para favorecer la habilitación científica del estudiante de pregrado y posgrado: la Unidad de Producción, Cuidado y Experimentación Animal (UPCEA) (UJAT, 2015).

La UPCEA tiene como objetivo garantizar la producción de líneas, cepas y modelos genéticos de especies animales de uso experimental, garantizando el bienestar de los animales de laboratorio, para obtener resultados válidos y reproducibles en el campo científico. Está integrada por un bioterio, diseñado con los estándares de calidad internacional, un área experimental y una educativa. En conjunto, las tres áreas brindan servicio, capacitación y educación continua a investigadores, alumnos y personal usuario en la materia del buen uso, manejo y experimentación de los animales de laboratorio (Olivares-Guerrero et al., 2014; Infraestructura, DACS, 2016). Este servicio se brinda por personal con certificación internacional como administrador del recurso animal por la CMAR (Certified Management Animal Resource), el ICPM, (Institute of Certified Professional Manager), la AALAS (Association American of Laboratory Animal Science) y con registro internacional de especialista en animales de laboratorio por el RLAT (Registered Laboratory Animal Technology) y de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural y Alimentación (SAGARPA, 2005).

Por lo anteriormente, el objetivo del estudio fue cuantificar la participación estudiantil de pregrado y posgrado a través de diferentes escenarios de aprendizaje como la adhesión a un proyecto de investigación y la coautoría en publicación científica vinculados a la UPCEA.

Desarrollo
Esta investigación se realizó bajo el diseño de un estudio cuantitativo y retrospectivo (Hernández- Sampieri et al., 2014). Para el seguimiento de la adhesión por el estudiante a los proyectos de investigación y la participación en la publicación científica se revisaron informes de actividades institucionales, la base de datos bibliotecaria de la DACS-UJAT y la base electrónica PubMed con las palabras de búsqueda: estudiante, pregrado, posgrado, investigación y UJAT del periodo comprendido entre los años 2012-2015. Todos los productos académicos reportados en este estudio cumplieron con el requisito de participación de al menos un estudiante de pregrado o posgrado de la UJAT y del uso de animales de laboratorio proporcionados por la UPCEA. Una vez localizado el artículo científico publicado por profesores-investigadores y estudiantes, se identificó el valor del factor de impacto (FI) de la revista, otorgado por el Thomson Reuters Journal Citation Reports (JCR) del 2016. La descripción de los resultados se realizó en los siguientes rubros:

1.- Adhesión estudiantil a proyectos de investigación (cuadro 1).


Cuadro 1. Participación de la UPCEA en la habilitación científica de estudiantes de Ciencias de la Salud. Fuente: Informe interno de actividades de la UPCEA, DACS-UJAT (2015).

2.- Publicación de artículo científico (cuadro 2).

Cuadro 2. Publicaciones científicas con participación estudiantil de la UPCEA. *Estudiante. El factor de impacto de acuerdo al JCR (2016).

En este nuevo escenario de aprendizaje en la UPCEA es posible la adhesión de los estudiantes a proyectos de investigación con financiamiento interno o externo, o bien sin financiamiento. El cuadro 1 muestra el número de estudiantes e investigadores incorporados a proyectos donde se utilizaron animales de laboratorio frente al total de proyectos registrados en la DACS-UJAT.

Se observa que 91 profesores participaron en 115 proyectos con 392 alumnos. Sólo 24% de los profesores, 18% de los proyectos y 16% de los estudiantes se vincularon con la UPCEA. El resto de proyectos son clínicos. Los profesores-investigadores responsables de proyecto son maestros o doctores y forman parte de cuerpos académicos en grado de formación, en consolidación o consolidados, así como de grupos de investigación recién constituidos.

Las líneas de investigación que se desarrollan en la UPCEA decantan por el área biomédica: analgesia y dolor, diabetes, síndrome metabólico y modelos animales de diabetes. Algunos proyectos de la UPCEA que han recibido apoyo financiero son: Estudio farmacodinámico de analgésicos anti-inflamatorios de origen sintético y natural en la rata; farmacología de plantas medicinales del Estado de Tabasco; estudio de la actividad antialodínica de analgésicos anti-inflamatorios en la rata; caracterización del efecto antinociceptivo de analgésicos anti-inflamatorios en la rata diabética, modelo de síndrome metabólico en la rata, síntesis y evaluación biológica de chalconas. En este mismo sentido, una de las razones expuestas por los estudiantes para incorporarse a un proyecto de investigación es la realización de tesis como opción para titularse de una licenciatura o posgrado. Para los estudiantes de licenciatura de la DACS-UJAT la tesis es, además, una opción para obtener mención honorífica.

Lo anterior sugiere que las tesis presentadas como documento para obtener un grado académico y su posterior publicación en una revista científica debe ser una regla general, sin embargo, en licenciatura y maestría de la DACS-UJAT no es requisito publicar para obtener el título correspondiente, aunque en licenciatura publicar un artículo científico sí es una opción de titulación.

En un estudio previo, Olivares-Guerrero et al. (2016) reportan como resultado de proyectos de investigación un total de 10 tesis de licenciatura y 10 de posgrado presentadas durante el periodo 2012-2016, añadiendo en 2016 tres tesis, dos de maestría (Estudio de la actividad biológica de Calea urticifolia en la rata; Participación de los receptores GABAA, GABAB y GABAC a nivel periférico en la alodinia de rata Wistar con inducción neonatal de diabetes tipo 2) y una de doctorado (Análisis de la interacción antinociceptiva a nivel preclínico de la coadministración de Syzigium aromaticum y ketorolaco y Rosmarinus officinalis y ketorolaco) que se encuentran en proceso en la UPCEA.

Sin embargo, este escenario de aprendizaje a través de la adhesión a un proyecto de investigación para el desarrollo de una tesis implica un “trabajo” del estudiante con un profesor-investigador durante tiempo prolongado, probablemente uno o dos años para el estudiante de pregrado y más años para el estudiante de posgrado.

Pero, para el estudiante de pregrado, ¿dónde radica la importancia de su incorporación a un proyecto de investigación? ¿Qué gana el investigador? ¿Qué gana el estudiante? Sí como se dijo, es un trabajo con duración de años.

Vale la pena mencionar, que en México, cuando un investigador busca financiamiento para un proyecto de investigación, participa en una convocatoria para tener acceso a los recursos financieros y uno de los requisitos de la convocatoria es la formación de recursos humanos a nivel licenciatura o posgrado, es decir, incorpora a estudiantes al proyecto para la obtención de un título universitario, por ejemplo, a través de una tesis o la publicación de un artículo científico. También, el estudiante obtendrá una beca económica al aportar su tiempo, creatividad, conocimientos, entusiasmo y metodología, si el tema de investigación está asociado a un interés particular del mismo. En su disertación doctoral, las autoras cubanas González y Pérez (tomado de González-Morales, 2016), mencionan que se debe estimular el talento mediante proyectos de investigación asociados a centros de interés del estudiante.

En el cuadro 2 se observan ejemplos de artículos publicados en revistas en idioma inglés y con factor de impacto donde al menos participa un estudiante como coautor. El interés del estudiante por hacer investigación, al adherirse a un proyecto, hacer una tesis y proseguir con la publicación de un artículo científico, beneficiará potencialmente su capacidad de interpretación de resultados de investigación e incrementará su confianza para valorar, en el caso de estudiantes de ciencias de la salud, condiciones clínicas de sus pacientes, con un juicio más razonado, crítico e inquisitivo. Además, la relación tan cercana que se propicia entre el joven investigador y su mentor o asesor, favorece los procesos de lectura y escritura (Meza-Morales, 2016) y el desarrollo cognitivo del estudiante que le permitirá tomar mejores decisiones en beneficio de los pacientes (Pfeiffer et al., 2016; Sukhato et al., 2016).

La sociedad también puede beneficiarse al contar con profesionales de ciencias de la salud, médicos, odontólogos, enfermeros, psicólogos, nutriólogos, interesados en crear y aplicar nuevo conocimiento a la biomedicina, a la vez que es capaz de difundirlo en revistas científicas de alcance internacional, al escribir en idioma inglés, y de adquirir prestigio científico al publicar en revistas arbitradas e indizadas. Lo anterior es sumamente relevante en el ámbito científico pues el idioma inglés es considerado el “idioma de la ciencia” y publicar resultados de investigación en revistas arbitradas significa someter esos resultados científicos a una evaluación “por pares”, a una revisión por un colega de la misma área (Rosenkranz et al., 2015; Knight et al., 2016; Vázquez-Ruiz, 2016).

Por otra parte, publicar en una revista indizada y que posee factor de impacto, es decir, que la revista se encuentra en un índice que conglomera a un gran número de revistas y con impacto medido, aunque de forma controversial, sugiere que el alcance de la información será mayor en la comunidad científica. Al respecto, uno de los índices de mayor prestigio en el área biomédica donde se reporta el factor de impacto de cerca de 11 365 revistas, que engloban 234 disciplinas, es el JCR.

En nuestro país las instituciones de educación superior evalúan la productividad científica de sus profesores-investigadores con base en el tipo de revista donde se publica, ¿el idioma de la revista es español o inglés? ¿Cuál es el factor de impacto de la revista? ¿La revista pertenece al listado de CONACYT? ¿La revista pertenece al JCR?

Volviendo a nuestros resultados, analizaremos una serie de reportes científicos donde se identifican las acciones que motivaron la inserción temprana de estudiantes a la investigación, en escenarios como la adhesión a un proyecto de investigación y la publicación de un artículo científico.

De acuerdo con varios autores, el trabajo de investigación le proporciona al estudiante mayor significación de la actividad científica (Domínguez-Gutiérrez, 2013); participación en escenarios de práctica en el desarrollo de su identidad profesional (Rodríguez y Seda, 2013); probablemente un resignificado a su cultura escolar (Sánchez et al., 2010); la obtención de competencias investigativas (Maldonado et al., 2007; García-Contreras y Ladino-Ospina, 2008; Olivares-Guerrero et al., 2014; 2016); además le mostrará una nueva manera de aprender (Covarrubias-Papahiu, 2011). Todo bajo una metodología sistemática de un investigador que funge como responsable de la investigación, director de tesis o autor responsable de la publicación del artículo científico (Sambunjak et al., 2006; Sakushima et al., 2015).

En el trabajo de Domínguez-Gutiérrez (2013), cuyo objetivo de estudio fue mostrar el significado de la actividad científica en un grupo de estudiantes universitarios a través de la representación social que los alumnos se han forjado durante sus vivencias, tanto en el ámbito familiar como escolar; se reporta que la representación social del quehacer científico por el estudiante es errónea. Por ejemplo, los estudiantes mencionan que se hace ciencia sólo en las carreras de medicina, química y biología; y que el sitio de trabajo de un científico es un laboratorio, donde se encuentran científicos con bata blanca, inmersos en un trabajo continuo. Según la autora, es necesario conocer el sentir de los estudiantes hacia la investigación para propiciar su integración a proyectos que les permitan conocer el trabajo científico.

Coincidimos con el quehacer y las imágenes del científico de estudiantes presentados por Domínguez-Gutiérrez (2013), con las concepciones que elaboran nuestros estudiantes de ciencias de la salud, porque precisamente de las carreras que asocian con la ciencia, medicina y química son los estudiantes adscritos a un proyecto de investigación en la UPCEA, aunque en nuestro caso, también se encuentran adscritos alumnos de nutrición y odontología. Con respecto al lugar de trabajo de los científicos, reportan en primer lugar el laboratorio.

Aunado a lo anterior, tal y como lo señalan Sánchez et al. (2010), Rodríguez y Seda (2013) y Olivares-Guerrero et al. (2014, 2016), la participación del estudiante en escenarios de práctica impactará en el desarrollo de su identidad profesional y quizá resignificará su cultura escolar. Sánchez et al. (2010) y Rodríguez y Seda (2013) proponen el modelo de “Andamios curriculares” en la facultad de Psicología de la UNAM, donde se plantea la urgencia de construir propuestas de intervención-investigación, no sólo en el aula sino que se debe poner atención en la totalidad de los espacios de interacción, formales e informales, existentes dentro del espacio educativo. En dicho modelo, encontramos una serie de programas extracurriculares de investigación-intervención insertos dentro de la institución: Comunidad del aprendizaje, escenarios formativos, acompañamiento entre iguales, congreso formativo y opiniones de los estudiantes sobre sus profesores. Sus resultados muestran la diversidad de actividades formativas y de aprendizajes adquiridos (técnicos y éticos) dependiendo de las características del escenario. Por ejemplo, mencionan el aprendizaje de técnicas propias de un laboratorio de investigación y la ética aplicada para el manejo y cuidado de animales de laboratorio. Nuestro estudio coincide con el programa de escenarios formativos, en el sentido de que nosotros, en la UPCEA, invitamos a estudiantes desde el primer año de la carrera para incorporarse a los laboratorios de investigación básica biomédica con los que cuenta la DACS-UJAT, en investigaciones con animales de laboratorio, o bien, con profesores-investigadores responsables de proyectos de investigación clínica.

Particularmente, Rodríguez y Seda (2013) refieren la importancia de analizar el significado que los estudiantes de la carrera de Psicología elaboraron sobre esta disciplina, a partir de su asistencia a diversos contextos profesionales, como parte de su participación en el programa extracurricular titulado “Escenarios formativos” realizado en la Facultad de Psicología de la UNAM entre 2010 y 2011. El análisis llevado a cabo por estas investigadoras en Psicología revela puntos en común con nuestros resultados de ciencias de la salud, si bien en nuestro grupo estudiantil no participan estudiantes de Psicología de la DACS-UJAT. El interés de estas investigadoras es el mismo que el nuestro, cuantificar la inserción temprana de los estudiantes a la investigación. Para estas autoras, reconocer los ámbitos de acción estudiantil lo vinculan con la definición temprana de proyectos profesionales. Discuten la importancia del apoyo del tutor hacia el estudiante, para llevar a cabo una evaluación continua de la experiencia obtenida por el estudiante, y a la vez, en la medida posible, el alumno se acerque a la vida laboral, principalmente la ejercida por el tutor, como sería un entrenamiento en la docencia (ayudante de profesor), o clínico si el asesor trabaja con pacientes. Lo anterior sugiere que el tutor orientará y forjará en el estudiante un panorama de su probable carrera profesional.

Rodríguez y Seda (2013) reconocen tres categorías de escenarios formativos en sus investigaciones: internos, puente y externos. Olivares-Guerrero et al. (2014, 2016) coinciden en señalar a los laboratorios de investigación básica y aplicada como escenarios internos. Se observa el mismo escenario que propicia la UPCEA, donde se realizan actividades propias de la investigación: experimentos en animales de laboratorio con todo el rigor ético y experimental, análisis bibliográfico y de datos; como parte de un proyecto de investigación, guiados por un acompañante académico, que en nuestro estudio reportamos como profesor-investigador, quien realiza la explicación, soluciona dudas, supervisa continuamente y retroalimenta (Rodríguez y Seda, 2013) y que observamos también en los profesores-investigadores de la UPCEA.

Ahondando en los escenarios formativos “internos” señalados por Rodríguez y Seda (2013), como son los laboratorios de investigación, añadimos otro escenario interno reportado por Olivares-Guerrero et al. (2014), las prácticas en un laboratorio de experimentación, como parte del fomento de las habilidades investigativas de los estudiantes de pregrado. Este escenario “interno” de la UPCEA es un apoyo fundamental a la licenciatura de Medicina, Nutrición, Odontología, Química y Biología, en las asignaturas de fisiología, farmacología, anatomía y fisiopatología. Son prácticas de laboratorio en modelos animales de experimentación que se desarrollan en la UPCEA. Los resultados de Olivares-Guerrero et al. (2014) muestran que un gran número de estudiantes de pregrado de las licenciaturas mencionadas se inscriben en el “Curso introductorio al manejo de animales de laboratorio”, que tiene como objetivo instruir a los participantes en el buen uso y manejo ético de dichos animales, en particular, la rata blanca de laboratorio. Según reportan estos autores, el curso consta de tres acciones principales:

1) Conferencia: El desarrollo de la investigación básica y biomédica a través del uso de los animales de laboratorio;
2) Adiestramiento en el manejo de animales de laboratorio;
3) Práctica de laboratorio acorde a la licenciatura y semestre que cursa el alumno.

Estas actividades, en un escenario como la UPCEA, se realizan cada semestre, como una contribución académica y práctica en la misma hacia el descubrimiento de las habilidades de investigación de los estudiantes. Todos adheridos a un proyecto de investigación, necesariamente deben llevar este curso introductorio al manejo de animales de laboratorio.

Otros autores como Maldonado et al. (2007) reportan que en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) de Bogotá, Colombia, desde 2005 se desarrolla el proyecto de investigación Visibilidad y Desarrollo Científico, ¿quién es quién en investigación en la UNAD?, con la finalidad de caracterizar a los actores de la investigación en esa Institución. Presentan un caso exitoso de formación de estudiantes en investigación, para quienes la participación en un grupo específico de investigación los impulsó a iniciar sus estudios de maestría y a avanzar en la publicación de artículos científicos, aunque estos autores no mencionan ninguna referencia bibliográfica producto del artículo científico. Estas dos acciones, participar en un grupo de investigación y publicar un artículo científico, la UPCEA las realiza con estudiantes de la DACS-UJAT. En este mismo contexto, la adhesión a los proyectos de investigación de los estudiantes de pregrado, autores como García-Contreras y Ladino-Ospina (2008) sustentan que el binomio de la enseñanza-aprendizaje de las ciencias en estudiantes de nivel anterior a la Universidad, basado en el aprendizaje por investigación, les permite al profesor y al estudiante, llevar a cabo proyectos de investigación con metodología científica. Indican que es imprescindible realizar tres momentos del proyecto de investigación: iniciación, desarrollo y finalización. Para esto, se presume que el profesor debe realizar investigación, cualquiera que sea su área de conocimiento. De esta forma, habrá cierta similitud entre el aprendizaje por investigación en las aulas con la investigación que hacen los científicos. Y probablemente el estudiante iniciará en forma temprana la adquisición de competencias investigativas. También le dará a conocer nuevas formas de enseñanza basada en investigación, y a no basar su aprendizaje sólo en el discurso del profesor, experto en la materia (profesor tradicionalista), sino identificando que él mismo puede generar conocimiento a partir de aplicar la metodología científica.

Extrapolando lo antes expuesto a estudiantes del último semestre de una carrera universitaria de Psicología, Covarrubias-Papahiu (2011) explora la representación social que le dan los estudiantes a la enseñanza que tuvieron durante su carrera, a través de conceptos, prácticas y condiciones de enseñanza, entre otros ejes estudiados por la autora. De acuerdo a su reporte, se encontró que los estudiantes apreciaron mejor la enseñanza de determinadas áreas académicas, por ejemplo la psicología aplicada, porque el profesor los involucró en proyectos de investigación, y en algunos casos realizaron práctica conductual en animales de laboratorio, porque el profesor facilitó esta actividad, al ser investigador; y aplicaron los conocimientos teóricos adquiridos en un salón de clase directamente en un laboratorio de investigación.

Retomando la pregunta: ¿Qué gana el profesor-investigador al insertar estudiantes de pregrado a su proyecto de investigación?

Fungirá como director de tesis, guía o acompañante académico, tutor, asesor o mentor que impacta, en forma positiva o negativa en el desarrollo profesional del futuro profesionista. El papel del profesor-investigador en la vida académica de las instituciones educativas es innegable. Sin embargo, cuantificar el trabajo desempeñado como tutor o asesor académico en la Universidad no es tarea fácil. En la DACS-UJAT el término de tutor implica al profesor acompañante en la vida académica del estudiante, de acuerdo al Programa Institucional de Tutorías. Puede ser, pero no necesariamente, el asesor o director de tesis, o el asesor de investigación. En este trabajo de investigación utilizaremos el término de profesor-investigador para referirnos a los profesores que aceptan estudiantes en sus proyectos de investigación y en sus publicaciones.

Al respecto, dada la importancia del papel que desempeña el asesor o mentor, Sambunjak et al. (2006) lo evidencian en una revisión sistemática de la literatura especializada en Educación médica, como compañero en el desarrollo personal y el crecimiento profesional, con un papel central en el desarrollo académico, pero cuyo trabajo de mentoría se retrasa por el exceso de trabajo clínico, administrativo, investigativo, y otras demandas educativas en una facultad de medicina. Por lo tanto, es necesario evaluar la mentoría para darle su valor real, al ser percibida ésta, como una parte importante en la vida académica de medicina; aunque la evidencia cualitativa y cuantitativa que apoya esta percepción no es tan fuerte.

De la misma manera, con respecto del apoyo al papel del asesor para la participación de los estudiantes de medicina en investigación, Sakushima et al. (2015) estudiaron la necesidad de aumentar el número de asesores médicos japoneses para favorecer la cantidad de médicos científicos en Japón. De ahí que el propósito de su estudio fue determinar la disponibilidad y la calidad de la relación de la asesoría para estudiantes de medicina en seis centros médicos académicos en Japón. En su estudio, aluden a que los médicos científicos son parte vital en la investigación biomédica y su papel como asesores favorece la adhesión de los alumnos hacia la investigación. Señalan que la necesidad de más énfasis, formalización y apoyo a la relación asesor-estudiante de medicina, para desarrollar la autoeficacia para iniciar y dedicarse a la investigación. El acceso a un asesor investigador de calidad puede ayudar a disminuir el problema de un menor número de médicos investigadores y de acuerdo a los autores, falta información acerca de la relación asesor-estudiante de medicina en Japón. Nuestros resultados apoyan las afirmaciones anteriores, en el cuadro 1 se observa que durante 2013, 2014 y 2015 la proporción de profesor-investigador y alumno fue de 1:4; 1:1.5; y 1:3.8, respectivamente, indicando que un profesor-investigador atendió varios alumnos a la vez en la UPCEA, posiblemente en detrimento de la calidad de la asesoría.

Otros autores como Rosenckranz et al. (2015) destacan que para un profesor-investigador que desempeña el papel de asesor de estudiantes en investigación, sus estudiantes de medicina deberían entender el uso y métodos de una investigación rigurosa, pues estos estudiantes necesitan asesoría académica y científica para hacer y promover la investigación. Estos autores investigaron a través de una encuesta a 579 estudiantes de medicina de una universidad pública en Australia, para identificar y explicar los motivos de los estudiantes para hacer investigación. Encontraron que estudiantes con prácticas comunitarias, en años preclínicos frente a los clínicos o algunas actividades de investigación, como ayudantías en equipos de investigación pre y post-comunitarios fueron más positivos para dar cabida a una probable carrera en investigación. Estos estudiantes visualizaron la investigación como una actividad social, y quienes reportaron como “pesadas” las actividades de investigación no visualizaron esa opción de estudio.

En esta misma línea, Pieck y Castañeda (2016) reportan la experiencia de los estudiantes de un tecnológico universitario privado que otorga el título de técnico superior universitario. Advierten sobre “el proyecto de investigación” a realizar por los estudiantes a lo largo de dos años de carrera para cumplir con un requisito de titulación. Indican que la mayoría de los estudiantes entrevistados considera el proyecto como una “carga difícil de cumplir” y un factor de abandono de la carrera. En nuestro caso, realizar un proyecto de investigación no es requisito para concluir una licenciatura en la DACS-UJAT. Pero sí para titularse del posgrado al adherirse a un profesor-investigador para colaborar en un proyecto de investigación, cuya meta es producir una tesis y probablemente una publicación científica.

Otros casos exitosos de la participación de estudiantes de pregrado a proyectos de investigación y que van de la mano con los resultados presentados en esta investigación se desglosan a continuación.

Knight et al. (2016) reportan que aumentar la capacidad de investigación es una competencia básica en los profesionales de la salud. Por tal razón, en una universidad africana llevan a cabo un programa de investigación denominado “Los selectivos”. Es longitudinal, basado en la comunidad, de tres periodos de duración dentro del currículo de pregrado, que tiene como objetivo desarrollar la capacidad de investigación en todos los estudiantes de medicina durante el plan de estudios prescrito. Los autores describen los tipos de estudios realizados por 212 estudiantes al concluir el programa en el año 2014, las condiciones que facilitaron su aprendizaje, cómo la experiencia mejoró el conocimiento de los estudiantes sobre la investigación y la salud pública y su desarrollo de prácticas de aprendizaje reflexivo. La evaluación de los estudiantes se basó en la realización de un protocolo de investigación y un escrito en forma de cartel científico. Durante el programa se reunieron 75 grupos de 2 a 4 estudiantes que realizaron investigación de problemas de atención primaria de salud en entornos comunitarios quienes reportaron experiencias positivas de aprendizaje sobre el proceso de investigación, incluyendo: ética, protocolo escrito, procesamiento estadístico de datos, descripción de resultados, difusión de resultados; uso de la información generada a partir de una intervención de promoción de la salud. Los entrevistados mencionaron haber mejorado su comprensión de fortalezas y debilidades a través del aprendizaje reflexivo de esta actividad académica desarrollada durante cuatro semanas (en verano), a través del 2º, 3º y 4º año académico de la carrera. Knight et al. (2016) concluyen que este proceso se integra con el aprendizaje sobre los determinantes sociales de la salud, a partir de un aprendizaje basado en la comunidad con la atención primaria de la salud.

Lo anterior conlleva una excelente organización académica bajo la mirada de los profesores-investigadores que fungen como tutores clínicos y de investigación. Los resultados de Knight et al. (2016) coinciden con el trabajo de asesoría que realizan los profesores-investigadores de la UPCEA y, al menos parcialmente, al participar en programas nacionales de atención a la investigación estudiantil como el Verano de la Investigación Científica, el programa DELFÍN y un programa local, el Verano en tu escuela (Olivares-Guerrero et al., 2014). Programas de inclusión temprana a la investigación desarrollados en el periodo vacacional con la participación de profesores-investigadores de la UPCEA. Trabajo loable que implica dedicar el tiempo de las vacaciones escolares a impartir asesoría en la UPCEA.

¿Por qué insiste el profesor-investigador en que el estudiante debe comunicar los resultados del proyecto de investigación o la tesis a través de artículos científicos?
De manera general se acepta que los resultados de una investigación se deben difundir (su público pertenece al área de conocimiento estudiada) y divulgar (público no especializado). La investigación está “completa” cuando se publican sus resultados. Mediante la búsqueda en medios electrónicos, sólo hay un artículo anual con participación estudiantil (un solo estudiante) emanado de la UPCEA (ver cuadro 2). Por ejemplo, Pfeiffer et al. (2016) enfatizan en que los jóvenes investigadores alemanes deben realizar actividades de escritura y publicar, poniendo atención en el tipo de revista para alcanzar los objetivos de difundir y divulgar el conocimiento generado. En su estudio reportan los factores que influyen en la productividad científica, medida a través de la publicación de 924 médicos durante y después de finalizar un doctorado. Efectuaron una revisión en bases especializadas como el Pub Med, acerca de estudiantes de medicina graduados como doctores, entre los años 2011-2013, e identifican el factor de impacto para cada revista donde publican. Para el estudio, Pfeiffer et al. (2016) tomaron en cuenta factores como el género, la edad, el último grado del doctorado, la participación en un programa doctoral estructurado dentro de la institución y las actividades entre el estudiante y el tutor para la publicación. Sus datos muestran que los hombres (n= 385) publican más que las mujeres (n=539). Antes de su graduación doctoral los hombres publican 1.98 artículos en promedio, las mujeres 1.15. Después de completar el doctorado, 40% de los hombres habían publicado frente a 24.3% de mujeres que continuó publicando después del doctorado. Los estudiantes que pertenecieron a un programa formal de doctorado publicaron 2.82 artículos frente a 1.39 artículos publicados por los estudiantes de doctorado no adscritos a un programa financiado. El valor del factor de impacto de la revista donde publican hombres y mujeres es el mismo. Reportan una diferencia estadística significativa con respecto a la variable “obtención del grado” y edad. Una graduación doctoral temprana y la obtención de una mención especial para la tesis doctoral influyó positivamente en la productividad de publicar. Finalmente, Pfeiffer et al. (2016) mencionan que asociar actividades del estudiante para escribir con su asesor científico repercutió en el factor de impacto de la revista donde se hizo la publicación, en contraste con el estudiante que publicó sin apoyo metodológico de un asesor (FI =3.64 frente a FI= 2.84).

Si bien el estudio de Pfeiffer et al. (2016) se realizó con estudiantes graduados de un doctorado, los factores reportados y asociados a la actividad de publicar entusiasman para continuar la investigación en estudiantes de pregrado, de los que adolecemos de información recaba por los autores alemanes. Sin embargo, los estudiantes de la UPCEA sí publican en revistas con factor de impacto, cuyo promedio es de FI=2.1, sólo en el cuadro 2 se identifica el género femenino de una estudiante que publica.

En el desglose de la importancia de la escritura científica en los estudiantes y del papel fundamental del profesor-investigador como asesor en esta actividad, encontramos el reporte de Sukhato et al. (2016), autores tailandeses que se cuestionan sobre ser o no un facilitador del aprendizaje de estudiantes de medicina a través de ejercicios de escritura reflexiva. Consideran que la introducción de la escritura reflexiva en un currículo médico requiere la aceptación y participación de los profesores. El propósito del estudio fue explorar las opiniones de los profesores de medicina sobre los beneficios de introducir un ejercicio de escritura reflexiva en un plan de estudios de medicina de pregrado, evaluando el nivel de satisfacción y de preocupación. Los resultados obtenidos por un abordaje cualitativo a través de entrevistas semiestructuradas a 180 estudiantes del 4º año de la Facultad de medicina, previa invitación a escribir un ensayo reflexivo titulado “Un acontecimiento significativo en mi primer año clínico”. Después de leer los ensayos y facilitar la discusión en grupos pequeños de tres estudiantes, cada uno de los 18 maestros inscritos en la investigación completó una entrevista. Sukhato et al. (2016) las transcribieron utilizando el análisis de contenido temático para identificar temas emergentes. Los maestros principiantes consideraron que la reflexión facilitada era valiosa y apropiada para ellos mismos y los estudiantes y el currículum. También percibieron un impacto positivo en su propia vida personal y profesional. Sin embargo, en la primera fase de esta actividad los profesores expresaron su preocupación por: 1) su capacidad y confianza como facilitadores en la discusión en grupos pequeños; 2) su habilidad para lidiar con las emociones planteadas dentro de sus grupos; 3) la efectividad de la actividad; y 4) la presentación pobre del trabajo escrito y la dificultad para discutir el trabajo. Con estas ideas se genera material valioso para la planificación de un programa integral de desarrollo de la facultad de medicina.

Al respecto, Pieck y Castañeda (2016) reportan la preocupación, tanto de profesores como de estudiantes, en su experiencia al escribir un proyecto de investigación y los resultados de éste. Los profesores y estudiantes aducen que ninguno está preparado para realizar un proyecto de investigación, desconocen el concepto, la metodología científica para desarrollarlo, no hay programación de asesorías, y tampoco están preparados para recibir asesoría. Sin embargo, el proyecto de investigación es un requisito de titulación de la carrera de técnico superior universitario.

Aunado a lo anterior, Atamari-Anahui et al. (2016) reportan que al medir el número de publicaciones de un grupo de profesores-tutores de tesis, en una escuela de medicina, menos de la mitad de ellos ha escrito un artículo científico localizable en bases de datos digitales como SciELO, Medline y Scopus. En una búsqueda efectuada durante los tres últimos años, uno de cada ocho profesores ha publicado un artículo.

En nuestra discusión, Sukhato et al. (2016), Pieck y Castañeda et al. (2016) y Atamari-Anahui et al. (2016) coinciden en seguir desarrollando estrategias para fomentar la escritura de artículos científicos como una competencia investigativa, no sólo para el estudiante sino para el profesor-investigador (experto), que también requiere apoyo institucional a nivel administrativo. En la UPCEA trabajamos grupos de profesores-investigadores con estudiantes donde sin el apoyo directivo, la tarea de investigación sería más difícil.

Estas actividades investigativas son de vital importancia para el currículo del estudiante de medicina, ya sea que realicen su servicio social en investigación o no (por desconocimiento). En México, el médico investigador acepta estudiantes de servicio social si tienen antecedentes de investigación durante el pregrado (participación en verano científico con presentación de resultados como ponente o en un cartel científico o tesis; escasas en medicina y otras ciencias).

Un denominador común encontrado en los reportes analizados, sobre el quehacer investigativo de los profesores-investigadores que participan en los proyectos, es que la universidad es un escenario propicio pues permite la formación de competencias, aunque existe poco acompañamiento por parte de los profesores-investigadores o tutores, guías, académicos y asesores dadas sus actividades en docencia, gestión académica, investigación y difusión de la ciencia. Y quizá, no se tiene tiempo específico para la labor investigativa, ya que su principal actividad es la docente. Pero García y Espino (2008) indican que la investigación debe ser una labor cotidiana profesional del docente. Los docentes que imparten ciencia deben efectuar actividades de investigación, principalmente en su área académica (Porlán-Ariza, 1987, tomado de García y Ladino, 2008).

De acuerdo al modelo educativo constructivista, donde el eje central es el aprendizaje por el estudiante, consideramos que los escenarios de aprendizaje (UPCEA) y las estrategias de habilitación científica expuestas en este estudio (adherencia a un proyecto de investigación y la publicación de los resultados en idioma inglés), permiten al estudiante y a los profesores-investigadores acercarse al conocimiento como lo hacen los científicos. Sin embargo, para una población estudiantil de cerca de 5 mil alumnos inscritos en la DACS-UJAT, existe poca investigación biomédica que involucre el uso de modelos animales de experimentación, probablemente debido a que la principal actividad de los profesores-investigadores es la docencia y pocos son expertos en el uso y manejo de animales de laboratorio. Se espera que, tanto la planta docente como los estudiantes se involucren más en actividades de investigación, para una incorporación temprana del estudiante en escenarios de investigación.

Finalmente, con respecto de la escritura, Vázquez-Ruiz (2016) al reseñar el libro “La comunicación de la ciencia a través de artículos científicos” indica: “comunicar con la palabra escrita nunca ha sido fácil, no basta conocer las reglas de la escritura, se debe tener claro el objetivo y el límite de lo que se quiere comunicar”.

Conclusiones
1. En la División Académica de Ciencias de la Salud, UJAT se realiza investigación biomédica formativa a nivel licenciatura y posgrado.

2. La UPCEA es un escenario de aprendizaje de investigación para el estudiante de pregrado y posgrado de la DACS-UJAT, con espacios, personal calificado y animales de laboratorio con estándares de calidad internacional para que el estudiante inicie de forma temprana su incorporación a proyectos de investigación biomédicos y a las publicaciones en revistas arbitradas e indizadas con factor de impacto. Lo anterior coadyuva a que la UJAT lleve a cabo la incorporación temprana de sus estudiantes a la investigación como una estrategia para fortalecer su futuro quehacer profesional.

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